China y QE3, bajo la lupa de Jim O’Neill

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Si hasta hace escasos meses las preocupaciones de los inversores se centraban en saber si la eurozona sería capaz de evitar caer en un nuevo escenario de recesión económica, el foco de incertidumbre se ha trasladado a China, donde la actividad se deteriora a un ritmo superior al inicialmente previsto por el mercado. “La visión del inversor sobre China se está agriando rápidamente, lo que me hace tener muchas dudas sobre si es conveniente estar en su mercado de renta variable”, asegura Jim O’Neill, presidente de Goldman Sachs Asset Management.

En su tradicional carta semanal, el gurú considera que, con un cambio de gobierno planificado a la vuelta de la esquina pero sin fecha exacta, y los persistentes rumores de conflictos en la cúpula del Partido Comunista, “hasta los más optimistas están empezando a mostrar dudas”. Los últimos datos macro conocidos en la segunda economía del mundo han sido decepcionantes. Tan es así que, para el responsable de la gestora estadounidense, “lo mejor que puede decirse de la semana pasada es que el presidente electo ha reaparecido en público”.

En lo que respecta a la primera economía del mundo, el impacto del Quantitative Easing 3 (QE3) sigue siendo el tema que está en boca de todos los gestores. Algunos, como al director de inversiones de Pioneer Investments en EEUU, declaran abiertamente “no ser fans” del QE3. En este sentido, O’Neill reconoce que había muchas voces escépticas que sostenían que el crecimiento estadounidense no puede ser sostenible hasta que la comunidad empresarial empiece a invertir y a contratar más, y Washington resuelva el impasse fiscal en el que se halla sumido.

“Antes de conocer los detalles del último movimiento de la Reserva Federal, yo era de esa opinión”, señala O’Neill. “Sin embargo, el modo en el que la autoridad monetaria pone en marcha el programa me resulta esperanzador por varias razones: la primera, porque se presta deliberadamente apoyo al mercado inmobiliario, un sector que en fase de recuperación y mejoría. Y, la segunda: porque la Reserva Federal no va a parar hasta que vea datos económicos positivos reales. Al menos, eso es lo que nos dijeron”, afirma el responsable de Goldman Sachs AM.