Un acercamiento original y conservador a la renta variable europea: actualización del CPR Silver Age

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Foto cedida

Actualmente, uno de cada seis europeos es mayor de 65 años. Para el 2040, la proporción será de una de cada cuatro personas, lo que representa un crecimiento anual en torno al 3%. No es el único dato sorprendente: Clément Maclou, cogestor del CPR Silver Age junto con Vafa Ahmadi, indica que el 50% de las niñas que nazcan en 2015 tienen muchas probabilidades de llegar a los 100 años de vida. Este cambio demográfico ya está en marcha y en él Europa es un campeón del envejecimiento, pues de los cuatro países con personas más envejecidas del mundo tres están en el continente: Alemania, Italia y España. El otro es Japón, que se sitúa a la cabeza y ya está poniendo en marcha medidas para combatir la reversión de la pirámide de población. 

El producto de CPR, filial de Amundi, se centra en la inversión en renta variable europea (aunque puede invertir entre un 5% y un 10% en otras regiones) de acuerdo con esta tendencia con magníficos resultados: ha sido calificado con cinco estrellas Morningstar y además ha superado el filtro de consistencia aplicado por Funds People. Para el equipo gestor, la temática del envejecimiento es la única que no depende de factores macro, que no guarda ninguna correlación con la solvencia de los gobiernos o con el ciclo económico y que además es predecible, pues múltiples organismos se encargan de realizar proyecciones sobre la evolución de la población mundial para los próximos años. 

“Debemos cambiar nuestras consideraciones hacia la Tercera Edad y meditar sobre el lugar que ocupa en la sociedad”, afirma Maclou. Éste recuerda que, al margen de que Europa es un continente que va a envejecer más, la población alcanza su mayor nivel de poder adquisitivo en esta región a los 70 años, gracias al ahorro a través de activos inmobiliarios, acciones, bonos u otros instrumentos, los planes de pensiones y la pensión que perciben del estado. 

A estas dos observaciones se añade el estudio de los patrones de consumo de los mayores de 65 años, que permite a los experto distinguir entre dos grandes grupos de edad: aquellos con edades comprendidas entre los 65 y los 79 años y los mayores de 80 años, aunque se trata de edades orientativas pues puntualizan que dependen del estado físico de cada persona. Por norma general, observan que aquellos situados en el primer grupo son recién jubilados que conservan su actividad física y quieren disfrutar de su tiempo libre, mientras que en el segundo caso incluyen a personas cuya salud ha empezado a mermar. 

El  fondo parte de un universo compuesto por 200 valores que criba hasta los alrededor de 60 que entran finalmente en la cartera. Invierte en aquellos negocios que se benefician de forma directa o indirecta de esta megatendencia de inversión a través de un proceso de selección bottom up con el que se buscan los valores de cada sector que parecen más infravalorados de acuerdo con una serie de criterios cualitativos y cuantitativos. Así, en el caso del primer grupo de estudio se incluirían ideas de inversión relacionadas con el ocio y estilo de vida (tour operadores, compañías de cruceros, aerolíneas, canales de televisión, bricolaje…), cuidado personal (cosméticos, productos para el hogar) y gestión de activos (aseguradoras, banca privada). En cambio, en el segundo grupo las inversiones se centran en empresas de cuidados médicos (farmacéuticas, dependencia, equipamiento médico, geriátricos y clínicas, fabricantes de prótesis…) y de seguridad y vigilancia (alarmas, vigilantes de seguridad, robots…). El gestor aclara que este universo está en constante evolución, pues “muchas compañías están cambiando su modelo de negocio para adaptarlo a la temática del envejecimiento; tienen clientes que son fieles y tienen dinero que no quieren cambiar de marca”. 

Ventajas de las compañías expuestas al envejecimiento

Para Maclou, las compañías expuestas a esta tendencia presentan una prima de crecimiento del 1,5% frente al MSCI Europe por tres motivos ya expuestos: cada vez más estratos de la población envejecen, alcanza su momento de mayor poder adquisitivo y además son una clientela muy leal. A esto añade que, de acuerdo con un modelo cuantitativo desarrollado en la firma, se ha descubierto que esta clase de compañías son capaces de hacer crecer sus beneficios a lo largo del tiempo con un uso poco intensivo de capital, debido principalmente a que son compañías en su mayoría del sector servicios. 

“Las compañías expuestas al envejecimiento presentan una beta inferior a 1”, añade el gestor. Es un dato importante, pues supone que la cartera está preparada para resistir mejor los periodos bajistas del mercado y para aprovechar asimismo las tendencias alcistas. Además, se tiende a asignar una ponderación superior a los sectores que presentan mejores previsiones de crecimiento, que actualmente son el de ocio (27%), el farmacéutico (25%) y la gestión de activos (17%). El gestor destaca que se ha incrementado la exposición al ocio y estilo de vida en los últimos meses por la caída del precio del petróleo, que consideran beneficiosa para las aerolíneas y compañías de cruceros. 

Después del universo de partida, la asignación sectorial y la selección de valores, el último paso es la construcción de la cartera, que se realiza teniendo en cuenta los precios objetivos y stop loss de los valores y las dinámicas del mercado para poder adaptarse a todas las situaciones posibles. Esta adaptación es clave; Maclou explica que la principal dificultad que atraviesa actualmente la cartera es por su exposición a valores defensivos que pueden actuar como proxys de la renta fija, como en el caso de las relacionadas con la salud.

“Las farmacéuticas y los fabricantes de equipamiento sanitario son compañías que están endeudadas porque necesitan financiación para avanzar en innovación y porque quieren expandirse a los países emergentes, mientras que en el sector de la dependencia necesitan deuda para poder financiar operaciones de M&A”. En este contexto, el gestor admite que su mayor preocupación es que “la Reserva Federal haga algo que los mercados no entiendan, porque si se produce un shock en la renta fija estadounidense se trasladará a la europea y afectará a los sectores que están en cartera”. Para el experto, no se trata tanto de cuándo empezará la Fed a subir tipos sino a qué ritmo lo hará. 

Para poder estar preparados para afrontar esta situación, lo que han hecho los expertos de la firma es trabajar con una serie de escenarios alternativos. Por ejemplo, en el caso de que la política monetaria de la Fed genere una correlación positiva o negativa con la renta variable, han elaborado una lista con valores que podrían comprarse o venderse para poder reaccionar rápidamente. Otro caso: si repunta de forma continuada el precio del petróleo, venderían acciones de las compañías que más consumen esta commodity (como las aerolíneas) y estarían listos para comprar compañías nórdicas especializadas en la extracción de crudo.