Este fondo de renta variable europea con Rating FundsPeople 2024 ha generado una rentabilidad anualizada a cinco años de casi el 10% manteniendo un estilo agnóstico en cuanto al growth/value y combinando apuestas satélite y core.
“La renta variable europea es un amante difícil”, reconoce Fabio di Giansante, como conclusión a la que llega tras más de dos décadas gestionando fondos de bolsa europea. Es una clase de activos que ofrece oportunidades a pesar de factores estructurales y técnicos soplando en contra.
A nivel de valoraciones, históricamente la renta variable europea ha cotizado con descuento frente a la bolsa estadounidense. Pero con cierta razón, opina el gestor. “El ROE de las compañías estadounidenses tiende a ser superior a la de sus homólogos europeos”, apunta el director de Renta Variable Europea Large Cap de Amundi. Asimismo, el índice europeo tiene un sesgo a compañías menos growth y más cíclicas, penalizadas en momentos de incertidumbre. Y como colofón, Di Giansante destaca la política monetaria. “El BCE siempre va por detrás de la Reserva Federal”, apunta.
A nivel geopolítico, Europa tiende a estar en el epicentro de casi todos los conflictos. Por ejemplo, el porcentaje de beneficios de las empresas europeas procedente de China es el doble que en las empresas estadounidenses. Y, en opinión del gestor, China está inmersa en un profundo cambio de su modelo económico y tiene que lidiar con problemas estructurales en sectores como el inmobiliario. O, por otro lado, la escalada de tensión en el Mar Rojo, por cuyo recorrido pasa el 40% del comercio de Europa.
Asimismo, el hecho de que 27 países se tienen que poner de acuerdo para implementar grandes medidas políticas ralentiza la innovación. Algo que puede lastrar a Europa como región, incluso cuando parte con ventaja. “Europa fue la primera en anunciar el paquete de estímulo NextGen y tarda en llegar el dinero real a la economía. En cambio, Estados Unidos aprobó su plan de Reducción de la Inflación (IRA) años más tarde, pero se está invirtiendo ese dinero”, apunta Di Giansante.
El descuento europeo
Así, en igualdad de condiciones, una compañía europea cotizará con un descuento estructural frente a su homólogo estadounidense. Y eso termina pesando en el tejido empresarial. “O ese diferencial en la valoración lo cierran los inversores o lo harán las propias compañías”, sentencia Di Giansante. En los últimos seis meses dos de las mayores compañías irlandesas, CRH y Flutter, han pasado a cotizar en la Bolsa estadounidense. Al final del día, el 50% de su negocio ya procedía de Estados Unidos, pero cambiarse de Bolsa tiene otros beneficios.
“El sitio que ocupas en la mesa no es el mismo si estás en el S&P 500 o si estás en el Eurostoxx”, afirma Di Giansante. Además, si una empresa quiere realizar alguna operación corporativa, tendrá más fácil financiar la adquisición con acciones estadounidenses que con acciones europeas.
Todo lo anterior construye el argumento de Di Giansante a favor de un enfoque pragmático para la renta variable europea. “Para que la bolsa europea funcione necesita que muchos elementos encajen”, defiende.
Amundi Funds Euroland Equity: los secretos de su consistencia
Por eso su filosofía de inversión para la renta variable europea se base en un enfoque muy selectivo de las compañías que permite entrar en cartera. Es el estilo que Di Giansante lleva aplicando 18 años al Amundi Funds Euroland Equity. Con una rentabilidad anualizada a 10 años del 6,4% y del 9,97% a 5 años, el fondo era uno de los buques insignia de Pioneer en la clase de activos y ahora perdura su legado dentro de Amundi ya que cuenta con el Rating FundsPeople en 2024.
El estilo de gestión de Di Giansante y Lorenzo Angelini, co gestor desde 2015, se basa en la premisa de que en el corto plazo el 70% del movimiento de una acción se basa en factores externos, pero que a largo plazo el factor determinante es la calidad de la compañía individual. “Así que lo único que podemos hacer es seleccionar a los mejores nombres”, argumenta el gestor.
Dicho esto, el análisis macro juega un papel en su proceso de selección. “No pretendo tener la bola de cristal, pero en la renta variable europea es importante pensar en la macroeconomía”, explica. Además, es fundamental la gestión del riesgo. Los retornos ajustados al riesgo son la base sobre la que construyen una cartera concentrada y con sesgo a largo caps.
Combinación de apuestas núcleo y satélite
Para el gestor, estos elementos definen la filosofía del Amundi Funds Euroland Equity durante casi dos décadas, donde se ha enfrentado a distintos tipos de mercado sin alterar su estilo de inversión. Un ejemplo reciente son los ejercicios 2021 y 2022. En uno las compañías beneficiadas fueron del estilo growth mientras que en el otro funcionaron mejor los nombresvalue y cíclicos. Sin tener preferencia por ninguno de los dos estilos, el fondo se posicionó en el primer cuartil de su categoría en ambos años consecutivos.
Esta consistencia se explica por la combinación de apuestas core (núcleo) y satélite en la cartera. Las primeras son nombres de alta convicción y de calidad, a ojos de los gestores. Los segundos no necesariamente destacan por su modelo de negocio, pero se mueven con una cotización demasiado interesante como para ignorar tácticamente. “Estos últimos son nombres que no hay que olvidar vender cuando ya han servido su papel”, explica el gestor. En opinión de Di Giansante, este estilo de gestión muy activa y táctica es el que le permite suavizar los retornos en el largo plazo.