Juan Antonio Roche, director del área de Productos de Banca March, identifica la inversión socialmente responsable (ISR), sostenible y de impacto como la próxima gran tendencia de esta década, como en la anterior fueron las FAANG.
La firma, que lleva desde 2018 trabajando para crear piezas desde el área de producto que cubran las tendencias generales del mercado, confía ahora en dar cabida a la inversión sostenible con un nuevo producto.
La firma acaba de alcanzar se alía con J. Safra Sarasin para lanzar un producto que aún no tenían en su catálogo. Se trata de un vehículo hecho a medida que distribuirá Banca March en exclusiva en España y el banco suizo en el resto de países donde la entidad española no esté presente.
Este fondo (JSS Sustainable Equity - SDG Opportunities) se centrará en cuatro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por la Naciones Unidas. Concretamente en las necesidades básicas, la transición energética, el empoderamiento y el capital natural. Estos objetivos representarán un 41%, 17%, 25% y 17% de la cartera, respectivamente. Se trata de una cartera concentrada con 40 o 50 valores, un 70% de ellos de gran o mediana capitalización y un 30% small caps, donde se aplicará una metodología propia de análisis de factores ESG.
Otra de las iniciativas en los que trabaja el banco español es un proyecto internacional de infraestructuras de producción hidroeléctrica para cubrir el “apetito por lo verde”, destaca Roche. En este sentido, subraya el director del área de Productos de Banca March, como tres de los cuatro proyectos de coinversión que ha impulsado el banco se centran en temáticas donde mayor potencial ven.
La entidad, tal y como ha señalado Joan Bonet, director de Estrategia de Mercados de Banca March, como las energías renovables son hoy en día una alternativa real a la generación energética fósil, situando a la solar y eólica como las energías que mayor crecimiento experimentarán durante los próximos años. En el transporte, con los subsidios destinados al coche eléctrico, señala que ya existe una alternativa clara a los motores tradicionales. Por otro lado, cree que la regulación empujará hacia una economía circular optimizando los recursos y reduciendo el consumo de algunos materiales como el plástico.
