El máximo responsable global de Aladdin Wealth en BlackRock ve una evolución en el rol del banquero privado y asesor. Impulsado por la tecnología, será más eficiente y podrá ofrecer más personalización a escala.
Aladdin Wealth quiere ser el motor de los banqueros privados. Una evolución de la tecnología de gestión de carteras institucionales de BlackRock, la plataforma Aladdin Wealth actúa como una máquina de rayos X para atender la cartera de un cliente de banca privada de manera holística. “Ayudamos al banquero a comprender las carteras de sus clientes. ¿Están bien posicionadas? ¿Cuáles son los riesgos a los que están expuestas? ¿A qué escenarios externos debe estar atento? Son el tipo de preguntas a las que necesitan saber responder, especialmente a medida que la conversación evoluciona del concepto de productos al de carteras completas”, explica Venu Krishnamurthy, responsable global de Aladdin Wealth en BlackRock
Personalización a escala
Una de las grandes tendencias que ve Krishnamurthy en el negocio de banca privada es la personalización de carteras a escala. “Históricamente la personalización venía de la mano de clientes de altos patrimonios y se hacía de manera bastante manual. La tecnología lo que te permite es romper esa barrera, permite generar escala y bajar el mínimo necesario para un cliente”, explica.
La tecnología también es eficiencia. “Gracias a colaboraciones como la integración con Investment Navigator, estamos ofreciendo una mayor eficiencia a la banca privada, ya que agilizamos el proceso de compliance, la fiscalidad y las recomendaciones sobre carteras. Cuando te asocias con Aladdin, lo que obtienes es una suscripción a la innovación”, explica.
“Un banquero privado puede dedicar entre un 30 y un 50% de su tiempo a labores administrativas. Es tiempo que no se está dedicando realmente al cara a cara con el cliente, nuevo o existente. A medida que nos movamos hacia estas carteras centralizadas la labor de un banquero o asesor se va a convertir más en la de un coach financiero para el cliente”, vaticina. “Puede que el banquero privado no sea la persona que mejor diseña una cartera, esa es la labor del director de Inversiones, pero sí puede tomar el capital intelectual y personalizarlo teniendo en cuenta los valores y requisitos de su cliente”.
Es parte de la evolución en la que se encuentra inmerso el rol del banquero privado. Hace 20 años principalmente ejecutaban órdenes. Luego se abrieron a ser vendedores de productos y después gestores de carteras. “Si me preguntas la dirección de viaje, el objetivo del banquero y asesor debería ser convertirse en el coach financiero de su cliente. El santo grial para cualquier banquero es ser el asesor de confianza de su cliente”, afirma Krishnamurthy. ¿Y qué genera confianza? “El expertise, la alineación deintereses, la relevancia y la confianza”, sentencia.
Aladdin: un servicio de 1.600 millones de dólares en ingresos
Aladdin nació el mismo día que BlackRock. “Como BlackRock nació bajo la tesis de que podíamos traer las capacidades analíticas del sell side al buy side comenzamos a construir Aladdin para nuestro uso interno”, cuenta Krishnamurthy. Con el tiempo, a medida que crecía la demanda de soluciones de análisis y gestión de riesgos, Aladdin se consolidó como un negocio en 2000. Esta evolución continuó con el lanzamiento de Aladin Wealth en 2016, ampliando las capacidades de Aladdin a gestores de Wealth y bancas privadas.
En este tiempo Aladdin se ha convertido en una pata de negocio clave para la gestora estadounidense: en 2024 los servicios tecnológicos de BlackRock generaron 1.600 millones de dólares en ingresos.
En España, Aladdin Wealth ha cerrado acuerdos con grandes jugadores del mercado como CaixaBank Banca Privada para el lanzamiento de su Advisory GPS y, ahora, con el reciente nombramiento de Begoña Rubio como responsable para Iberia de Aladdin Wealth, la firma augura un prometedor potencial para crecer en el negocio wealth tanto en Iberia como a nivel global. “Adquiere mucho más valor en mercados como el español, donde existe una clara tendencia a que nuestros clientes proporcionen a sus clientes finales capacidades de cartera más centralizadas, tanto para servicios de asesoramiento o discrecionales”, afirma Krishnamurthy.
“Muchos bancos están debatiendo cómo prestar un servicio que no se base en el modelo económico tradicional de retrocesiones. Si se va a cobrar al cliente una comisión por el asesoramiento tiene que ofrecer un servicio calidad y demostrar que está constantemente supervisando su cartera para poder asesorarles, no sólo en un punto de venta, sino de forma continua”, añade.
La conversación con el cliente está evolucionando
A través de sus conversaciones habituales con clientes de empresas globales, Krishnamurthy detecta varios vientos de cola que están rediseñando el mundo de la banca privada, también en España.
Uno, que la conversación con el cliente está evolucionando. “Está pasando de producto y distribución a estar mucho más centrado en ofrecer asesoramiento de carteras a sus clientes”, percibe el directivo. Dos, la propia regulación es un apoyo. “El regulador quiere que el cliente retail también tenga acceso a la mejor tecnología y transparencia en los precios”, explica. Y tres, que los propios banqueros privados ven necesidad de traer calidad institucional, tanto en activos públicos como privados, a sus capacidades y analítica de carteras.
“Estas tres tendencias encajan perfectamente con nuestra ambición para Aladdin Wealth”, afirma Krishnamurthy. Pero abrir la plataforma a este nuevo segmento de cliente requiere adaptación en función de cada geografía. “La banca privada es un negocio profundamente local. Cada región tiene su propio régimen regulatorio, la estructura de la industria es distinta como también lo son las preferencias del cliente”, explica.