China y Estados Unidos relajan la guerra comercial. ¿Y ahora qué?

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Los ojos del mercado han estado este fin de semana en el cónclave del G-20. En la enésima reunión entre China y Estados Unidos para tratar materia comercial. Como repasábamos antes de la cita, el verdadero riesgo era a la baja. De que Donald Trump y Xi Jinping se volvieran a levantar de la mesa con tensión. Finalmente ambos han llegado a un primer entendimiento. Que era casi lo máximo que pedían los inversores de esta reunión. En palabras del propio Trump, el dialogo fue “mucho mejor de lo esperado”. Llegados a este punto, ¿qué debe tener en cuenta ahora el inversor? Las entidades internacionales responden.

De la reunión del sábado no se esperaba una retirada completa ni mucho menos un abrazo amigable. Por eso, el desenlace ha cumplido con la expectativas más optimistas de las gestores. “La buena noticia es que no se produjo ninguna explosión; ninguna de las partes se retiró y no se comunicó ningún aumento alarmante de los aranceles”, resume Andrew Milligan, director de estrategia global de Aberdeen Standard Investments.

Estados Unidos afirma que, aunque mantiene los aranceles actuales, pausará la implementación de nuevos. También es clave que se haya levantado el veto a Huawei. Aunque sigue en la lista negra, ahora las empresas estadounidenses vuelven a poder vender sus productos a la tecnológica China.  

La primera reacción de los mercados ha sido positiva. Los principales índices europeos y asiáticos se movieron a lo largo del lunes con ganancias del 1%. Una celebración calmada, pero una celebración no obstante.

La lectura a vuelapluma es positiva. En línea con las expectativas del mercado, pero debería igualmente mejorar el sentimiento inversor. Así lo defiende Patrik Lang, responsable de análisis de renta variable de Julius Baer. Ve potencial de subida principalmente en los cíclicos como industriales, materiales, semiconductores y consumo cíclico (automovilísticas y lujo). Ha mejorado su perspectiva para el sector de tecnologías de la información de neutral a sobreponderar. Tanto porque el alto al fuego mejora su rentabilidad riesgo, como porque las valoraciones y el crecimiento están a buen nivel.

Dicho todo esto, hay sombras que aún penden sobre los mercados. “Trump ha aclarado que no tiene prisa por cerrar un trato, y Huawei sigue atado de una cuerda muy corta ya que el permiso para operar en los EE.UU. podría retirarse en cualquier momento”, recuerda Milligan. Hay que recordar que los aranceles existentes siguen vigentes. Es un punto que también preocupa al equipo de Bank of America Merrill Lynch. Al fin y al cabo, son aranceles del 25% en 250.000 millones de dólares de productos chinos que se exportan a Estados Unidos y casi el 20% en 110.000 millones de dólares en exportaciones estadounidenses a China. “Las termitas que son los aranceles han estado carcomiendo el crecimiento en China y sus aliados comerciales en Europa y Asia Pacífico, algunos de los cuales tienen poco espacio para políticas acomodaticias. En EE.UU. el sector manufacturero se ha comenzado a debilitar”, señalan.

Y persiste una presión constante sobre las empresas estadounidenses para que reconsideren sus cadenas de suministro en relación con China, aunque se trate de una tendencia a largo plazo. De cara a las próximas semanas, el experto vaticina que la atención se centrará rápidamente en las discusiones de la Reserva Federal y en la próxima publicación de datos de empleo en EE.UU. “ya que darán nuevas señales para los mercados”.