Cinco frases que condensan la filosofía de inversión de Charlie Munger

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Warren Buffett es una de esas personas que aparecen cada cierto tiempo en medios de comunicación, incluso aunque no haya protagonizado ningún hecho noticioso; su amplia experiencia y sabiduría en los principios de inversión value han hecho del “Oráculo de Omaha” un inversor seguido y respetado. Ahora bien, comparativamente no es tanta la atención que se presta al que ha sido su mano derecha durante los últimos 55 años, Charlie Munger.

David Clark es un inversor, abogado y coautor de ocho libros sobre Warren Buffet que acaba de publicar asimismo un libro sobre Charlie Munger. Ha detallado recientemente para MarketWatch una selección con sus cinco citas preferidas del inversor, que denomina “munguerismos”.

#1 “El deseo de enriquecerse rápidamente es bastante peligroso”

“Munger me enseñó cuando era joven que intentar hacerse rico rápidamente es peligroso”, afirma Clark. Se refiere por una parte a la amplitud de instrumentos con los que operar en el corto o muy corto plazo (derivados, contratos, oscilaciones en el precio de una acción, futuros…): “Una enorme suma de gente está intentando hacer lo mismo, muchos de ellos están mucho mejor informados de lo que estoy yo, y el movimiento en el corto plazo de cualquier valor o derivado está sujeto a todo tipo de giros exagerados debido a acontecimientos que no tienen nada que ver con el valor real en el largo plazo del negocio subyacente”, explica.

Otro atajo para generar rentabilidad es mediante el apalancamiento. Clark también tiene advertencias al respecto: “Para enriquecerse rápidamente, con frecuencia tienes que utilizar el apalancamiento para amplificar las pequeñas oscilaciones de precios para conseguir grandes ganancias. Si las cosas van en contra de nosotros, también se pueden convertir en pérdidas verdaderamente grandes”.

Por estas razones, continúa el experto, Munger y Buffett han evitado el apalancamiento a lo largo de su carrera profesional, centrándose sólo en apuestas largas basadas en los fundamentales económicos de largo plazo de las empresas.

#2 “Saber qué es lo que no sabes es más útil que ser brillante”

En este caso, Clark pone un ejemplo real de esta afirmación. A finales de los 90, muchos inversores se lanzaron a comprar negocios tecnológicos basados en internet, alimentando así la burbuja que pinchó en 2001. “Munger sabía que no entendía estos nuevos negocios de internet, por lo que él y Berkshire Hathaway los evitaron por completo. Gran parte de Wall Street pensó que había perdido su toque. Pero cuando la burbuja bursátil puntocom finalmente estalló, y se perdieron muchas fortunas, fue cuando Munger pareció brillante”, resume Clark.

#3 “La gente trata de ser inteligente. Lo único que intento hacer yo es no ser idiota, pero es más difícil de lo que muchos piensan”.

La filosofía value de Munger le lleva a adquirir compañías que han sufrido un revés en el mercado, pero cuyos fundamentales económicos siguen intactos. Las mantiene en el largo plazo, hasta que eventualmente los subyacentes impulsan la cotización.

“La única cosa con la que Munger tiene que ser cuidadoso es al no hacer nada estúpido, que en su caso suelen ser en gran parte errores por omisión como no actuar cuando ve una inversión, o comprar una posición muy pequeña cuando se presenta la oportunidad. He descubierto que esto es en realidad más difícil de hacer de lo que uno puede pensar”, resume Clark.

#4 “Invierte sentado. Le vas a pagar menos a los brokers, escucharás menos sinsentidos y, si funciona, el sistema impositivo te da uno, dos o tres puntos porcentuales al año”.

En este caso, el argumento tiene que ver con que un inversor puede hacer más dinero si compra un negocio que presente unos fundamentales excepcionales y lo mantiene en cartera durante muchos años, que si en cambio efectúa muchas operaciones de compra y venta en anticipación de movimientos del mercado. “Si uno tiene paciencia para mantener una inversión durante 20 años, sólo habrá que tributar una vez, lo que según Munger es lo mismo que conseguir una rentabilidad extra de uno a tres puntos porcentuales al año”, explica Clark.

El autor pone un ejemplo de cómo obra el interés compuesto a favor de los inversores a lo largo del tiempo: una inversión de un millón de dólares que genere un interés compuesto del 4% anual habrá alcanzado al cabo de 20 años los 2.191 millones de dólares. Si a esto se añaden el 3% extra de la tributación, entonces el interés compuesto ascendería al 7%, por lo que la inversión podría llegar a alcanzar los 3.869 millones de dólares.

“De acuerdo con Munger, el tiempo está de parte de los negocios que tiene fundamentales excepcionales trabajando a su favor. Pero, para los negocios mediocres, el tiempo es una maldición”, concluye el autor.

#5 Maneras de quitarle un caramelo a un niño

La última afirmación de Munger se refiere a un modismo inglés que no tiene un equivalente literal en español (“My idea of shooting a fish in a barrel is draining the barrel first”), pero que tiene que ver con la noción del inversor de qué inversiones resultan tan fáciles como quitarle un caramelo a un niño.

Clark interpreta la última pieza de sabiduría de Charlie Munger así: “A veces el mercado, que es corto de vista, ofrece una oportunidad de inversión que es tan obvia que es difícil no lanzarse a ella. Suele ocurrir cuando los inversores tienen pánico y venden todas sus inversiones, incluso las que tienen fundamentales estupendos a largo plazo”. Estos momentos son los que encierran las oportunidades: los valores caen y a Munger le resulta más fácil invertir en ellos, siempre que se traten de negocios de mucha calidad que se hayan quedado infravalorados.