Primeras reacciones de las gestoras internacionales. Al cierre de la noche electoral en EE.UU. la victoria está tan ajustada que podría decantarse por cualquier candidato.
La noche electoral en Estados Unidos se cerró sin haber cantado al ganador. A pesar de que el actual presidente, Donald Trump, ya dado su discurso de vencedor el final aún está por escribir. La victoria del candidato Republicano en un estado clave como Florida y la debilidad del Demócrata en otros condados deja la carrera electoral tan ajustada que podría decantarse por cualquier candidato. Para los mercados, es el peor escenario posible. Un resultado que estará reñido hasta el final y que podría tardar incluso días en llegar. Es decir, más volatilidad.
Y así lo vimos en los primeros movimientos del mercado. Las bolsas europeas abrieron con fuertes caídas que se van templando hacia moderadas con el paso de las horas. Mona Mahajan, estratega de inversión de renta variable americana de Allianz Global Investors, nota a los mercados un poco sacudidos por lo ajustado que parece esta carrera. “En particular, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años de EE.UU., que alcanzó los 94 puntos básicos a principios de esta noche, ha bajado a 83 puntos básicos, una reversión de 10 u 11 puntos, y que refleja un poco de huida hacia la seguridad. Estamos viendo respuestas similares con el dólar subiendo y los precios del oro cayendo por debajo de los 1.900 dólares, también una huida similar a las transacciones de seguridad”, apunta el experto.
En esencia, vimos cómo se deshacían las apuestas de los inversores por ese barrido demócrata que se daba por sentado. “Tales expectativas habían brindado apoyo a los activos cíclicos de EE. UU., acciones de energía alternativa, impulsaron al alza los rendimientos a largo plazo de EE. UU. Y también ofrecieron algo de esperanza a las acciones europeas, enfrentadas de otra manera con el impacto de las crecientes restricciones comerciales sobre el crecimiento interno”, cuenta Didier Saint-Georges, y miembro del comité de inversiones estratégicas de Carmignac.
Es una reacción entendible viendo que cada minuto que pasa trae novedades en el recuento de los votos y en este punto de la mañana no se pueden descartar sorpresas. Por ejemplo, según escribimos estas líneas Joe Biden ha arrebatado la victoria de Trump en el estado de Arizona, dando un impulso a los Demócratas.
Un presidente y un congreso. Es lo único que piden los mercados. “Ya sea azul o rojo”, comenta Fabiana Fedeli, directora global de activos fundamentales de Robeco. Ya lo comentaban las gestoras antes de los comicios. Ambos candidatos serán positivos para los activos de riesgo ya que tanto uno como otro tienen claro que el país necesita un nuevo paquete de ayudas fiscales. “Cualquiera de las Administraciones, apoyada por el Congreso, implementaría políticas para apoyar la economía”, concuerda Fedeli.
Pero llegar a este punto podría suponer días de incertidumbre. En este punto, la carrera se disputa en el mal llamado cinturón de acero de Wisconsin, Pensilvania y Michigan. Condados que ya han avisado que podrían tardar hasta el sábado para declarar al vencedor. "Los inversores deberán esperar durante un tiempo a que esto se resuelva. Es posible que el resultado de la carrera presidencial siga en el aire más allá de esta semana y el maquillaje del Senado probablemente no estará terminado hasta enero", vaticina Jeremy Lawson, economista jefe de Aberdeen Standard Investments.
En las elecciones de hace cuatro años, ya a primera hora en Europa, tampoco se habían terminado de contar los votos, pero Hillary Clinton ya había aceptado la derrota y Trump se alzaba como presidente. ¿Qué ha pasado este año? La clave, como señalan desde T. Rowe Price, está en el voto por correo. Según cifras del Pew Research Center, la pandemia ha elevado el voto por correo del 21% de 2016 al 39% en 2020. “Son 80 millones de votos que tardarán en contarse debido a los procesos de verificación de firma”, explican desde T. Rowe Price.
Y como la carrera va a estar tan ajustada, en algunos estados el resultado lo podría determinar un pequeño puñado. “Ambos partidos tendrán que aceptar el resultado”, comenta Katie Deal, analista de Washington en la división de renta variable de T. Rowe Price. “Es de esperar que ambas partes persigan todos los procedimientos procesales, políticos y legales mecanismo posible para asegurar que cada el voto por su candidato se cuente".
Recordemos qué pasó la última vez que el recuento de votos llegó a los tribunales. En las elecciones de 2000, cuando se contestó el resultado, el S&P 500 cayó un 5,6% los cuatro siguientes días de cotización. Y a lo largo de las siguientes semanas el índice se movió en un rango del 5% entre caídas y subidas hasta que Al Gore concedió la victoria más de un mes después de la noche electoral.
El temor de los mercados: un Congreso dividido
Pero no se disiparán todas las dudas cuando conozcamos al próximo presidente de Estados Unidos. El escenario más temido por las gestoras era un presidente sin un control fuerte por parte de su partido del Congreso. Y parece que los peores presagios se van a cumplir. Gane quien gane. Porque como bien apunta Fedeli, un Congreso dividido significa retrasos en la ejecución de las políticas y en lo que, creemos, es un paquete de estímulos muy necesario a corto plazo. Ahora la prioridad de los inversores será determinar el futuro camino del gasto por parte del nuevo gobierno, afirma Karen Ward, jefa de estrategia de mercado para EMEA de J.P. Morgan AM. "Hará falta cierto nivel de compromiso, pero ante un gobierno dividido el mercado de bonos probablemente ponga en precio un menor gasto y unas perspectivas de crecimiento más lento frente al que se habría logrado con un barrido claro", apunta.
La primera reacción a corto plazo podría ser unos los inversores más a la defensiva. “Con un resultado indeciso, habrá un aumento de la volatilidad hasta que se resuelva el resultado de las elecciones. El dólar estadounidense seguirá estando influenciado por la incertidumbre y los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense caerán. También se puede esperar que los activos de riesgo tengan un rendimiento inferior hasta que haya más claridad”, afirma Paul Brain, responsable de renta fija de Newton Investment Management (BNY Mellon IM).
Fedeli ve posible que se frenen algunas de las consecuencias de la marea azul que hemos visto surgir desde el verano y aún más durante los últimos días: las acciones de los mercados emergentes y las divisas, incluida China, el tema de las energías renovables (con la expectativa de que una administración de Biden favorezca políticas más respetuosas con el medio ambiente) y los cíclicos sobre las grandes tecnologías. También ve probable que veamos algún alivio sobre posibles consecuencias de una victoria de la marea roja, como el petróleo, o Rusia, que es un país que se espera que incurra en sanciones bajo la administración de Biden.