Tres mitos sobre la gestión pasiva

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Alvy, Flickr, Creative Commons

David Lafferty, jefe de estrategia de mercado de Natixis Global Asset Management, ha publicado un artículo en el que expone una serie de argumentos para desmentir lo que denomina “los tres mitos sobre la indexación”. En él analiza las ventajas que ofrecen productos como los fondos indexados de gestión pasiva y los ETF.

Estos productos poseen características atractivas, como bajas tarifas y un acceso más fácil a mercados menos líquidos. No obstante, señala Lafferty, “una reciente encuesta de Natixis entre más de 7.000 inversores mostró que estos suelen atribuir a estos productos características que normalmente no poseen”. Se refiere a la Encuesta Global de Inversores Individuales 2016, que recoge las respuestas de 7.100 inversores de 22 países.

La primera de estas percepciones es que los fondos indexados de gestión pasiva y ETFs tienen un menor riesgo. Esta era la opinión del 60% de los inversores encuestados. El analista afirma que la mayoría de los encuestados definía “menor riesgo” como “no perder dinero”. En este sentido, añade Lafferty, “el 60% afirmó que las estrategias de gestión pasiva les ayudarían a minimizar las pérdidas”. Sin embargo, recuerda que ninguna de estas opiniones está apoyada en evidencias empíricas.

De hecho, el experto recuerda que los mercados pueden experimentar violentas caídas por ventas masivas, y, por definición, un producto indexado experimentará el mismo resultado. Por lo tanto, añade, “no está claro por qué exactamente los encuestados piensan que los fondos indexados pueden limitar las pérdidas”. Por el contrario, recuerda, “los gestores activos tienen la habilidad de posicionar sus carteras de manera defensiva para mitigarlas”. Esto, explica, permite que no se vean obligados a mantener una posición con pérdidas cuando el mercado cae.  No obstante, aclara que esto no significa que los fondos de gestión activa no puedan adquirir posiciones agresivas e incurrir en pérdidas, sino que la clave es que los gestores activos “tienen la oportunidad de mitigar pérdidas, mientras que fondos indexados y ETF no la tienen”.

Finalmente, explica que otro aspecto importante es que los fondos de gestión activa tienden a mantener un porcentaje de efectivo y activos líquidos, para cumplir con amortizaciones y otras obligaciones. Esto “les aporta una pequeña ventaja respecto a los índices en periodos de pérdidas importantes”.

El segundo de los mitos que el experto se propone desmontar es que los productos indexados ofrecen una mayor diversificación al inversor. Así lo afirma el 61% de los encuestados. Lafferty reconoce que esa diversificación puede ayudar a reducir el riesgo específico (riesgo asociado a un valor concreto). No obstante, indica que este beneficio de los fondos cotizados carece de gran relevancia, ya que se puede igualar o incluso mejorar mediante otras estrategias, como simplemente incluir en la cartera veinte o treinta valores diferentes, número que considera suficiente para “diversificar completamente el riesgo específico”. Este requisito, concluye, “lo cumplen ya la mayoría de las carteras de gestión activa, por lo que es difícil argumentar que un índice está más diversificado”.

Por último, Lafferty cuestiona que los fondos indexados den acceso a productos que  ofrecen las mejores oportunidades, como afirmó el 55% de los inversores encuestados. Comenta que “este dato es particularmente curioso, dada la composición de los fondos indexados”. Según Lafferty, para mantener el nivel de liquidez, los fondos indexados y los ETF invierten en los valores más comunes y accesibles de cada mercado. Estos valores suelen ser las compañías más conocidas y analizadas. Además, la mayoría de los principales índices de renta variable están ponderados en función del valor de mercado, incrementando su exposición a valores que ya han sido exitosos. Por lo tanto, opina que estos no serían los valores ideales para buscar oportunidades, al estar masivamente cubiertos y dejar poco margen para explotar las ineficiencias del mercado. Por el contrario, los gestores activos, “tienen flexibilidad para buscar activos en los que encontrar un alfa potencialmente mayor”.

Finalmente, concluye, a pesar de que los ETF y fondos indexados ofrecen “beneficios tangibles” para los inversores (como bajo coste e incentivos fiscales en ciertos países, no siendo el caso de España), es importante entender las limitaciones de la gestión pasiva. Por lo tanto, opina que para evitar pérdidas, aumentar las oportunidades o mejorar la diversificación, los índices ofrecen poca ayuda. Dadas estas ventajas e inconvenientes, sentencia, “una cartera realmente duradera y diversificada debería aprovechar los beneficios tanto de un estilo de gestión activa como de uno de gestión pasiva”.