BBVA trabaja en una oferta sostenible de productos de renta variable asesorados y de carteras de gestión discrecional

Noticia Módulo nordea ESG
Joel Vodell (Unsplash)

Desde BBVA se preparan importantes para 2021 en materia de sostenibilidad. El grupo, que ha intensificado desde 2019 el desarrollo de todo lo relacionado con la sostenibilidad al ser considerado una prioridad estratégica para el banco, trabaja en importantes novedades para este año.

En el área de gestión de activos, la firma prepara una ampliación progresiva de la oferta con opciones sostenibles para todos los perfiles de clientes. Concretamente, productos de renta variable sostenible asesorados y de carteras de gestión discrecional asesoradas.

Por otro lado, se trabaja en desarrollar su oferta estándar de producto sostenible en dos líneas: una alineación con los desarrollos de la regulación y su modelo de integración de la sostenibilidad y, por otro lado, incorporando las mejores prácticas de la industria. Actualmente, la gestora dispone en España de tres fondos categorizados en el artículo 8 de SFRD y un plan de pensiones individual de ISR.

La definición estratégica de productos sostenibles, la ampliación del catálogo y la integración en el asesoramiento a clientes son unos claros objetivos del grupo para este año, donde también se avanzará en la comunicación y el reporting.

La entidad tiene previsto integrar las métricas de sostenibilidad en el reporting de productos y elaborar un documento de estrategia de sostenibilidad. Por otro lado, la gestora piensa firmar los PRI y adoptar progresivamente las recomendaciones de reporting TCFD.

Otro punto importante será la selección y medición de métricas impacto de sus carteras. La gestora, que tiene cuatro personas dedicadas planamente a la inversión sostenible, un equipo dirigido por Alberto Gómez Reino, ha creado su propio rating interno para todos los instrumentos en los que invierten (rating A, B y C). La firma no no realizará inversiones en títulos con rating C, que son aquellos que tienen una mala calificación ESG y/o controversias severas.

“Para aquellos que lleguen a esa calificación de manera sobrevenida, se definirá un plan de acción: engagement con la compañía de manera directa o a través de foros en los que se tenga participación, desinversión o mantenimiento hasta vencimiento si es un activo de renta fija con un vencimiento próximo.

En renta variable, utilizarán tanto criterios internos como datos de proveedores ASG, concretamente de MSCI. Especialmente, ha crecido la cobertura en fondos y ETF (de cero a 900), de activos monetarios (de cero a 180) y de bonos corporativos (de 40 a 1.450).

En materia de exclusión, además del armamento controvertido, se ha ampliado la política de exclusiones a compañías que se enfrentan a controversias severas, compañías que incumplen gravemente con Global Compact de Naciones Unidas (atentan gravemente contra los derechos humanos, derechos laborales y no tienen practicas anti-corrupción) o productos o carteras con exclusiones específicas. “Las exclusiones no son el centro de nuestra política de sostenibilidad pero son necesarias para determinados tipos de actividades o violaciones graves de derechos”, matizan.