“Veo más valor en los bancos europeos que en el high yield, que podría sufrir un repunte significativo de los default”

JonMawby
Foto cedida

A pesar de que casos tan recientes y sonados como el de Banco Espirito Santo (BES) han puesto de nuevo el foco en la salud de los bancos periféricos, no parece que el sistema financiero europeo esté en riesgo. “La mayor regulación que implica Basilea III y otras pruebas de estrés financiero están convirtiendo a los bancos en negocios ‘serios y aburridos’, con un nivel de riesgo muy inferior al de antes de la crisis”, afirma Jon Mawby, cogestor del fondo GLG Flexible Bond del grupo Man, en declaraciones a Citywire.

De hecho, el gestor ve ahora mismo mucho más riesgo en el mercado de deuda de alto rendimiento, “que podría sufrir un repunte significativo de las tasas de impago”, lo que le ha llevado a rotar sus posiciones de high yield estadounidense al sector financiero europeo, principalmente títulos de bancos de mercados ‘core’. “El mercado de high yield empezó a recalentarse hacia finales del año pasado con el deterioro de las condiciones contractuales de los bonos”, explica Mawby. “Cuando estos acuerdos empiezan a cerrarse a tipos de interés cada vez más bajos, suele ser el momento de salir del high yield”.

Pese a que la mejora de las condiciones económicas suele beneficiar a los bonos de alto rendimiento “porque son apuestas cíclicas de beta alta”, Mawby señala que “la curva de tipos y el ciclo de impagos se han visto frenados en gran medida por el hecho de que el coste de la deuda siga tan bajo”. Por ese motivo, el gestor considera que “un aumento de los tipos podría provocar una situación perversa, por la que muchos emisores de high yield se verían afectados negativamente a pesar de las mejoras económicas”.

Así las cosas, la exposición del fondo a la clase de activo ha pasado de un 45% el año pasado al 10% actual, mientras que el sector financiero ha pasado de representar un 10% a finales de 2013 a cerca del 40% en la actualidad, del que aproximadamente un 15% está invertido en bonos convertibles contingentes (‘cocos’) y otro 20% en aseguradoras y deuda bancaria tier 1 y tier 2 seleccionada. A pesar de que el fondo mantiene una posición del 3,7% en Espirito Santo, Mawby afirma que invierten en bancos “con sólidos factores técnicos y fundamentales que nos protejan de la volatilidad”.

Al cierre de junio, el GLG Flexible Bond había generado una rentabilidad a un año del 11% frente al 4,9% de su índice de referencia, en términos de dólar.