Un voto de confianza para Europa

 La decisión de volver a invertir en el sector bancario en noviembre del año pasado se trató más bien, como yo lo llamé, de 'bajar la guardia'. Ya no tiene sentido aborrecer y huir de este sector. Una de las señales fue el hecho de que Mario Draghi, presidente del BCE, afirmara que haría ‘todo lo que fuera necesario’. Creímos que estas declaraciones reducirían el riesgo extremo (tail risk) de una ruptura de la eurozona. Y lo que es más importante, detectamos una oportunidad entre aquellos bancos que se recapitalizaron de forma temprana, dado que para nosotros supuso una buena ocasión para realizar una selección de valores. Aunque con mucha cautela, cuidado y una gran dosis de escepticismo, vimos, por primera vez en años, oportunidades de inversión en este sector.

Unicredit, la opción 'menos mala' entre los bancos italianos

Existen bancos en los que, en cierto modo, confías. También encuentras bancos en cuyos balances confías más que otros y, normalmente, cuanto más al sur de Europa, más desciende el grado de confianza. Esto incluye incluso a Alemania: personalmente, no confío en muchos de los balances del sistema bancario alemán. Sin embargo, creo que Unicredit es una de las opciones menos malas. No por su lucido balance, sino porque creo que sus problemas son conocidos.

En esta entidad no encontramos las luchas internas en el equipo directivo que estamos viendo en el resto de bancos de Italia, luchas que en estos momentos están muy de actualidad. Creo que el equipo directivo es consciente de ello y la reducción de costes es uno de los puntos de mayor prioridad en su agenda. Por lo tanto, aunque no generen unos beneficios elevados, o ningún beneficio, en este momento en Italia, creo que en el futuro sí los tendrán. Pero para ello tendrán que mantenerse firmes en sus planes de reducción de costes y confío en su equipo directivo para llevar a cabo esta tarea. Por lo tanto, en nuestra opinión, Unicredit es el menos malo de los bancos italianos.

La próxima ronda de pruebas de estrés será más rigurosa

Siempre he dicho que las anteriores pruebas de solvencia fueron más bien un simulacro. En mi opinión, fueron pruebas ‘sin estrés’. La razón por la que soy más optimista en cuanto a que esta vez el BCE examinará los balances durante las próximas pruebas de solvencia es que creo que la institución se juega su reputación en ello, por lo que en esta ocasión las pruebas de solvencia serán de verdad. El BCE no ha escondido que esta vez será bastante draconiano. Espero y creo que ya es hora de que estas pruebas se hagan en serio y, de ser así, tendremos que estar preparados para escuchar a algunos bancos decir «tenemos escasez de capital», por lo que habrá más emisiones de derechos por parte del sector bancario.

El panorama macroeconómico de la periferia europea no está empeorando

Una vez más, tal y como dije en el caso de los bancos, creo que ya ha llegado la hora de bajar la guardia en relación con la periferia europea. Hasta ahora, para un gestor de fondos europeos ha sido fácil decir 'dadme acciones europeas centradas en mercados emergentes y huid de cualquier cosa con exposición a Europa, especialmente si se trata de la periferia'. En mi opinión, no es el momento de volver decididamente a la periferia, sino de tantearla, dado que el panorama macroeconómico de la periferia no está empeorando.

Nuestra labor no es cuestión de absolutos, sino de la ‘delta’: la tasa cambio. El panorama de la periferia es menos malo y podemos comprobarlo en sus exportaciones, en su balanza comercial. Por lo tanto, el aspecto macroeconómico de la periferia está mejorando, poco a poco. En esta región, estamos viendo muchos programas de reducción de costes. Desde esta perspectiva, Irlanda nos llamaba la atención, por lo que decidimos invertir en Bank of Ireland. España es otro país que nos llama la atención. No obstante, no es el momento de asignar un 5-10% de tus activos a España o Irlanda. Podemos considerar invertir un 1-2% a medida que se recuperan.

La recuperación es muy lenta y creemos que podrían sufrir una recaída. Aunque, en realidad, mi mayor preocupación es algo que podría venir de fuera de Europa. Es decir, temo que podamos asistir a una situación en la que Asia comience a exportar deflación. Soy muy consciente de que se trata de una visión a contracorriente, dado que todo el mundo está hablando de inflación. Me preocupa la deflación procedente de Asia que podría empujar a la periferia a una recaída.