Todo sobre el SPARX Japan Sustainable Equity: posicionamiento y estrategia para invertir en Japón con una filosofía ASG

Yu Shimizu
Foto: cedida por Harrington Cooper.

Hablar de SPARX Asset Management es hacerlo de una de las mayores firmas independientes de gestión de activos de Asia. Fundada en 1989, la entidad, que en España representa Harrington Cooper, cuenta este año con dos fondos que presumen de Rating FundsPeople. Ambas son estrategias de renta variable japonesa: el SPARX Japan Fund y el SPARX Japan Sustainable Equity. La filosofía de este último radica en la sostenibilidad de tres elementos. El primero: el planeta. Segundo: la cadena de inversión, lo que incluye a las compañías en las que invierten y los titulares de los activos. Y, el tercero: su propia actividad.

“Nuestra visión consiste en efectuar aportaciones positivas dirigidas a mejorar la cadena de inversión, consiguiendo que nuestras inversiones contribuyan a mejorar la sociedad y aumentar el éxito y el crecimiento de las empresas. Invertimos en firmas que consiguen crear valor económico gracias a la generación de valor para sus grupos de interés. Para ello, invertimos no solo en compañías líderes que despuntan en este ámbito, sino también en empresas en vías de mejora, a las que respaldamos mediante nuestra interacción con enfoque coaching. De este modo, logramos acceder a una amplia gama de oportunidades de inversión y contribuimos a mejorar sus fundamentales”, explica a FundsPeople Yu Shimizu, gestor de la estrategia.

El gobierno corporativo, clave

Según explica, la señal de mejoría más habitual es un cambio en el gobierno corporativo. Ello genera unas repercusiones a las que tratan de sacar partido. A tal fin, analizan el valor para los grupos de interés desde un prisma tanto global como estructural.

“El gobierno corporativo constituye el núcleo del valor para los grupos de interés, ya que de él irradian los avances en materia social y medioambiental. Para nosotros, la esfera social engloba a los grupos de interés que mantienen una relación directa con la compañía: empleados, proveedores, clientes y la comunidad local. El ámbito medioambiental trasciende lo social y presenta un alcance global”, subraya.

A la hora de sacar partido a las oportunidades ASG, los profesionales encargados de la selección de valores que aplican un enfoque bottom-up basado en fundamentales con un horizonte de inversión a largo plazo desempeñan un papel crucial. De hecho, en el equipo creen firmemente que la combinación de una buena comprensión de los factores estructurales, selección de valores a partir de un análisis fundamental y una interacción activa permite aprovechar el dinamismo de la inversión centrada en criterios ASG existente entre las empresas japonesas.

Requisitos para entrar en la cartera

El gestor considera que una empresa es sostenible cuando genera un valor para sus grupos de interés capaz de potenciar su valor económico. No obstante, no invierte únicamente en negocios que presentan un historial de sostenibilidad perfecto. También estudian su potencial y si sus fundamentales ASG están mejorando. Uno de los motivos por los que buscan empresas con valoraciones al alza es que el precio de aquellas que presentan excelentes historiales ASG suele ser muy alto. Otra razón aún más importante es que, si quieren contribuir a mejorar la sociedad, deben ayudar a aquellas compañías que van a la zaga. “Dicho de otro modo, tenemos que adoptar una visión de futuro y ser inclusivos”, asevera.

Estructura de la cartera

Como inversores bottom-up, su cartera es el resultado de invertir en negocios de gran calidad, siendo conscientes al mismo tiempo de la necesidad de no adoptar riesgos innecesarios. Como regla general, no asignan más de un 5% de la cartera a una única empresa. “Nuestro énfasis en la calidad y los factores ASG nos aleja de determinados sectores, por lo que apenas contamos con inversiones en valores financieros, suministros o energía. Por otro lado, estamos sobreponderados en sectores como el de consumo discrecional o tecnologías de la información, en los que las empresas pueden diferenciarse más fácilmente y crear concienciación en materia de sostenibilidad para potenciar así el valor de su marca y su poder de fijación de precios”.

Asimismo, no cuentan con requisitos estrictos respecto al tamaño de las compañías y encuentran interesantes inversiones de carácter disruptivo en el universo de las empresas de pequeña capitalización. “Con todo, dado que la liquidez puede ser un problema, buscamos dotarlas de un tamaño adecuado. Por ello, nuestra cartera actual está infraponderada en firmas de gran capitalización, pero sobreponderada en empresas de pequeño y mediano tamaño”, revela.

Visión sobre el mercado nipón

De acuerdo con Yu Shimizu, a diferencia de regiones como Europa, Japón dispone de un amplio margen en términos de aplicación de criterios ASG. “Existen muchos malentendidos, pero también una simple falta de conocimientos. Creo que nuestra función es ayudar a guiar a las empresas en la dirección adecuada para que puedan mejorar con el paso del tiempo. En muchas de nuestras conversaciones con empresas son los equipos directivos los que nos piden nuestra opinión. Esto es algo que vemos cada vez más. Consideramos que invertir en Japón, que podría considerarse un país emergente en materia de criterios ASG, puede contribuir a que el mundo siga progresando hacia un modelo más sostenible”.

En el equipo son conscientes de que, para generar alfa, deben pensar de modo distinto al de los competidores. Y que esto es algo que debe reflejarse en su cartera. “Por ejemplo, si nos limitamos a analizar un sector o empresa de forma superficial, veremos que algunas compañías no cuentan con una gran imagen en lo referente a aspectos ASG. No obstante, tratamos de adoptar una visión más global a fin de comprender cuál es el punto de equilibrio para la empresa en cuestión”.

Un ejemplo práctico

Pone, a modo de ejemplo, el caso de un fabricante de máquinas de aire acondicionado en el que invierte. “De primeras, todos sabemos que estos dispositivos emiten una gran cantidad de gases de efecto invernadero. No obstante, la realidad es que los aires acondicionados resultan necesarios en ciertas partes del mundo. Y debemos reconocer su papel en la disminución de la desigualdad mundial mediante el incremento de la productividad en estas regiones. También ayuda el hecho de que esta empresa cuenta con una de las tecnologías más respetuosas con el medio ambiente. Además, el riesgo de que las olas de calor provoquen pérdidas de vidas es cada vez mayor, conforme estas se vuelven más intensas a causa del calentamiento global. La empresa es plenamente consciente de su beneficio en los planos social y económico, al tiempo que minimiza su impacto sobre el medio ambiente”, concluye.