BBVA: "En Latinoamérica falta que penetre en la sociedad la necesidad de mejorar en productividad"

Latinoamérica vive una encrucijada ante la desaceleración económica y los retos que debe afrontar. También, no obstante, ha conseguido avances y hay motivos para el optimismo. Un mensaje cala hondo en el discurso de Jorge Sicilia (segundo por la derecha en la fotografía), economista jefe de BBVA, en su visión sobre el subcontinente que mostró en Madrid en el 16º Foro Latibex: el gran reto reside en cómo incrementar la productividad.

Sicilia mostró en un gráfico comparativo cómo el nivel de productividad de Latinoamérica se ha reducido en la última mitad de siglo en comparación con el de Estados Unidos. En 1960, la productividad total de los factores (PTF) suponía el 70% de la PTF de Estados Unidos. En 2010, esta ratio ha descendido hasta el 50% y está en promedios similares a los de Europa. “América Latina debería aspirar a parecerse a Asia (muy por encima en PTF) y no quedarse en un nivel similar al de Europa”.

Por ahora, aunque reconoce conciencia para trabajar en ello por parte de muchos estados, “lo feo que vive Latinoamérica es que a excepción de Chile ha habido pocos incrementos de productividad”, aseveró Jorge Sicilia, y recordó que en la región en general hay poca innovación, mala financiación de pymes, falta de calidad en educación básica, y a menudo excesiva burocracia. “En Latinoamérica falta que penetre en la sociedad la necesidad de mejorar en productividad, y así que las reformas busquen mejoras en productividad en vez de conseguir más crecimiento”, agregó.

A pesar de esta latente necesidad, el economista jefe recordó que “Latinoamérica ha avanzado mucho”, a pesar de que sea junto a Europa una de las dos zonas que más recortes han sufrido en las previsiones de crecimiento durante este año. “No es sólo por la desaceleración global y no es sólo por factores idiosincráticos”, expresó. Es decir, hay que tener en cuenta diversas variables y comprender que Latinoamérica tiene que afrontar riesgos que suponen la normalización de la política monetaria en Estados Unidos o la desaceleración económica global que se ejemplifica en China, país que tiene un fuerte vínculo comercial con la región y cuya influencia en el precio de las materias primas se muestra en las economías latinoamericanas.

Precisamente para combatir estos riesgos “serán clave las reformas que acometan los gobiernos para luchar contra la desigualdad y perseguir aumentos del rendimiento en el factor trabajo”, tales como las que fomenten mejorías en el capital humano, capital físico y reducción de los niveles de informalidad. “No hay ninguna política específica, aunque algunas como la reforma educativa ayudan. Hay conciencia en ello pero es difícil diseñar una política, deben ser un conjunto de reformas que vayan en esa dirección”, concretó.

La previsión desde BBVA es de crecimiento del PIB en un promedio anual del 2,7% para el periodo entre 2014 y 2019 frente al 4,3% visto entre 2004 y 2013. Lo bueno es que el tiempo de bonanza se ha aprovechado para dotar de diques a la economía ante los ciclos negativos, aseguró. Así, alabó que el sistema financiero está mejor preparado ante eventualidades que en el pasado, los riesgos fiscales son menores, y los tipos de cambio son flexibles sin que haya miedo en los gobiernos a la flotación de las divisas. Aunque enfatizó en que la parte negativa de todo esto es que en algunos elementos no se observan los mismos avances. “El espacio fiscal usado en la crisis internacional no ha regresado, hay rasgos de complacencia”, lamentó Jorge Sicilia. Además, la región no ha dejado de mostrar una alta dependencia al exterior. “Los precios de las materias primas y el crecimiento de China explican los periodos de crecimiento”.

En este escenario Jorge Sicilia no descarta que los países de América Latina puedan salir de la ‘trampa de ingreso medio’. “Es el reto que tienen, dar el salto que han dado muy pocos países. La ventaja de Latinoamérica es que los países se pueden fijar en otros modelos como Singapur aunque no sean replicables, y además el mundo ahora se mueve más deprisa que hace 20 años. Países como Chile y México se han atrevido a intentarlo”.