Victoria contundente de Donald Trump: primeras reacciones de las gestoras internacionales

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Foto de Jon Tyson en Unsplash

Una victoria clara y decisiva, el mejor escenario posible para los mercados. No solo Donald Trump será el 47º presidente de Estados Unidos, sino que hay posibilidades de que los republicanos barran tanto el Senado como la Cámara de los Representantes. En las primeras horas de la mañana del 6 de noviembre ya tenía suficiente ventaja en los estados clave para asegurarse la mayoría de 270 escaños necesarios en el Colegio Electoral, gracias a sus decisivas victorias en Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte y a media mañana en Europa logró los restantes con los escaños de Wisconsin.

¿Barrido completo de los republicanos?

La única cuestión que parece estar abierta mientras escribimos estas líneas es si veremos un barrido completo de los republicanos. La previsión era que tomasen el control del Senado de los demócratas, pero los números iniciales apuntan a que posiblemente también les arrebaten la Cámara de Representantes. “Sería un movimiento sin precedentes. La primera vez en la historia que tanto el Senado como la Cámara cambian a la vez de manos en unas elecciones, pero ya nos estamos acostumbrando a vivir en tiempos sin precedentes”, reconocen desde Columbia Threadneedle.

Si se logra esa mayoría republicana en el Congreso, Raphael Gallardo, economista jefe de Carmignac, vaticina una la reactivación de la reaganomics al estilo de los años ochenta, lo que alargaría inicialmente el mercado alcista de la renta variable y el ciclo económico hasta 2025. “Pero la agenda proempresarial de Trump sería a costa de tipos reales más altos, lo que entraña nuevos riesgos para el sistema financiero mundial”, advierte.

En caso de una barrida total republicana, Stephen Dover, responsable del Franklin Templeton Institute, prevé que la prórroga de los recortes fiscales de Trump de 2017 estaría asegurada. Es probable que se reduzcan los tipos legales y efectivos del impuesto de sociedades (el primero quizá hasta el 15 %) y que se introduzcan cambios radicales en la normativa empresarial. Ve menos seguro que se incrementen los aranceles en la escala y el alcance previstos en la retórica de la campaña de Trump.

Incluso Europa y China reaccionan al alza

Desde el inicio la reacción de las bolsas fueron claramente positiva. Tanto en los índices europeos, que se mueven durante la mañana con subidas del 1-1,5% a excepción del Ibex 35 español, como los futuros de las bolsas estadounidenses que también apuntan a alzas superiores al 1%. El que más se revaloriza es el Nasdaq por su exposición al sector tecnológico, uno de los previsiblemente beneficiados de una victoria de Trump. Sin embargo, el sentimiento giró por la tarde en los índices europeos que devolvieron lo ganado y terminaron con bajadas de hasta el 2,9% en el Ibex 35. También hubo un movimiento negativo en la renta fija. El Tesoro estadounidense, especialmente en los plazos más largos, está sufriendo ante la previsión de que el déficit estadounidense aumentará significativamente.

En opinión de Robert Dishner, de Neuberger Berman, es una reacción racional. “El crecimiento europeo, que en un principio parecía en entredicho, podría empeorar si se materializa una guerra comercial, y el BCE podría verse obligado a distanciarse de la Reserva Federal. Por el contrario, las tires estadounidenses están subiendo a medida que los mercados valoran un crecimiento potencialmente mayor y las preocupaciones fiscales”, argumenta.

Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latinoamérica, también cree que esta vez los mercados se lo van a tomar con bastante mayor tranquilidad.  “Una administración liderada por Trump es conocida: recortes de impuestos, control de inmigración, combustibles fósiles, aumentos de aranceles y desregulación, con mayor déficit fiscal”, explica. Con Trump, con control del Senado y la Cámara de Representantes, la extensión de recortes de impuestos de 2017 puede ser casi total y los aumentos arancelarios sustanciales, altamente inflacionario.

Ojo al movimiento en small y mid caps

Pero para Oliver Blackbourn, gestor del equipo de multiactivo de Janus Henderson, lo más destacable son los índices S&P Midcap 400 y Russell 2000, cuyos futuros registran ganancias superiores al 4% y al 5%, respectivamente. “Esto no es de extrañar, ya que todo parece indicar que los republicanos mantendrán los recortes fiscales actuales y tratarán de hacer más”, interpreta el experto. “Están cotizando con un descuento del 25%, mientras que normalmente deberían tener una prima del 10% porque estructuralmente tienen un mayor crecimiento”, coincide en señalar Charlotte Daughtrey, especialista en inversión de renta variable de Federated Hermes. En su opinión, la deslocalización será un fuerte viento de cola para esta clase de activos centrada en el mercado nacional y así como para sectores como el industrial, las tecnologías de la información y los materiales (en los que están sobreponderados).

El foco se posa sobre la Reserva Federal

Pero una victoria de Trump abre un reto importante para la política monetaria de Estados Unidos. Como ya venían advirtiendo las gestoras, si bien los programas políticos de ambos candidatos apuntaban a un crecimiento del déficit, en el caso de Trump la subida prevista es mayor. “La Reserva Federal ha evitado hacer comentarios hasta ahora para parecer neutral y proteger su independencia, pero su reacción a estas políticas es clave para saber hacia dónde se encaminan las cotizaciones de los activos”, apunta Gordon Shannon, gestor de TwentyFour AM (Boutique de Vontobel).

“Los mercados tendrán que esperar para ver si la Reserva Federal está dispuesta y es capaz de hacer frente a una economía caliente”, señala Blackbourn. Con la perspectiva de menos recortes de los tipos de interés, los mercados de renta fija ya preocupados por la montaña de deuda estadounidense y el aumento de los rendimientos del Tesoro a largo plazo, “los inversores deben tener cuidado de que la subida a largo plazo no empiece a convertirse en un problema para la economía”, advierte.

“Parece muy probable que se avecine una nueva expansión fiscal. Esto no casa bien con el deseo de Trump de que la Reserva Federal recorte los tipos de forma agresiva”, coincide Aaron Rock, responsable de tipos nominales de abrdn. Por eso su expectativa es que los rendimientos del Tesoro de EE. UU. se desvíen al alza, frente a sus homólogos, liderados por los vencimientos más largos.

Implicaciones para los activos

Como bien señala Johan Van Geeteruyen, CIO Fundamental Equity de DPAM, un segundo mandato de Trump conlleva tanto oportunidades como retos para la economía y los mercados financieros estadounidenses. Las áreas clave de impacto, en su visión, incluyen las políticas fiscales, el comercio y los aranceles, el rendimiento sectorial y la política monetaria. “Los inversores pueden mirar hacia los cíclicos (financieros, energía, etc.) y ciertas empresas tecnológicas como posibles beneficiarios, mientras que los aranceles y las tensiones geopolíticas plantean riesgos para otros sectores”, propone. Es un punto que también destaca Kevin Thozet, miembro del comité de inversión, porque la presión alcista sobre las tires de la renta fija podría en peligro los activos de más largo plazo alta duración (valores de crecimiento) y la renta variable proxy de bonos, especialmente dadas las elevadas valoraciones actuales.

También habrá que vigilar el impacto en el dólar estadounidense. Thozet teme que se vería atrapado en el fuego cruzado de la interferencia de Trump con la Fed, el excepcionalismo prolongado de EE. UU. y los aranceles. “Estos últimos, al ser fundamentales en su plan económico, serían probablemente los que impulsarían la subida del billete verde. Si finalmente el dólar se debilita debido al éxodo de capital extranjero, esto podría llevar a una posible depreciación del mercado de renta variable estadounidense”, analiza.

Escenario a largo plazo

A más largo plazo, Blair Couper, director de inversiones de abrdn, ve probable que una victoria de Trump signifique un entorno regulatorio más laxo, una escalada de los aranceles comerciales y posibles intentos de derogar componentes de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA). En ese caso, las áreas que podrían estar bajo presión son las empresas con más probabilidades de estar sujetas a aumentos de aranceles y las áreas de la IRA que son más fáciles de derogar, como los fabricantes de automóviles europeos, los vehículos eléctricos y la energía eólica marina. Con Trump al mando, Estados Unidos también se enfrenta a elevados riesgos de inflación debido a estas políticas, por lo que también cree probable que veamos una reacción de los sectores sensibles a los tipos y un fortalecimiento del dólar.

Expertos como Michaël Nizard, responsable de multiactivos y overlay, y Nabil Milali, gestor multiactivos y overlay de Edmond de Rothschild AM, están reduciendo su exposición en mercados emergentes, al tiempo que mantienen una visión más constructiva de China, donde creen que la coordinación de los estímulos fiscales, presupuestarios y monetarios podría apoyar a esta zona.

También creen desde EdRAM que la tendencia bajista del petróleo debería acelerarse, debilitada por la determinación del nuevo presidente de los Estados Unidos de aumentar la producción petrolera estadounidense. “El impacto no será directo, ya que los productores estadounidenses siguen guiándose principalmente por su objetivo de generar mayores rendimientos para los accionistas, pero la supresión de las normas medioambientales y de las autorizaciones para perforar en terrenos federales debería tener un efecto marginal al alza de la producción. Esto podría precipitar aún más una caída de los precios del petróleo, ya que la OPEP podría optar por tomar represalias con una guerra de volúmenes para evitar perder más cuota de mercado”, explican.