Balance de los ODS: desalentador estancamiento en el progreso

ODS
Fuente: www.un.org

La inversión sostenible recibió un importante empujón durante la pandemia, pero la carrera se ha ralentizado en los 12 últimos meses. M&G ha elaborado un balance del progreso de los ODS y, en pocas palabras, el análisis no arroja un mensaje esperanzador. La gestora británica ha detectado un estancamiento en el progreso. De los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 15 no han experimentado avance alguno en el último año. Así, sólo siete ODS están en vías de cumplir el plazo de 2030.

Es una lectura desalentadora, como reconoce Ben Constable-Maxwell, responsable de Inversiones de Impacto en M&G y autor principal del informe. “La invasión rusa de Ucrania, la crisis energética y el recrudecimiento de la crisis del coste de la vida están teniendo un impacto de calado en la capacidad de los países más ricos para mantener o incrementar el capital con el que abordar estos desafíos globales”, explica.

Conclusiones importantes

Del informe de M&G se pueden destacan varias conclusiones importantes:

  • No existen avances en la mayoría de los ODS: en términos anuales, 13 de los 17 objetivos no han variado, dos han sufrido una desaceleración y otros dos se han acelerado.
  • Ligera mejoría en dos ODS: La salud y el bienestar (ODS 3) mejoraron gracias al desarrollo eficaz de vacunas durante la pandemia de COVID-19 y a otras mejoras en el ámbito de la salud y el bienestar, mientras que la industria, la innovación y las infraestructuras (ODS 9) se beneficiaron de la persistente mejora en el acceso digital a escala mundial.
  • Marcha atrás para la energía asequible y no contaminante: El ODS 7, correspondiente a la energía asequible y no contaminante, frenó su avance cuando la invasión rusa de Ucrania desestabilizó el mercado internacional de la energía, dando al traste con los progresos alcanzados y causando el mayor repunte en los precios energéticos desde 1970.
  • Aumento de la desigualdad: El ODS 10, la reducción de las desigualdades, se vio agravado por la COVID-19, mientras que la crisis del coste de la vida tendrá un impacto desproporcionado en las economías en desarrollo y podría provocar un efecto dominó en muchos otros objetivos.

No obstante, Constable-Maxwell  pide con caer en el derrotismo. “Dadas las profundas tensiones que viven las finanzas públicas, la inversión del sector privado es más necesaria que nunca para contribuir al progreso mundial hacia los objetivos”, afirma. En su opinión, la COP 27 que se celebrará en noviembre es una buena oportunidad para que los líderes políticos y el sector privado reflexionen sobre la permanente necesidad de cooperación para poder abordar los problemas más acuciantes de nuestra generación.