Update del Amundi Multi Asset Sustainable Future: las dos palancas de las que está tirando para generar rentabilidad

Enrico Bovalini. Foto: Cedida por Amundi.

¿Qué hacer con la renta fija? La clase de activos que tradicionalmente ha sido la fuente de estabilidad para las carteras diversificadas ahora se ha convertido en el quebradero de cabeza de gestores y asesores. ¿Cómo gestionar en un entorno de futuras subidas de tipos con unas tires en terreno negativo?

Es indudablemente difícil, como reconoce Enrico Bovalini. Quizás el momento más complejo de su carrera. El gestor capitanea dos productos insignia de Amundi con marcado enfoque conservador: las estrategias del Global Multi Asset Conservative y el Multi Asset Sustainable Future. Ambos cuentan con el Sello FundsPeople 2021 por su calificación Consistente. Bovalini tiene el reto de seguir aportando valor añadido pero no perder el carácter conservador que les caracteriza. ¿Y cómo lo está logrando? El gestor nos desgrana las claves que está aplicando en el Multi Asset Sustainable Future.

La palanca en renta fija

Empecemos por la pata de renta fija. Es el grueso de la cartera del Multi Asset Sustainable Future (MASF), con un 70% actualmente. Por ahora el mandato del fondo les mantiene únicamente en emisiones con grado de inversión. Pero el propio Bovalini reconoce que se están planteando abrir el fondo a papel high yield. No es la primera vez que el fondo evoluciona para admitir mayor riesgo en la parte de renta fija. Por ejemplo, ya entran en cartera bonos periféricos.

Es un equilibrio que cuidan. El fondo nunca perderá su enfoque conservador porque son conscientes de los clientes a los que va dirigido. Pero tampoco pueden permanecer ajenos a los riesgos de aceptar valoraciones estrechas. Por ejemplo, los bonos gubernamentales apenas representan ya un 20% de la cartera. “Porque nuestra expectativa es que los tipos de interés en Europa suban”, explica el Bovalini.

La pata de renta fija se complementa con otras fuentes de retorno. Por ejemplo, tiene un 20% en bonos verdes o de sostenibilidad. También emisiones ligadas a la inflación. “En general, estamos posicionados para jugar el empinamiento y posterior aplanamiento de la curva. Tenemos poca deuda de corto plazo”., cuenta Bovalini.

Su escenario base es que, si bien las tires subirán en el corto plazo, los bancos centrales tienen escaso margen de maniobra para subir demasiado los tipos. “El problema es el importante nivel de deuda de los países. La única manera de salir de este endeudamiento es manteniendo los tipos bajos y aplicar políticas fiscales que estimulen el crecimiento nominal”, argumenta. De hecho, Bovalini ya prevé una ralentización del crecimiento para 2022, que se mantendrá en 2023. Y parece ser el consenso de mercado, lo que está llevando a un aplanamiento de la curva.

Pero el gestor tiene claro que la renta fija actualmente da escasas alegrías. “Con el crédito y los bonos especiales, intentamos lograr algo de rentabilidad positiva. Pero es solo eso, un retorno mínimo”, reconoce.

La palanca en renta variable

En opinión de Bovalini, es la renta variable la que jugará el papel de generador de rentabilidad. El equipo se sirve del expertise de toda la casa Amundi para gestionar esta pata de la cartera. Concretamente, en el MASF, la exposición a bolsa se aborda con un enfoque ASG y temático. “Buscamos a las compañías con mejor perfil de sostenibilidad. También nos gusta que sean empresas expuestas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas”, explica el gestor.

A corto plazo, el gestor reconoce estar cauto con la renta variable tras el fuerte rebote en las bolsas iniciado el año pasado. Los sectores industriales y tecnológico  han tenido un ejercicio especialmente fuerte. Pero no obstante, encuentra oportunidades. Concretamente, en las áreas más de valor del mercado. De hecho, Bovalini defiende que el value tiene las papeletas para batir en este escenario. Así, están sobreponderados en financieras, consumo básico, utilities clásicas (especialmente las expuestas a energía renovables) y telecomunicaciones. Pueden parecer apuestas arriesgadas para un fondo con un perfil marcadamente cauto, pero Bovalini defiende su tesis. En el caso de las utilities, las ve fuertes en un contexto de inflación. Además, se beneficiarán de la necesaria inversión futura en renovables. “Las utilities se van a comportar como acciones growth en el futuro”, vaticina. En cuanto a las financieras, destaca los fuertes balances, saneados tras la crisis de 2008. “Ha sido un sector olvidado por los inversores durante demasiados años”, defiende.