El programa de operaciones monetarias directas (OMT) permite al BCE realizar compras ilimitadas de bonos soberanos con vencimientos inferiores a tres años en los mercados secundarios, reduciendo así las tasas de endeudamiento insosteniblemente elevadas que pagan países como España o Italia. Pero por más positiva que haya sido esa noticia, los flujos de fondos indican que los inversores aún no quieren correr riesgos. Así al menos lo cree Bill McQuaker, director adjunto de Renta Variable de Henderson, quien considera que “las acciones europeas siguen sufriendo de mala prensa a raíz de la crisis de deuda soberana. Esto implica que los cinco años de desprestigio que vienen sufriendo estas acciones puedan prolongarse a seis”, afirma.
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