La nueva regulación anunciada por el Gobierno de Pekín se nota a la baja en la cotización de las tecnológicas y otros sectores afectados. Pero los expertos defienden que hay que seguir invirtiendo en China, aunque con más cautela.
La teoría dice que en verano, los mercados se mueven de una forma más tranquila ante la ausencia de los inversores. Pero esa es la teoría. Como viene siendo habitual en los últimos años, este mes de agosto también ha dejado grandes movimientos en los mercados. Las causas son principalmente dos: la incertidumbre sobre cuándo iniciará la Fed su tapering (ya ha confirmado Powell que será en 2021) y las medidas regulatorias anunciadas por China durante la temporada estival.
Estas últimas son precisamente las que han provocado que la bolsa china se haya descorrelacionado del resto de mercados occidentales que, pese a la incertidumbre de la Fed y también de la variante Delta del COVID-19, han cotizado en positivo.
Pero ¿por qué los inversores han reaccionado tan negativamente a los anuncios de Pekín? Porque no descartan que el aumento de regulación visto primero en las tecnológicas y luego en otros sectores como el de la educación sea solo el principio de una nueva ola regulatoria. "No partimos de la base de que la nueva ola de regulación haya alcanzado ya su punto álgido. En nuestra opinión, las iniciativas, y por tanto la incertidumbre para el sector empresarial, podrían continuar hasta 2022. Si el mercado se ha excedido con su reacción hasta ahora dependerá también de lo que ocurra ahora", afirman desde DWS. Y al mismo tiempo, recuerdan que China se enfrenta también a otros riesgos como la relación con EE.UU, el miedo a que se produzca una burbuja de crédito o el impacto que la variante Delta tenga en su economía, ahora que se han vuelto a notificar casos de COVID en el gigante asiático.
Las OPV chinas, mejor en China
Por poner un poco de contexto, lo que ha hecho China hasta ahora en términos regulatorios es limitar las cotizaciones de las compañías chinas fuera de China, como hizo con la app Didi, por lo que se teme que impacte sobre todo en los ADR de empresas chinas y a las estructuras de capital riesgo. "A largo plazo, debido a un desacuerdo sobre la divulgación y el acceso a la documentación entre EE.UU. y China, los ADR de EE.UU., al menos para las empresas que operan en industrias estratégicas designadas, pueden dejar de ser defendibles", afirma Brian Bandsma, gestor de Vontobel AM.
"Recientemente hemos visto movimientos para revisar las fusiones y adquisiciones de VIE (entidades de interés variable). Y en los últimos días, vinculado a la reforma educativa, hemos visto una medida para no permitir las estructuras VIE en el espacio de la educación privada. Estos movimientos han llevado a una revaluación del riesgo en cuanto a si las estructuras están amenazadas. Cualquier acción que empleara una estructura VIE vio un marcado aumento de la prima de riesgo", afirma Tom Wilson, responsable de renta variable de mercados emergentes de Schroders.
¿Llegará la mayor regulación a otros sectores?
El sector tecnológico no ha sido el único en sufrir en su cotización el aumento de la regulación. Semanas más tarde, el Gobierno de Pekín anunciaba la prohibición a ciertas empresas privadas del sector educativo de obtener beneficios. "La última medida de Beijing, dirigida al sector de la educación que mueve 100.000 millones de dólares, se considera aún más preocupante, ya que parece probable que el valor de muchas acciones del sector educativo podría llegar a cero", afirma Bandsma. Y no descarta que en el futuro veamos también regulación en otros sectores igual de esenciales como el de la vivienda o el de la sanidad.
¿Hay que huir del mercado chino?
Que esas medidas están generando una alta volatilidad en el mercado, nadie lo duda. Pero ¿es ésta suficiente como para dejar de lado la inversión en China? La opinión mayoritaria es que no pero que hay que ser aún más selectivos.
"En nuestra opinión, las perspectivas a largo plazo para la renta variable china siguen siendo positivas, en especial, en áreas de crecimiento estructural como tecnología, atención sanitaria y consumo interno. Si bien algunos sectores afrontan vientos normativos en contra, otros podrían beneficiarse del respaldo oficial", apuntan en J.P.Morgan AM, y citan como ejemplos el sector de los semiconductores o el de software.
"Creemos que el gobierno chino seguirá utilizando los mercados públicos de renta variable y de renta fija para fomentar la innovación, a pesar de la nueva normativa. También vemos oportunidades donde China se está abriendo más, como en el mercado de bonos chino", apunta Stephen Dover, estratega de mercados de Franklin Templeton.
Sin embargo, Tom Wilson, responsable de renta variable de mercados emergentes de Schroders, recuerda que hay que mantener una cierta cautela a la hora de incluir a China en las carteras. "China sigue siendo un mercado muy grande con altos niveles de innovación. Está muy integrada en el sistema económico mundial y seguirá siendo un importante proveedor para el resto del mundo durante mucho tiempo. Aun así, las tensiones entre China y EE.UU., en nuestra opinión, persistirán. Y esto puede tener consecuencias".
Al fin y al cabo, según explica Catherine Yeung, directora de inversiones de renta variable Asia Pacífico de Fidelity, desde un punto de histórico, no es la primera vez que asistimos a un aumento de la regulación en China. "Basta con recordar lo ocurrido en 2018, cuando el Gobierno suspendió la emisión de nuevas licencias de juegos y la cotización de Tencent sufrió una corrección de casi un 50%", recuerda. Y concluye: "A los mercados no les gusta la incertidumbre pero una vez aclaradas las normas, las acciones de Tencent registraron un fuerte repunte (90% desde aquellos mínimos hasta finales de julio de 2021)", afirma.