Análisis de Fidelity de las implicaciones del ‘secuestro fiscal’ en Estados Unidos

Kamil Molendys, Unsplash

El ‘secuestro fiscal’ es una batería de recortes obligatorios del gasto federal y de defensa para reducir el déficit público. Los recortes se aplicarán de forma automática e indiscriminada, sin importar sus consecuencias para los ciudadanos o el PIB de Estados Unidos. Esta figura, que según Fidelity Worldwide Investment, podría traducirse como ‘ajuste’, fue introducida en el marco de la ‘Budget Control Act’ de 2011, ley también conocida como acuerdo sobre el techo de la deuda.

La amenaza de recortes indiscriminados tenía como finalidad incentivar al llamado Supercomité del Congreso de Estados Unidos a recortar 1,5 billones de dólares del déficit a lo largo de 10 años. Sin embargo, este comité fue incapaz de alcanzar un acuerdo y el Secuestro fiscal estaba programado para entrar en vigor el 2 de enero de 2013, si bien la ‘American Taxpayer Relief Act’ lo pospuso hasta el 1 de marzo. “Ni a los republicanos ni a los demócratas les gusta el ‘secuestro fiscal’, pero los intentos de última hora por resolver la cuestión han resultado baldíos", afirman desde la entidad.

La cifra total de ajuste en 2013 es de 85.000 millones de dólares y los recortes ascienden a 1,2 billones de dólares de aquí a 2021. El secuestro fiscal recorta 42.700 millones de los presupuestos de defensa y otras partidas, pero el grueso de la reducción recae sobre el gasto discrecional. En total, asciende al 2,4% del gasto. Afecta a los desembolsos (el gasto ya comprometido) y a la potestad presupuestaria (nuevas partidas de gasto). Así, el secuestro fiscal asciende de forma efectiva a sólo 44.000 millones de dólares del gasto comprometido en 2013, explica Fidelity.

El Pentágono se enfrenta al recorte presupuestario más drástico, un 25%, que amenaza con debilitar seriamente la defensa de Estados Unidos. En lugar de poner fin a costosos elefantes blancos, como el F‐35, o reducir el número de efectivos (las cifras de personal quedan fuera del ajuste), se deben realizar recortes en todos los programas. Sin embargo, estos recortes podrían modificar antes de finales de marzo. Algunos estados sufrirán más que otros, ya que los fondos federales suponen una proporción mayor de los ingresos de los estados. Sin embargo, es improbable que Estados Unidos recaiga en la recesión.

¿Cómo afectará el ‘secuestro’ a los mercados?

Comparado con todo el revuelo que suscitó el abismo fiscal, en Fidelity consideran que el grado de concienciación sobre el secuestro fiscal es bajo. “Esto puede ser porque no conlleva subidas de impuestos y, por lo tanto, tiene menos inmediatez. Así, el flujo de noticias tiene menos probabilidades de afectar al inversor medio. Los sectores más perjudicados por el secuestro fiscal son defensa y salud. Sin embargo, debido a las crecientes presiones de los costes, las empresas que ayudan a ahorrar dinero en atención sanitaria van a beneficiarse. Algunos ejemplos son las empresas que gestionan prestaciones (Express Scripts) y servicios de Medicaid".

“Aunque el secuestro fiscal tiene muchas probabilidades de entrar en vigor, preveo que el Gobierno estadounidense alcanzará un acuerdo sobre financiación antes de abril, lo que limitará las repercusiones sobre la economía”, asegura Aditya Khowala, gestor de carteras de renta variable estadounidense. “El gasto en defensa y el gasto discrecional de la administración probablemente se vean afectados, pero los inversores podrían encontrar alivio en el hecho de que una vez se resuelva la cuestión del secuestro fiscal, no se prevén otras grandes crisis de política económica antes de las próximas elecciones”.