Tres gráficos sobre el rumbo de la política monetaria de la Fed que no se deben perder de vista

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dayblakelydonaldson, Flickr, Creative Commons

Ha pasado una semana desde que la Reserva Federal decidiera mantener los tipos de interés en el sitio en el que han estado en los últimos siete años. La decisión de la institución que preside Janet Yellen ha contribuido a incrementar la división entre los partidarios de las políticas híper acomodaticias y quienes justifican con decisión la necesidad perentoria de empezar a subir los tipos de interés. Ahora bien,  al margen del debate filosófico, ¿qué dicen los datos?

Este es el enfoque que aportan los expertos de M&G Investments, a través de tres gráficos ilustrativos que también han compartido en el perfil de twitter de Bond Vigilantes, @bondvigilantes. El primero de ellos, actualizado el 18 de septiembre, refleja (a partir de datos del consenso de economistas de Bloomberg) las probabilidades implícitas de que vaya a producirse en lo que queda de año una subida de tipos entre 25 y 50 puntos básicos. 

“La mayoría de los miembros de la Fed todavía creen que la primera subida de tipos tendrá lugar en 2015 (tan solo un par en 2016) y Yellen reiteró su preferencia por un endurecimiento monetario lento y estable. Sin duda alguna, el banco central estadounidense querrá evitar a toda costa causar cualquier golpe capaz de desestabilizar la recuperación económica” comenta María Municchi, especialista de inversiones adjunta del equipo de multiactivos de M&G. 

Para la experta, el nuevo problema que ha planteado la Fed es que “la única certidumbre que pueden extraer los participantes del mercado de la decisión del FOMC es que la incertidumbre continúa”. “Da la sensación de que los inversores se hallan en un estado de hastío casi melancólico en torno al debate constante de ahora sí/ahora no subirán los tipos, algo a lo que algunos medios de comunicación están comenzando a llamar «fatiga en torno a la Fed». No obstante, volveremos a experimentar todo este proceso –posiblemente varias veces– antes de que la Fed acabe por apretar el gatillo”, advierte Municchi. La especialista se hace eco de los comentarios que han empezado a surgir en el mercado sobre “si acaso el riesgo no se está convirtiendo en subir tipos demasiado tarde, en lugar de hacerlo demasiado pronto”. Aquí entra en juego el segundo gráfico, que muestra cómo se están retrasando las probabilidades en el corto plazo mientras que aumentan en un horizonte de dos años. 

Aunque la Fed indicó en su comunicado - y fue de hecho lo más novedoso de la reunión- que también tendría en cuenta los factores externos a la hora de tomar una decisión, no concretó qué variables o indicadores vigilarían de cerca. En cambio, está más sujeto a cuantificación - y por tanto, puede expresarse mejor de forma gráfica- la inflación, que ha sido la otra gran razón para retrasar la subida al mantenerse persistentemente por debajo del objetivo del 2%. "La Fed reconoce que el ritmo de creación de puestos de trabajo y de descenso de la tasa de paro ha sido impresionante hasta la fecha, pero en este entorno prefiere dejar que el mercado laboral continúe mejorando a fin de acercar la inflación a su objetivo del 2% (que, en opinión de la entidad, se alcanzará de cara a 2018)", resume Municchi.

El tercer y último gráfico que aportan desde la gestora tiene que ver directamente con el coste de la vida, pues refleja la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos estadounidenses en los últimos cien años. 

"La Fed parece estar enviando mensajes contradictorios", reflexiona la especialista. Se refiere a que, por un lado, Yellen llegó a afirmar que la recuperación ha "avanzado lo suficiente… como para abogar por una subida de los tipos de interés en este momento" pero, por el otro, la Fed ha añadido nuevas variables de estudio que van más allá del crecimiento doméstico. Municchi se despide con esta reflexión: "Esta ampliación de las condiciones de las que depende una subida de tipos conlleva una mayor complejidad de los factores que debe analizar todo aquel que trate de predecir cuál será el próximo paso de la Fed. ¿Existe algún motivo para pensar que estas condiciones experimentarán un cambio sustancial antes de que termine el año? ¿Y qué hay de 2016? ¿Podemos pronosticar con cierto grado de certidumbre cuándo disminuirán los riesgos en torno a los mercados emergentes? ¿Cuándo se estabilizarán los mercados? ¿Cuándo volverá la inflación?".