El PIB brasileño apenas creció un 0,2% en 2014, frente al 7,5% registrado tan solo cuatro años atrás. La deriva del país, que ha acusado la caída de la demanda de materias primas por parte de su socio comercial chino, junto con las poco acertadas políticas del gobierno de Dilma Rousseff y los graves casos de corrupción, entre otras cargas, no impide a Mark Mobius afirmar que él y su equipo creen que “Brasil tiene en escena todos los elementos para lograr tasas mucho más elevadas de crecimiento si hay voluntad política”.
Así comienza la última entrada al blog de este gurú de los mercados emergentes. Mobius y el equipo que dirige en Franklin Templeton Investments viajaron a Brasil en febrero para tomar el pulso a las empresas brasileñas y poder conocer de primera mano el estado de la economía local. “Me complace decir que, aunque ciertamente Brasil todavía tiene problemas en los que trabajar, soy un poco más optimista respecto a las perspectivas de inversión de lo que era hace seis meses o más, ¡y esto es en parte porque todo el mundo parece muy pesimista”, confiesa el famoso gestor. El estilo contrarian es uno de los mantras de Franklin Templeton, y como buen contrarian Mobius ha aprovechado para buscar oportunidades en un mercado que ahora no quiere nadie, el brasileño.
El gurú aporta seis razones por las que merece la pena mirar a Brasil con buenos ojos. En primer lugar, por PIB es la séptima economía de mayor tamaño del mundo, y la sexta si se tiene en cuenta su población. Además, presenta un favorable perfil demográfico, con población joven (la media de edad está en los 30,7 años). Desde 2003, cerca de 36 millones de personas han conseguido salir de la pobreza para incorporarse a la clase media del país, mientras que la tasa de desempleo batió un mínimo histórico por debajo del 5% en 2014. Otra de las prioridades que ha guiado al país en los últimos años ha sido la mejora del acceso a la educación, hasta el punto de que la tasa de alfabetización ya se sitúa por encima del 90%. Finalmente, Mobius destaca las diversas fuentes de crecimiento de la economía brasileña, que dispone además de una amplia gama de recursos naturales.
A estos factores se les debe añadir el sempiterno optimismo con el que el experto en emergentes tiende a contemplar los eventos a priori negativos para la economía: “El resultado positivo de los shocks del mercado como el del escándalo de corrupción en Brasil es que tienden a seguirle reformas y una mayor transparencia”. Sobre el evento de crédito que ha protagonizado recientemente Petrobras comenta: “Hemos invertido en Brasil durante décadas y siempre hemos sentido que las compañías estatales tienen un historial de resultados pobre en lo referente a gobierno corporativo. Esperamos que una atención más elevada a la corrupción ayudará a arrancar cambios en el equipo gestor a nivel corporativo, y reformas a nivel político”.
¿Qué esperar en esta legislatura?
Dilma Rousseff ha comenzado su segundo mandato con el nombramiento de Joaquim Levy como ministro de finanzas, con la intención de recuperar la confianza de los inversores internacionales. Adicionalmente, se ha planteado el objetivo de generar un superávit primario del 1,2%. “Aunque admito que pude ser un poco escéptico tras las elecciones sobre un posible cambio en Brasil, parece que sus líderes han estado trabajando para mejorar la salud fiscal con medidas que incluyen subidas de impuestos y eliminación de subsidios. Bajo mi punto de vista, las políticas que adoptó el expresidente Fernando Henrique Cardoso durante sus ocho años en la presidencia, incluyendo la privatización de empresas estatales, son un buen modelo para que siga ahora Rousseff”, opina Mobius. A un tiempo, predice que “en cinco años o así, el clima económico e inversor en Brasil debería parecer mucho más brillante que en los últimos dos años”.
Sostiene esta afirmación en primer lugar en el ya mencionado factor demográfico: la población es joven, tiene acceso a la educación, puede acceder a la clase media con más facilidad que en el pasado y dispone de mayor poder adquisitivo que le permite acceder a nuevas tecnologías. En segundo lugar, confía en que la investigación sobre casos de corrupción sirva como azote de las reformas, al igual que ha sucedido por ejemplo en China: “Creo que con toda probabilidad el gobierno brasileño desarrollará políticas más eficientes y efectivas, así como mejorará la dirección de compañías estatales”. Mobius también recuerda que se pueden encontrar en el país grandes gestores, capaces de hacer crecer compañías locales e internacionalizarlas.
¿Qué supone para Brasil la caída del precio del petróleo?
Según el gurú, el descenso de los precios del crudo es a un tiempo un apoyo y un obstáculo para esta economía sudamericana: por un lado suponen una caída de los ingresos por exportaciones del país, pero por otro el sector energético sólo supone un 3% de su PIB. A esto se le ha de añadir que las petroleras estatales tenían que importar petróleo a precios de mercado y luego revenderlo a una tasa inferior para mantener baja la inflación. Con el descenso del precio del barril ya no tendrá la necesidad de vender por debajo del precio de coste… aunque también descenderán por otra parte los ingresos procedentes de la producción y exploración de nuevos yacimientos.
Mobius también ve la posibilidad de que Brasil se beneficie indirectamente de la caída de los precios del petróleo: el abaratamiento es bueno para las naciones importadoras, como China, y contribuirá a incrementar el consumo en estos países por una mejora del poder adquisitivo, lo que a su vez podría estimular la demanda de otros productos fabricados en el país. Cabe recordar que Brasil también es uno de los grandes productores de soja, mineral de hierro y azúcar. “Si el crecimiento global mejora en 2016, como han anticipado varios analistas, el precio de un número de materiales básicos ahora deprimido probablemente se recuperará y podría impulsar la economía brasileña. Junto con otros esfuerzos reformistas en Brasil, debería ayudar a atraer inversiones extranjeras e infundir confianza”, indica el experto.
Éste concluye sus reflexiones en la que es la última entrada de su blog por el momento con algunas pistas sobre los sectores en los que se está fijando. Por ejemplo, admite estar observando el sistema bancario en búsqueda de buenas oportunidades de cara al futuro. Por otra parte, muestra su intención de incrementar en el futuro sus posiciones en compañías brasileñas, especialmente las multinacionales que cotizaban caro en el pasado, así como otras que presentan buenas perspectivas de futura, tienen un equipo directivo fuerte y un endeudamiento bajo o inexistente.