Vanguard asumirá los costes de research derivados de MiFID II

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La entrada en vigor de MiFID II cada vez está más cerca y, a medida que se aproxima, van surgiendo más declaraciones públicas por parte de las gestoras de fondos sobre cómo se acomodarán a la nueva normativa. La última vuelta de tuerca la acaba de protagonizar el gigante Vanguard: según publica el diario Financial Times, el pionero de la gestión pasiva ha comunicado que no traspasará a sus clientes los costes derivados del análisis externo, uno de los puntos que recoge MiFID II. 

Un portavoz de la compañía ha aclarado a Funds People que Vanguard dispone de capacidades internas de análisis en mercados inversión para dar apoyo a la gestión "tanto de nuestras carteras activas como indexadas". Adicionalmente, aclara que la gestora recurre al análisis externo "cuando creemos que puede añadir valor para nuestros clientes". 

La firma ha calculado que los costes derivados del research serán inferiores a los 5 millones de dólares, frente a los 100 millones anuales que le calcula Financial Times en su artículo. "Estos costes serán descontados de las comisiones de gestión y, por tanto, absorbidos por Vanguard", ha añadido el portavoz. 

Cabe recordar que uno de los ejes de la segunda parte de la normativa MiFID es en la mejora de la transparencia de los costes, incluyendo el principio de mejor ejecución (los gestores tendrán la obligación de presentar a sus inversores presupuestos que recojan con claridad los gastos derivados del research), que afecta directamente a los gestores de fondos. Así, uno de los cambios más importantes será la separación de los pagos por análisis de la ejecución de las transacciones de compra/venta, también conocido como unbundling (leer más).

En los últimos meses, el goteo de gestoras que han confirmado que asumirán estos costes ha sido constante; entre ellas figuran nombres como Aberdeen, M&G Investments o Jupiter. La novedad en este caso es que Vanguard se ha convertido en la primera gran gestora americana en dar el paso para adaptar su negocio europeo al desafío que plantea MiFID II.