Una crisis diferente, ¿una recuperación diferente?

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Boregat Salbo, Unsplash

¿Será en V? ¿en U? ¿en L? Lamentablemente, sin bola de cristal no hay respuesta inequívoca. Estamos un poco más cerca de la nueva normalidad, pero no de tener certezas, ni sanitarias, ni tampoco económicas. Pero sí se pueden analizar los factores que van a condicionar esa ansiada recuperación, las medidas que se han tomado, las próximas que se deberían tomar o la probable reacción del mercado. Eso es lo que han hecho varios selectores de fondos en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por AllianceBernstein.

Patricia Justo, directora de Selección de Fondos de A&G, ve la recuperación más en forma de U que de V: “Las recuperaciones en forma de V se suelen producir cuando ha habido una dislocación temporal en el mercado que se resuelve. Y en este caso vamos a ver un impacto económico muy relevante producido por las medidas autoimpuestas de distanciamiento social, por lo que creo que es complicado que la situación se resuelva pronto y veamos una recuperación con la misma virulencia que la caída, que ha sido la más rápida de la historia”. Probablemente, advierte, la recuperación sea algo más lenta.

Como elemento positivo, recuerda que cuando empieza una recesión, el mercado empieza a recuperar, ya lo ha puesto en precio, “por lo cual nos enfrentamos a una recesión profunda en la economía, pero creo que en gran medida ya está reflejado en los precios del mercado y, probablemente, cuando empecemos a notar la recesión económica ya hayamos dejado atrás la parte del daño en las bolsas y en los mercados”. Y una nota positiva más: “Esta vez los bancos centrales van a responder para intentar reflotar el tejido económico de los distintos países lo antes posible. El impacto va a estar ahí, pero los bancos centrales están tomando medidas de liquidez, medidas para recuperar la confianza del consumidor y para que el tejido económico se reactive lo antes posible. Es la gran diferencia entre esta crisis y otras que hemos visto anteriormente”.

Marta Díaz-Bajo, socia y directora de Análisis de Fondos en atl Capital, apunta también que el mercado siempre se adelanta a la economía, y considera que la evolución del primero va a depender mucho de cómo de eficaces y agiles sean las respuestas de los gobiernos. “Si se produce un escenario positivo, en el que los gobiernos protegen de forma global para que no se cierren muchas empresas y se mantengan en gran medida los puestos de trabajo, los mercados se recuperarán y el riesgo de cola será muy corto”. Esta visión se torna más negativa en el caso de que los gobiernos no manejen bien la situación y se genere un problema estructural derivado del cierre de muchos negocios, del hecho de que sean muchos los sectores productivos que se vean muy afectados y de la transformación de gran parte del paro, ahora temporal, en permanente.

Asegura desconocer si se van a volver a ver los mínimos que se vivieron semanas atrás, y en cualquier caso mantiene “el mantra de que las carteras hay que mantenerlas en la medida en que los inversores puedan soportar el riesgo que pueda aflorar, incluido el que podamos volver a ver ese mínimo que ya hemos visto o incluso mayor”. Advierte, además, que hay muchos inversores en España conservadores y sin experiencia, que han invertido en determinados productos y fondos de más riesgo ante la nula rentabilidad que ofrecen los depósitos, y que pueden haberse llevado algún que otro disgusto. 

Lo que cambiaría definitivamente el escenario es la aparición de un tratamiento efectivo contra el coronavirus o de una vacuna que se pueda aplicar de manera masiva”, destaca Marta Campello, socia y gestora de Abante Asesores. Pero eso, de momento, no existe. Por tanto, “la recuperación está ahora muy ligada a la lucha contra la pandemia, a la convivencia con ella. Porque no podemos mantener las economías cerradas; en algún momento habrá que volver a retomar la actividad y, lógicamente, el virus va a seguir ahí. Tendremos que compaginar la tristeza de los datos con querer salir adelante”.

Esa reapertura gradual de la economía ya ha comenzado en España con el paso de prácticamente todo el país a la Fase 1 de la desescalada del confinamiento. “Dando por hecho que en el segundo trimestre del año se ponga fin al parón económico, no vamos a ver la foto del parte de daños hasta julio”, afirma, y explica que en este contexto el mercado tiene que digerir lo que se nos avecina. “Ojalá ya hayamos visto los mínimos. Pero hay precedentes en crisis anteriores, que no tienen porque repetirse ahora, en los que los movimientos de subidas bruscas, como los vividos tras la debacle de los mercados en febrero y marzo, han anticipado cosas peores”. En cualquier caso, confía en que si el mundo vuelve a la normalidad, los mercados también lo hagan. Pronosticar el cómo y el cuándo es otra cosa. “Por tanto, es mejor ser prudente y esperar a tener un poco más de visibilidad porque estamos ante una situación muy grave en el ámbito económico. Nunca hemos visto una crisis tan fuerte en un mundo tan interconectado como el de ahora”.

 “La salida del confinamiento va a ser complicada, pero también es cierto que no todas las economías están implementando las mismas medidas, ni todas las economías están yendo al mismo ritmo, ni todos los contagios han ido a la vez, por lo tanto habrá economías que van a salir antes de esta situación y de eso vamos a aprender todos”, comenta Miguel Luzárraga, country head de AllianceBernstein, quien considera que en estas circunstancias “no hay que dejar de lado las oportunidades que subyacen. De todas las crisis se aprende”.

En concreto, ha detectado dos tendencias en las que centrarse de ahora en adelante. En primer lugar, el proteccionismo local: “La globalización ha sido muy dañada en este proceso y muchos países van a optar por la producción local, por el autoabastecimiento, lo que va a beneficiar a determinadas economías, sobre todo a aquellas que tienen una potente infraestructura y una la red de empresas solvente”. Entre los grandes perjudicados se encontrarían los países del Sur de Europa. La segunda tendencia derivada de la pandemia que va a afectar a las inversiones es la generalización entre la población de unos hábitos más saludables. A su juicio la recuperación no será en forma de U sino de nike.

Pese a la incertidumbre, el country head de AllianceBernstein, además de pronosticar tendencias, se anima a poner números al descalabro económico que se espera como consecuencia del parón de la actividad. Según las previsiones de la gestora, el PIB de la zona euro se contraerá un 10% este año para crecer un 5% el próximo, pero ese repunte de 2021 está condicionado al éxito de los gobiernos en contener el virus y a la efectividad de las medidas tomadas para apoyar la economía.

Grafico_Tema_3Fuente: Global Macro Outlook, mayo 2020. AllianceBernstein.