Chile aspira, con razón, a alcanzar el estatus de país desarrollado en 2020

En opinión de Chris Palmer, gestor del Henderson Gartmore Latin American Fund (Triple A de S&P), las ambiciones chilenas estarían justificadas. El país disfruta de una sólida economía de mercado, un potente elenco de prestigiosas instituciones financieras, un régimen democrático consolidado, una adecuada coordinación de sus políticas macroeconómicas, así como de un clima muy propicio para la inversión extranjera. En mayo de 2010, Chile, que ya había ingresado en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 1995, se convirtió en el primer país latinoamericano en ingresar en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). En 2004, el país presenció la entrada en vigor de su Acuerdo de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.

Desde la reinstauración de la democracia en 1990, el PIB chileno ha crecido a una tasa anual media del 5%3,y el FMI prevé avances del 6,5% y del 4,7% para 2011 y 2012, respectivamente. Asimismo, Chile dispone de saneadas cuentas públicas, siendo el único acreedor neto del continente con capacidad para estimular sus niveles de empleo e inversión si la desaceleración mundial se agravara. Además, su economía ha sabido mantenerse firme ante determinadas adversidades, como el devastador terremoto de febrero de 2010.

Chile atesora nada menos que 13.000 millones de dólares4 en fondos de riqueza soberana, un instrumento pensado para dotar a su Gobierno de margen fiscal ante un eventual cambio del ciclo de las materias primas (el cobre representa una tercera parte de los ingresos del país). El grueso de estos fondos se mantiene segregado de las reservas del banco central y prudentemente invertido fuera del país. Chile dispone de otros 133.000 millones de dólares5 en fondos de pensiones; esta gran reserva de dinero puede invertir en deuda pública del país y constituye una fuente de financiación a largo plazo de la que carecen muchos otros mercados emergentes. En 1981, Chile introdujo un sistema de pensiones basado en cuentas obligatorias de capitalización personalizada, cuyas sucesivas reformas han hecho del chileno el modelo a seguir por el resto de países para la reforma de sus sistemas.

El Gobierno chileno aplica una política fiscal anticíclica reglada que, en tanto la economía crece y el precio del cobre está alto, permite a los fondos de riqueza soberana acumular superávits con los que cubrir los déficits que se generan cuando la economía crece menos y los precios del cobre bajan. Gracias a este mecanismo, el Gobierno chileno pudo financiar sus programas de estímulo fiscal durante la crisis financiera de 2009.

Además, pese a que la economía chilena depende fuertemente de sus exportaciones de cobre y a que su condición de economía volcada al exterior la hace sin duda vulnerable a una ralentización mundial, su mercado interior debería quedar a resguardo de sobresaltos, ya que el consumo interno representa en esta economía más de la mitad de la riqueza nacional. El Gobierno ha dejado ya claro que no le tiembla el pulso a la hora de adoptar medidas fiscales cuando es necesario. En enero pasado, en un contexto de ralentización de la economía mundial, el Banco Central de Chile recortó su tipo de interés a un día en 25 puntos básicos, hasta el 5%, en un intento por estimular el crecimiento. En opinión de Chris, la política monetaria chilena continuará flexibilizándose este año.

Por su parte, las valoraciones de las empresas del Índice IPSA de Chile se presentan ahora más atractivas: el P/R (relación precio/beneficio de una empresa), que hace seis meses era de en torno a 20 veces, se ha reducido ahora (1 de febrero de 2012) a alrededor de 16. La valoración de Chile incorpora habitualmente una prima frente al resto de economías latinoamericanas, debido a la relativa estabilidad y mayor desarrollo económico de este país. Esta estabilidad ofrece al Subfondo una buena forma de diversificarse.

El Henderson Gartmore Latin American Fund se encuentra correctamente posicionado para sacar partido tanto del incremento del consumo en los mercados emergentes como del crecimiento ininterrumpido de las economías latinoamericanas. En este sentido, Chris se inclina prioritariamente por los sectores industrial, manufacturero y de infraestructuras, así como por los de materiales, minería y energía. En la actualidad, la exposición a Chile está representada por un conjunto de posiciones sobreponderadas en Cencosud (minorista de alimentación), LAN Airlines, Sociedad Química y Minera, y CAP (metales y minería).

En opinión de Chris, “las difíciles decisiones económicas y políticas adoptadas por Chile en las dos últimas décadas le están reportando ahora enormes beneficios. Aunque todavía quedan retos que afrontar, cada vez parece más probable que Chile será capaz de alcanzar el objetivo marcado por el Presidente Piñera”.

1, 2 Estimado 2010, Banco Central de Chile

3 Bloomberg

4 Ministerio de Hacienda, a Diciembre de 2011

5 Superintendencia de Pensiones, a Septiembre de 2011

Henderson Global Investors patrocna Funds Americas