¿Vamos hacia una recesión? Cara a cara entre Geraldine Sundstrom (PIMCO) y Keith Wade (Schroders)

Geraldine Sundstrom y Keith Wade
Fotos: cedidas.

El camino hacia un aterrizaje suave de la economía se ha estrechado aún más. Esto es algo que quedó patente durante la última rueda de prensa del presidente de la Fed, Jerome Powell: "Hay un camino para evitar una recesión", "no va a ser fácil", "será un reto" y solo obtuvimos de él la promesa de un aterrizaje "suave". Al día siguiente, el Banco de Inglaterra pronosticó un crecimiento negativo para 2023 en el Reino Unido. La autoridad monetaria británica se había adelantado a la fiesta de los halcones con una subida de tipos en diciembre de 2021, pero ya está advirtiendo de un "recorte sin precedentes de los ingresos de los hogares" que empuja a la economía al estancamiento.

“La evaluación de la autoridad monetaria británica fue un jarro de agua fría y un recordatorio de que las probabilidades de recesión están aumentando inevitablemente. ¿Será el Banco de Inglaterra el canario en la mina de carbón? Esto es lo que observarán los mercados”, afirma Geraldine Sundstrom, gestora de Asset Allocation en la firma americana. En la hipótesis de base de PIMCO, el crecimiento sigue respaldado por la reapertura económica post-pandémica y por el ahorro reprimido que refuerza la demanda. “En este escenario base, la inflación puede alcanzar un máximo en los próximos meses y luego moderarse gradualmente. Sin embargo, hay riesgos evidentes para esta perspectiva”, reconoce.

A pesar de las dudas de no estar totalmente enfocados a bajar la inflación, los bancos centrales han señalado que están comprometidos con el restablecimiento de la estabilidad de precios. Entre los muchos comentarios de los banqueros centrales, la vicepresidenta electa de la Reserva Federal, Lael Brainard, considerada un miembro dovish, dijo que “la inflación es muy elevada, bajarla es la máxima prioridad”.

La historia hace presagiar que el aterrizaje suave no será fácil

Keith Wade, economista jefe y estratega de Schroders, espera que el banco central suba el tipo de interés de los fondos federales en todas las reuniones de este año, tras la subida de 50 puntos básicos de mayo, hasta un rango del 0,75% al 1%.

Sobre si la Reserva Federal podrá reducir la inflación sin provocar una recesión, el experto considera que el banco central tiene que restablecer el equilibrio entre la oferta y la demanda de forma que haya suficiente capacidad de maniobra en la economía para aliviar las presiones sobre los salarios y los precios. “Para lograr un aterrizaje suave, debe hacerse gradualmente, con una tasa de crecimiento inferior a la tendencia, en lugar de entrar en recesión con una caída de la producción y un rápido aumento del desempleo. Sin embargo, esto es más fácil de decir que de hacer”, advierte.

Según Wade, la experiencia demuestra que las recesiones de los años 80 y 90 se produjeron tras un repunte de la inflación similar al actual. “Aunque se habló mucho de conseguir un aterrizaje suave durante estos periodos, no fue así”, recuerda. A su entender, actualmente hay tres razones de por qué las probabilidades de una recesión son altas en la actualidad.

Primera razón: la inflación se está afianzando

La inflación es alta y de base amplia, mientras que el mercado laboral presenta tensiones. Para Wade, el aumento de los precios fijos es especialmente preocupante, ya que, por su naturaleza, se mueven más lentamente y tardan más en bajar. “Esto daría más tiempo para que se desarrollen los efectos secundarios, en los que los salarios acompañan la subida de los precios, lo que llevaría a una nueva ronda de subidas de precios. En consecuencia, la tarea de los bancos centrales de volver a situar los precios en el objetivo se hace más difícil: la política monetaria tiene que endurecerse más para que la demanda se ajuste a la oferta. En este contexto, puede ser necesaria una recesión para reducir la inflación”.

Segunda razón: la política monetaria es un instrumento impreciso

De acuerdo con el experto de Schroders, las teorías de Milton Friedman han servido de base a las políticas monetarias que se han acreditado para controlar la inflación durante la mayor parte de las últimas cuatro décadas. “Sin embargo, él decía que la política monetaria actúa con desfases prolongados y variables. Los efectos de la confianza también influyen. El temor a la recesión puede autoprovocarla, por ejemplo, resultando en recortes en el gasto. Los modelos de los bancos centrales dan a los responsables de la política monetaria una indicación de la duración de esos desfases, pero no son precisos. Es difícil juzgar el grado de rigor de la política y la tentación es seguir subiendo los tipos hasta que algo se rompa. Esta fue la tónica de los años 80 y 90”.

Tercera razón: la valoración de la política es más compleja hoy en día por lo que está sucediendo en otros lugares

Para Wade, la política monetaria se está endureciendo o se va a endurecer en todo el mundo en respuesta a la inflación, no sólo en Estados Unidos. “En primer lugar, el comercio mundial y la demanda externa se debilitarán como resultado. En segundo, la actividad en Europa se ve muy afectada por la guerra en Ucrania y los esfuerzos en curso para embargar la energía rusa. Tercero: el aumento de los precios de las materias primas actúa como un impuesto sobre el consumo, reduciendo los ingresos reales y el gasto en todo el mundo. Cuarto: China no está endureciendo su política monetaria, pero la política de Covid cero está afectando a la economía. Y, por último, la política fiscal está dando marcha atrás tras el apoyo masivo durante los confinamientos”.