Cómo afectará la transición energética a los sectores que atraviesan los cambios más profundos

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Foto: Marsmet546, Flickr, Creative Commons

La transición hacia un mundo de cero emisiones netas tendrá un impacto enorme, aunque desigual, en los distintos sectores económicos. En esta sección ha preguntado a un grupo de analistas de J.P. Morgan Asset Management cómo creen que afectará dicha transición a los sectores que atraviesan los cambios más profundos: automoción, energía, infraestructuras, logística, inmobiliario e industrial. Estas han sido parte de sus respuestas:

Automoción

Los turismos y los vehículos comerciales ligeros representan más de un tercio de las emisiones relacionadas con el transporte, lo que explica el fuerte interés que existe en reducir las emisiones de estos vehículos y adoptar el vehículo eléctrico, lo que implicaría una de las transformaciones más notables en la historia del sector. En la Unión Europea, el afán por alcanzar el objetivo de cero emisiones netas puede llevar a un mayor endurecimiento de los ya estrictos objetivos de emisiones de los vehículos fijados para 2030. Esta ingente transición no solo está creando riesgos y contratiempos importantes para la industria de automoción, sino también oportunidades para las compañías dominantes que puedan crear modelos de negocio más sostenibles mediante la adopción anticipada de principios climáticos y de emisiones, poniendo en marcha ahora las costosas transformaciones de negocio.

Energía

La descarbonización y electrificación de la energía depara enormes oportunidades y riesgos a las compañías energéticas tradicionales. Pronosticar la rentabilidad que generarán los activos de combustibles fósiles de mínimas emisiones y mínimo coste sigue siendo esencial cuando se invierte en el sector energético. Las posiciones de franquicia de las grandes compañías energéticas también pueden reforzarse al tiempo que se aprovechan los cambios en las conductas de consumo. Por ejemplo, los puntos de venta minorista de estas empresas tendrán la ocasión de ofrecer a los clientes de vehículos eléctricos instalaciones de recarga, además de ampliar sus mercancías en tiendas de barrio para atender la demanda de mayor movilidad. Las nuevas ofertas de productos, como los compensadores de biocombustibles, hidrógeno y carbono, con el tiempo podrían aportar beneficios.

Infraestructuras

La transición energética a cero emisiones netas lleva muchos años en el punto de mira dentro del sector de infraestructura privada, debido a los efectos directos reales y potenciales sobre el mix de riesgos y oportunidades inherentes al sector. Este interés ha cobrado fuerza con la crisis del COVID-19, al comprometerse muchos gobiernos a inyectar estímulos respetuosos con el medio ambiente. Facilitar la transición energética seguirá brindando una amplia variedad de oportunidades de inversión.

Las compañías de suministro dedicarán aún más gasto a infraestructuras ecológicas a medida que continúan el proceso de sustituir los tradicionales combustibles fósiles por fuentes de energía renovables. No obstante, en vista de los parones que experimentan las renovables, esto probablemente se complemente con una generación de gas natural menos intensiva en carbono y no intermitente y, en cierta medida, con nuevas tecnologías de baterías conforme bajan los costes. También surgirán las inversiones complementarias que se precisen en transmisión de electricidad y redes eléctricas públicas, ya que las renovables suelen estar ubicadas lejos de los centros urbanos.

Logística

El sector del transporte es responsable del 16,2% de las emisiones de gases de efecto invernadero globales, principalmente el transporte por carretera, que aporta el 11,9% de emisiones, del cual el 40% procede de vehículos de mercancías, en vez de turismos. Al representar la aviación y el transporte marítimo solo un 1,9% y 1,7% respectivamente, la carga de la reducción de emisiones deben soportarla más los operadores de logística que gestionan densas redes de carreteras.

Propiedad inmobiliaria

Reducir la dependencia del carbono, tener unos sistemas más eficientes y reducir el uso de energía siempre que sea posible disminuye los gastos de explotación del inmueble, con la consiguiente mejora del rendimiento y la rentabilidad. También son importantes las reducciones de carbono, ya que pueden aumentar el atractivo del inmueble a ojos de los inquilinos más convenientes de hoy día, lo que aporta una ventaja competitiva que puede justificar subidas del precio del alquiler. La conclusión lógica de la competición por atraer inquilinos es lograr cero emisiones netas. Sin embargo, para lograr las reducciones de carbono requeridas, los propietarios de inmuebles deben asumir unas inversiones en activos fijos potencialmente altas.

Materiales básicos e industrias

Las entidades que operan exclusivamente con energías renovables suelen ser escasas y los nombres más obvios a menudo resultan caros. Con todo, aunque las compañías de renovables probablemente seguirán gozando de sólidas primas debido tanto a su escasez como a sus credenciales ESG, creemos que hay muchas otras formas de invertir en esta temática. Estas empresas varían desde productores de equipos renovables y proveedores de redes eléctricas, hasta compañías que poseen tecnologías aplicadas a la captura, almacenamiento, producción y trasporte de carbono. En este grupo también se encuentran empresas dedicadas al aprovechamiento del hidrógeno, como algunas compañías de ingeniería y productores de células de combustible, así como aquellas que poseen tecnologías para descarbonizar industrias pesadas, por ejemplo amoniaco para las plantas de carbón e hidrógeno destinadas a la producción de acero y cemento.