Tengo liquidez....¿invierto?

“El inversor cambia un tipo de activo (generalmente efectivo) por otro (digamos una acción o un bono). Lo hace porque espera que este nuevo título genere una corriente predecible de ingresos durante un extenso periodo de tiempo. El especulador, por el contrario, gasta una suma de efectivo hoy y espera recibir a cambio una mayor suma de efectivo (esto es, una ganancia de capital a realizar) en el futuro próximo. Es cierto que la apreciación del capital puede ser convertido en un flujo de efectivo, pero la fluctuación a corto plazo de los precios no es una predecible fuente de flujo de efectivo.”

Chris Leithner

The Intelligent Australian Investor- pag 17

 

(Dedicado a una canaria muy especial)

Rara vez nos planteamos el porqué de invertir o, ya puestos, lo que es invertir. De esa actitud derivan luego muchos errores, el principal o uno de los principales confundir lo que es especulación con inversión y creernos inversores cuando en la mayoría de los casos solo somos especuladores. No es que la función de especular sea mala o inmoral; al contrario, permite facilitar un mejor funcionamiento de los mercados, dando precios cuando de otra forma no existirían y permitiendo de esa forma que los partícipes del mercado puedan aprovechar la oportunidad de comprar o vender a dichos precios. Pero un especulador que sabe que especula, comete menos errores que un especulador que cree que invierte.

Como indica Leithner en la cita inicial, cambiamos un activo- la liquidez- por otro, porque esperamos obtener una serie de ingresos, en forma de dividendos o cupones, en el futuro y calculamos que dichos ingresos futuros serán de mayor valor que el activo que tenemos en nuestras manos actualmente. Naturalmente para poder comparar el efectivo de hoy con los ingresos futuros necesitamos equipararlos en el tiempo,…una tasa de descuento adecuada, como muchos de vosotros ya sabréis.

Esa tasa de descuento nos permite equiparar los euros de hoy con los de mañana y básicamente ha de recoger nuestra estimación de los riesgos que depara ese futuro, esa futura corriente de ingresos. Según la Teoría Moderna de Carteras, beta, el CAPM y demás, el riesgo extra hemos de compararlo con la tasa libre de riesgo, a saber la rentabilidad que ofrecen las letras del Tesoro USA, español o alemán, al que se le aplica esa “prima de riesgo”. Prima de riesgo que, generalmente, se mide por la beta de esa empresa cotizada o de una equivalente,…el problema de esto es que ya los profesores Fama y French – los descubridores de beta- mostraron que no era especialmente fiable respecto al riesgo futuro. No predecía bien. Esa tasa de descuento, por tanto, es uno de los problemas importantes que existen para poder comparar ambas variables, el dinero de hoy con el de mañana.

En cualquier caso, ese proceso ha de hacerse- salvo en los casos en los que estamos pagando hoy, menos del dinero que ese activo nos pague hoy. Por ejemplo en el caso de adquirir una empresa por menos del efectivo neto que tiene en caja o adquirir un bono por menos del valor de uno de sus cupones, por ejemplo. En ambos casos es dinero de hoy frente a dinero de hoy.

En caso contrario acertar con la tasa adecuada es complicado, pero desde el punto de vista value la situación es “más sencilla” ya que tendemos a pecar por defecto debido a la obsesión por buscar el mayor margen de seguridad que encontremos, la mayor discrepancia entre el precio de cotización del activo y su valor intrínseco. Si lo que pretendemos es comprar billetes de 100 euros por 50 o menos, quizás encontremos que al aplicar una tasa de descuento que, hoy, podría considerarse excesivamente elevada el valor de un activo sea 80 y no 100; pero si nuestro objetivo es adquirirlo sólo si cotiza a 40 o por debajo, si finalmente el activo demuestra valer 100 no habremos sufrido merma en nuestro patrimonio. Como decía Buffett, se trata del mismo principio que aplican los ingenieros al construir un puente: si van a pasar camiones de diez toneladas, construyámoslo para 30 toneladas para ir sobre seguro.

Actualmente la comparación entre diferentes activos sigue siendo igual de complicada- aunque el proceso sea el mismo-, pero los resultados no son para nada claros. Me explico, hay ocasiones en las que los resultados aparecen claros a favor de uno u otro activo o, mejor dicho, entre unos y otros títulos de diferentes activos (no todas las empresas están baratas o caras en sincronía, ni los bonos…) debido, principalmente, a que las valoraciones de esos títulos están muy por encima o por debajo de su precio de cotización. En otras palabras, el margen de seguridad – o la clara falta de éste- es amplio y muy evidente y la decisión a tomar es obvia: adquirir por nuestro efectivo de hoy el activo más infraponderado respecto a su valor intrínseco.

Sin embargo en estos momentos, un activo tan pobre y caro como es el efectivo, no está mucho más caro que otros muchos títulos, sean de renta fija o de renta variable. Naturalmente habrá algunas situaciones especialmente baratas que puedan estar esperando que se las descubra,…pero en líneas generales ni están tan baratas como hace dos años ni son tantas ni de aquella calidad.

¿Es un momento peligroso para invertir? Bueno, lo cierto es que siempre existen peligros y riesgos al invertir; recordad que estamos hablando de poner nuestro dinero hoy con vistas a recuperar más en el futuro y el futuro es por naturaleza incognoscible,…siempre habrá situaciones que no se desarrollen como las preveíamos en un inicio o directamente, situaciones que no contemplábamos ni por asomo.

Benjamin Graham, el padre del análisis y del enfoque value y uno de los grandes inversores de todos los tiempos recomendaba mantener una posición que oscilara entre el 75-25 en renta fija-renta variable y viceversa. Como dice Bruce Berkowitz, de Fairholme Funds, “uno nunca sabe lo valiosa que es la liquidez hasta que te hace falta”. Sin saber- ni pretender- qué hará el mercado, quizás mantener algo de liquidez y no invertirla simplemente porque la tenemos no sea una mala alternativa para los inversores. …Los especuladores van por otra senda.

Un abrazo a todos y hasta el próximo artículo.