Oportunidades en Asia: el nuevo El Dorado

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TRIBUNA de Fernando Fernández-Bravo, director de Ventas Institucionales, Invesco. Comentario patrocinado por Invesco.

El continente asiático es a día de hoy uno de los motores del crecimiento a nivel mundial, con un crecimiento cercano al 5,5% y un crecimiento potencial para los próximos 4-5 años del entorno del 6%. China, India e Indonesia son los principales contribuidores de este crecimiento en la región asiática, y en gran parte va a venir por el fuerte ritmo de crecimiento de las tasas demográficas; se espera que Asia incremente su población de 4.600 millones de personas a 5.200 millones en los próximos 20 años.

Según datos del FMI, a partir del año 2024 el crecimiento económico de la región asiática se situaría en torno al 6%, una cifra que contrasta con el crecimiento esperado para las economías de la OCDE, que se sitúa en torno al 1,5% anual. El COVID ha servido además para acentuar esta tendencia, ya que los países asiáticos fueron los primeros en entrar en la pandemia y los primeros en salir (first in-first out), con fuertes señales de recuperación de la actividad.

Aprovechar las potenciales oportunidades

Teniendo en cuenta este escenario económico, en Invesco pensamos que se pueden encontrar interesantes oportunidades de inversión en la región, tanto en renta fija como en renta variable.  En los últimos diez años el crecimiento del mercado de renta fija asiática en dólares estadounidenses (en las llamadas hard currencies o HC) se ha multiplicado y actualmente excede de 1,3 trillones de dólares estadounidenses. Dentro de este segmento, el mercado chino (un 64% del total) se ha disparado, con incremento de volúmenes de emisión cada año y un 2020 de récord, con 325.000 millones de dólares emitidos y más de 700 emisiones nuevas).

Si hablamos del mercado de deuda en divisas locales entonces entramos en una dimensión superior. Hablamos de un mercado de casi 37 trillones de dólares estadounidenses, donde casi la mitad (un 46%) corresponde a Greater China y el restante 54% al resto de países de la región. Una de las tendencias que hemos observado en los últimos tiempos es el creciente interés por los bonos verdes asiáticos. Aunque siguen suponiendo una parte muy pequeña del mercado (las emisiones suman unos 40.000 millones), pero ya juegan un papel importante en este mercado, por la fuerte demanda para financiar proyectos de energías renovables, nuevas infraestructuras, etc.

La mejora de la calidad del mercado

Los fundamentales tanto de los bonos de grado de inversión como de high yield están mejorando, con una tendencia de desapalancamiento en ambos tipos de deuda y con valoraciones relativas atractivas respecto al mercado estadounidense. Los diferenciales de crédito y carry son muy superiores a los de los mercados desarrollados. Sin embargo, las tasas de defaults en Asia en el mercado de high yield son relativamente bajas en comparación con los mercados globales.

Por su parte, el mercado de valores chino es el segundo más grande del mundo, muy por delante del tercero del ranking, Japón, que representa solo alrededor del 40% del tamaño de China. Y Japón es tratado como una clase de activos diferente. Si hablamos de la oportunidad de inversión en Asia, creemos que merece la pena centrarnos en China.  La economía de este gigante es ahora más grande que el PIB de India, Rusia, África y América Latina juntos, y creemos que seguirá generando un crecimiento superior en el futuro.

El surgimiento de la economía china ha dado lugar a abundantes empresas chinas competitivas en una amplia gama de sectores. En la actualidad, hay más de 5.500 empresas chinas que cotizan en China continental, Hong Kong y EE.UU. Creemos que ofrecen una amplia selección de fuentes alfa para que los inversores elijan al construir sus carteras.

En relación al peso de China en los índices, la importancia de China en el MSCI EM Index ha crecido en los últimos años. El peso en el índice ha aumentado hasta el 40% desde un nivel en torno al 25% en los últimos cinco años. Esperamos que su ponderación en este índice siga aumentando por su crecimiento económico más rápido y una mayor inclusión de acciones A.

Respecto a ESG, China prometió el año pasado durante la Asamblea General de las Naciones Unidas que alcanzará la neutralidad de emisiones de carbono en 2060. Creemos que un compromiso tan ambicioso ejemplifica el deseo de China de perseguir un crecimiento sostenible a largo plazo e impulsará el compromiso ESG en el futuro. De hecho, vemos una tendencia al alza en las tasas de divulgación de los indicadores ambientales, sociales y de buen gobierno, que se están poniendo al día gradualmente con los estándares globales y regionales.