Estas confesiones son solo un aperitivo de lo que cuenta Bill Gross sobre sus problemas con la ropa ajustada, el aspecto de Schwarzenegger en traje de baño, o sus problemas personales con la celulitis. Humor no le falta pero, ¿qué tiene que ver esto con el estado de la economía? Bill Gross echa mano del símil entre el cuerpo pera de un hombre que se aproxima a los setenta y la crisis de deuda de las naciones desarrolladas. De hecho, compara las cuentas públicas de estos países a un diabético con sobrepeso al borde de un ataque al corazón.
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