Reivindiquemos el valor añadido del depositario

Alexis Thompson BBVA tribuna
Alexis Thompson BBVA tribuna

TRIBUNA de Alexis Francis Thompson, responsable de BBVA Global Securities Services y responsable de Estrategia y Desarrollo de Negocio de GTB. Comentario patrocinado por BBVA.

La importancia de la figura del depositario como pieza clave en el engranaje entre el fondo y el inversor es crucial. Es cierto que, durante años, el depositario ha sido el gran desconocido no solo entre el gran público sino entre parte de los propios integrantes de la cadena de valor de la gestión de activos.

Para algunos se trataba de una figura que parecía más una formalidad o una imposición legal. Para otros, era un receptor de comisiones por una actividad y función que no eran muy evidentes. En otras muchas ocasiones, su papel se veía difuminado con el de mero custodio sin que se tuvieran claras las responsabilidades derivadas de su mandato ni de sus funciones.

En favor de la industria española hay que reconocer que, jurídicamente, la figura del depositario ha estado siempre perfectamente definida y construida en base a una legislación mucho más avanzada que la de nuestros homólogos internacionales, quienes tardaron más tiempo en definir claramente su alcance “a la española”.

Y esta falta de difusión de la labor del depositario puede que haya sido achacable en parte a nosotros mismos, los propios prestadores del servicio que no hicimos una labor didáctica suficientemente extensa sobre la relevancia de nuestro rol.

Pero creemos firmemente que esta percepción ha cambiado en los últimos años, precisamente porque hemos puesto mucho más foco en dar a conocer nuestro papel, de manera que hoy, todo el sector (gestoras, comisiones de control, inversores y partícipes) reconoce y valora el papel fundamental que desempeña con su actuación, apuntalando la solvencia del sistema y actuando como garante del interés del partícipe.

Y no se trata solo de comunicar nuestros servicios. También creemos que se ha producido una evolución muy significativa de la figura del depositario, que ha pasado de ser “el banco del fondo” a una entidad que acompaña a los clientes en toda su andadura.

Este hecho ha sido especialmente significativo en nuestro caso, ya que, como principal entidad depositaria de fondos de pensiones de empleo, hemos mantenido y mantenemos una estrecha relación con sus comisiones de control. Durante estos últimos años hemos reforzado el flujo de comunicación con ellas y hemos aportado soluciones y servicios novedosos que facilitan su labor, reforzando en paralelo los procesos de control de riesgos de custodia y supervisión de la actividad.

Otro ejemplo de flexibilidad es el que se ha producido con las entidades de capital riesgo y las EPSV. La necesidad de que mandataran un depositario puede que fuera percibida inicialmente más como una carga administrativa que como una ventaja. Finalmente se ha convertido en un ejercicio de colaboración estrecho entre ambos, siendo el depositario un apoyo constante a las necesidades para este tipo de vehículo y sus gestoras. Para ello, ha sido clave ser capaces de adaptar nuestros servicios transaccionales tradicionales a sus necesidades concretas. El hecho de contar con unos servicios bancarios especializados en inversión colectiva y previsión social nos ha facilitado enormemente esta transición.

Es evidente que esta flexibilidad viene derivada también de nuestras capacidades como banco global y de la potencia tecnológica que este hecho nos permite tener. Muchas de las innovadoras soluciones que hemos implementado para nuestros clientes, tanto institucionales como minoristas, nos han permitido evolucionar nuestros servicios en el mundo de la depositaria. Tampoco podemos olvidar que contar con una red de oficinas amplísima es determinante para poder ofrecer un servicio global y competitivo a este tipo de entidades y a sus partícipes.

Precisamente el hecho de que nuestra unidad de depositaria forme parte de un grupo bancario global, nos hace un rara avis dentro del sector en España. Podemos decir que hemos vivido el proceso inverso al que han seguido otros proveedores, ya que, tras la fusión de Banco Depositario BBVA SA en 2016, la actividad de depositaría se integró en BBVA, dado que la normativa vigente permite que gestora y depositario pertenezcan al mismo grupo empresarial. Esta estructura es fiel reflejo del reconocimiento de nuestra entidad por los servicios de depositaría, custodia y negocio institucional en general, y del valor añadido que nuestros servicios aportan a los clientes.