China mira hacia Latinoamérica, pero con cautela

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Al hablar de mercados emergentes, China y Latinoamérica ocupan un lugar destacado en la mente de los inversores. Precisamente la relación entre ambos ha sido objeto de análisis en el último Macro Advisory Forum de Pioneer Investments, en el que el analista especializado en China Jonathan Fenby, el economista jefe Larry Brainard y el director del departamento de análisis para Rusia, Christopher Granville, con la colaboración de tres analistas del proveedor independiente de información sobre países emergentes Trusted Sources, se centran en el papel de la geopolítica en la inversión en mercados emergentes.

Según los expertos de Trusted Sources, China está interesada en establecer vínculos con Latinoamérica pero va poco a poco porque entiende que la región “sigue siendo hasta cierto punto una esfera de influencia de Estados Unidos”. Por eso, la implicación china hasta la fecha “ha sido más bien oportunista”, apuntan los analistas, que ponen como ejemplos el acuerdo de ayuda financiera para construir una estación de seguimiento de satélites en el sur de Argentina o los créditos concedidos a Venezuela, por valor de unos 50.000 millones de dólares, con los que Beijing se ha asegurado el acceso a una fuente de petróleo.

Barreras en Brasil

Sin embargo, parece que las relaciones bilaterales han encontrado una barrera en Brasil: “China ha indicado que podría ayudar en la financiación de infraestructuras pero el gigante latinoamericano está aplicando políticas de austeridad y, pese a que ahora está más abierto a la inversión privada, esta situación no encaja con el deseo de China de establecer acuerdos de carácter institucional”, explican.

Otra de las barreras identificadas por los expertos de Trusted Sources es el temor de las autoridades brasileñas a que las importaciones chinas dañen la manufactura local y el empleo, y su frustración por la falta de avances para que sus productos cárnicos sean aceptados en China. “La mayoría de los acuerdos anunciados entre ambos países nunca llegan a hacerse realidad, ya sean inversiones en minas de mineral de hierro o en plantas de montaje de automóviles”, por lo que los analistas no son muy optimistas sobre el desarrollo de las relaciones económicas entre los dos gigantes.