Sostenibilidad: una tendencia imparable que requiere constante adaptación

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De izquierda a derecha y de arriba a abajo, Ana Rivero (Santander AM), Guillermo Hermida (CaixaBank Private Banking), Isabel Vento (BlackRock), María Folqué (FundsPeople), Teresa Casla (Fonditel) y Alberto Gómez-Reino (BBVA AM). Firma: FundsPeople.

La regulación de la sostenibilidad, incluido el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR), ha irrumpido en el mundo de la gestión de activos con fuerza y con consecuencias. En un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por BlackRock expertos de varias gestoras analizan su impacto. Ponen sobre la mesa problemas como una aproximación a los productos artículo 8 y 9 demasiado flexible por parte de algunas gestoras.

Pendientes de la consulta pública

“Estamos viviendo unos meses muy agitados en el ámbito de la legislación de la sostenibilidad. E independientemente de ello tenemos que abordar asuntos como la inversión de impacto, la inversión temática, la inversión en ODS, etc. Se está convirtiendo en un tema complejo de manejar”, reconoce Teresa Casla, consejera delegada de Fonditel. Dicho esto, afirma que como gestores de pensiones de empleo que son, “trabajamos con unos colectivos con los que el debate sobre la sostenibilidad es diario, por lo que nos hemos adaptado muy rápido, e incluso vamos algunos pasos por delante de la legislación”.

No obstante, comenta que en el resto de productos que no son planes de empleo han tenido que identificar sus fortalezas en sostenibilidad para de esta forma poder clasificar en términos del artículo 6, 8 o 9. También recuerda que hay en marcha una consulta pública para definir con más detalle qué es artículo 8 y 9. “Seguimos esperando las nuevas directrices y nos mantendremos en ese periodo constante de adaptación a este mundo de la sostenibilidad que es tan dinámico”.

Al ritmo de los avances legislativos

Guillermo Hermida, responsable de Estrategia ASG en CaixaBank Private Bank, da la bienvenida a los avances legislativos, que considera necesarios para empujar realmente la sostenibilidad. En su caso, comenta que dentro del grupo la aproximación a la sostenibilidad ya la mantenían desde hace años como foco para la gestión de las inversiones.

Esta orientación les ha permitido sentirse de alguna manera más cómodos a la hora de reportar cómo gestionan los productos de acuerdo a la SFDR. Y también “a la hora de abordar la clasificación que se hace en función de que se tengan en cuenta en la gestión las incidencias adversas, de que se promuevan los objetivos sostenibles (tal y como lo define el Reglamento de divulgación no la Taxonomía) o bien de que realmente se persiga un objetivo sostenible, tanto ambiental como social”. Asegura que el posicionamiento de la gama de productos que tienen, sobre todo comparado con lo que existe a nivel europeo, “muestra todo ese trabajo que hemos hecho en estos años a efectos de la gestión de los riesgos ASG dentro de los procesos de fondos de inversión, fondos de pensiones y asesoramiento para clientes”.

Hay que poner orden

Las gestoras están destinando muchos recursos a adaptarse a esta nueva realidad. Y algunos otros deberían destinar más. Esto es lo que opina Ana Rivero, responsable global de Estrategia de Mercado y ASG en Santander AM introduce otro aspecto importante en el debate. “Hay gestoras en Europa que tienen prácticamente el 100% de los fondos en artículo 8. Creo que hay que poner un poco de orden en este ámbito. Nos vamos a encontrar con muchos fondos artículo 8 que no adoptan las estrategias ISR de sus casas, ni siquiera en la forma de promocionar o de estar dentro de la sostenibilidad. Y eso la regulación tal como está lo permite. Basta con decir que tienes en cuenta las características ASG”.

Esto va a generar confusión, sobre todo en el caso de los selectores de fondos, apunta. No obstante, considera que con el tiempo irá bajando la presión y se irá diferenciando lo que realmente tiene detrás un proceso de inversión en sostenibilidad y no solo unos criterios, y lo que no. 

Dispersión de criterios

En la existencia de esa dispersión de criterios a la hora de adaptarse a la norma europea coincide Alberto Gómez-Reino, responsable de Asset Allocation e Inversión Sostenible en BBVA AM. “Yo creo que los reguladores están adoptando la norma en un entorno de elevada incertidumbre y los inversores la interpretan de manera muy diversa. El grado de adaptación de las gamas de producto, o de la reclasificación de gama de producto, bajo el artículo 8 está siendo muy llamativa”.

Insiste en que “el hecho de que algunas gestoras, solo porque un producto tenga características sostenibles, lo clasifiquen como artículo 8 para nosotros no es suficiente puesto que no promocionan activamente o no tienen objetivos explícitos”. Considera que en los próximos meses se verán a las gestoras hacer movimientos. “Para mí el más preocupante de todos sería pasar de artículo 8 a 6 porque los reguladores consideren que no es suficiente. Creo que es un riesgo que han asumido determinadas gestoras de manera innecesaria”. Comenta también que la sostenibilidad es una tendencia imparable. Y prueba de ello es que “nosotros, en los productos que están registrados como artículo 8, desde inicios del año pasado hasta el momento actual prácticamente hemos doblado el volumen”.

Crecimientos en flujos del 30%

¿Y cuales son esas tendencias en la inversión sostenible? Isabel Vento, responsable de Desarrollo de Negocio para Iberia de BlackRock, hace referencia a una encuesta global que realizó la gestora entre 425 inversores que suman unos 25 billones de dólares en activos bajo gestión. Y subraya varias conclusiones. La primera de ellas, que se ha producido “un cambio tectónico” en la asignación de capital hacia la inversión sostenible. “En 2020 vimos más de 360.000 millones de dólares en flujos netos hacia la inversión sostenible, casi un 30% más que el año anterior, y comparado con un crecimiento de un 5% de la industria en general”. De media, los encuestados aseguran que planean doblar sus activos sostenibles para 2025. 

Por segmentos, el de banca privada es el que mayor incremento piensa hacer en sus carteras, de media asignando un 50% a estrategias sostenibles para 2025. Un aumento que pretenden materializar fundamentalmente a través de estrategias temáticas y de impacto. Afirma que en España este año perciben “una rotación de las asignaciones a sectores como tecnología y salud hacia estrategias temáticas sostenibles, y en particular hacia fondos que nosotros hemos categorizado como artículo 9 como, por ejemplo, el de energía renovable o el de economía circular”.

Otra tendencia que destaca es que de los tres factores ASG, el medioambiental es el preferido por los inversores. Si bien también comenta que la pandemia ha puesto en valor el aspecto social. “Creo que estamos evolucionando desde una inversión en la que primaban las estrategias de exclusión hacia un enfoque holístico de las carteras, en las que la sostenibilidad está presente o es transversal en todo el proceso de inversión”.

En cuanto a el SFDR, explica que, con fecha 10 de marzo, incluyeron el 17% de los fondos y ETF que estaban bajo el ámbito del Reglamento bajo artículo 8 o 9. Pero advierte que están reevaluando la categorización de producto a medida que tienen un poco más de visibilidad sobre los Regulatory Technical Standard (RTS). A pesar de que solo el 17% de los productos están en artículo 8 o 9, apunta que “en 2020 el 78% de nuestros flujos de fondos activos fue hacia productos que están categorizados como artículo 8 o 9, y el 42% de los flujos en ETF también fue hacia esos artículos”. También adelanta que, en 2021, esperan que el 70% de los nuevos lanzamientos y reposicionamientos de fondos sean del artículo 8 o 9.