De las clases de activos tradicionales, las que más se revalorizaron el año pasado fueron el oro, la renta variable estadounidense y los emergentes mientras que cayeron los precios del crudo.
Segundo año consecutivo de risk on en los mercados. 2024 ha cerrado como un ejercicio a grandes rasgos positivos para el inversor medio, especialmente para aquellos con un perfil de riesgo con algo de activos de riesgo. Como vemos en el gráfico que cada año nos comparten desde Candriam, prácticamente todas las clases de activos tradicionales han batido a la inflación de la zona euro. Las excepciones: la deuda gubernamental de Estados Unidos y emergentes, así como el crudo.

El oro lidera las subidas de 2025 excripto
Incluso el oro, un clásico valor refugio, ha tenido un buen ejercicio. De hecho, es la clase de activo tradicional (descontando, por ejemplo, los criptoactivos) que más se revalorizó en 2024. “La bajada de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU. en la segunda mitad de 2024 fue la causa principal de un año de importantes ganancias. Los inversores que buscaban un refugio seguro en un mundo volátil también aparcaron su dinero en lingotes de oro en mayor número a pesar de ser un activo sin rendimiento, y desataron un frenesí de demanda”, explica Nadège Dufossé, responsable global de Multi-Asset de Candriam.
A finales de 2024, los precios del oro se suavizaron ligeramente debido al giro del apetito inversor hacia las criptodivisas tras la victoria electoral de Donald Trump. También se vio penalizado por la fortaleza del dólar y el aumento de los tipos de interés reales estadounidenses.
La otra cara de las subidas fue el crudo. Los precios del petróleo cayeron alrededor de un 3% en 2024, retrocediendo por segundo año consecutivo, a medida que se estancaba la recuperación de la demanda tras la pandemia, la economía china pasaba apuros y Estados Unidos y otros productores no pertenecientes a la OPEP bombeaban más crudo a un mercado mundial bien abastecido. “Este crecimiento más lento refleja unas condiciones económicas más débiles, el debilitamiento de la recuperación post-pandémica y el cambio hacia energías más limpias. También se espera que la demanda de China, motor clave del crecimiento en los últimos años, se estabilice”, explica Thibaut Dorlet, gestor multi-asset senior en Candriam.
El año de la bolsa estadounidense
Podríamos dividir 2024 en dos mitades: antes y después de las elecciones estadounidenses. Antes de los comicios del pasado noviembre, EE.UU. se encontraba en un momento dulce: “el crecimiento aceleraba, la inflación caía, la Fed aflojaba y ambos candidatos presidenciales estaban dispuestos a gastar masivamente”, resume Dufossé. Tras las elecciones, se mantuvo la divergencia regional en renta variable. EE.UU. destaca por su sólido crecimiento del PIB, su limitada exposición a los riesgos del comercio mundial y los vientos de cola de la política monetaria.
“También los inversores en renta variable se han mostrado ansiosos por integrar la mejora del flujo de noticias sobre la actividad actual y futura”, reconoce. El índice S&P500 superó el nivel de los 5.800 puntos y lleva ya cinco semanas consecutivas al alza, empatando su racha ganadora más larga del año. “Evidentemente, la carrera alcista se ha visto respaldada por el aumento de los beneficios, ya que el crecimiento siguió siendo más fuerte de lo previsto en EE.UU. y se espera que se beneficie de las nuevas ayudas fiscales y monetarias en China y de una política monetaria menos restrictiva en Europa”, argumenta.

Por el contrario, en la bolsa europea, a pesar de las subidas, la experta percibe que hay perspectivas limitadas de crecimiento de los beneficios. “El escepticismo de los inversores es muy fuerte hacia Europa”, siente. La brecha en inversión y aumento de la productividad con respecto a Estados Unidos sigue ampliándose, y la situación política en Francia y Alemania está sumida en divisiones partidistas.

En cuanto a la renta variable emergente, China empezó a hacerlo mejor después de septiembre y del anuncio de estímulo. Los mercados emergentes rindieron un +/- 12% en euros y se sitúan en el 6º puesto. Dufossé ve valoraciones muy atractivas que se ven penalizadas por los tipos de interés estadounidenses y la fortaleza del dólar. La imposición de aranceles por parte de EE.UU. representa el principal riesgo para la región en su opinión.
¿Y la renta fija?
2024 iba a ser el año de la renta fija. No lo ha sido así en los bonos más defensivos, los gubernamentales, pero sí que hemos visto cómo los diferenciales del crédito se han estrechado significativamente en 2024. Tal es así que están ahora en mínimos históricos para el crédito con grado de inversión y el high yield. “En Estados Unidos en particular, estos niveles hacen que el riesgo sea asimétrico, sobre todo en el alto rendimiento”, destaca Dufossé. Los diferenciales actuales implican una tasa de impago del 2%, muy por debajo de las tasas de impago reales actuales del 4-5%. “En ausencia de una recesión, el riesgo de una ampliación significativa de los diferenciales es limitado, pero también lo es el potencial de un mayor estrechamiento”, concluye.