Consejos para selectores: en qué cualidades fijarse para seleccionar un fondo de terceros

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Angel Sanz, responsable del DGC Horizonte de Notz Stucki

Pese a ser una gestora con producto propio, en el ADN de Notz Stucki está el análisis de fondos de terceros. Al fin y al cabo, nacieron como una casa de fondos de hedge funds. Por eso sus gestores tienen a la vez mucho de selectores de fondos. Es el caso de Angel Sanz, responsable del DGC Horizonte. En este fondo con Sello Funds People por su calificación de Consistente su labor principal es determinar la asignación de activos adecuada. Luego para construir la cartera puede servirse de los mejores gestores en cada campo. Incluso de gestoras terceras.

“Tratamos de buscar los Bestinveres locales de cada mercado”, asegura. Una de las grandes bazas de Sanz es que él mismo es gestor. Lo ve como algo importante para ser selector porque hay gestores que “comunican demasiado bien”. “Ayuda para que no te cuenten medias verdades”, defiende. Algo común es la libertad que algunos se toman con el índice de referencia con el que se comparan. Por eso es clave plantearse cuál es la alternativa al fondo que se está analizando. ¿Hay algo mejor? Incluso puede ser de gestión pasiva, como suele ocurrir en la bolsa americana.

El primer filtro en su proceso de selección es cuantitativo. Y es un paso que no hay que despreciar. “El análisis cuantitativo es papel que juegan en el futbol el porteros y los defensas. Son cruciales para que no te cuelen goles”, cuenta el experto. Para poder incorporar un fondo de terceros a sus carteras piden unos requisitos mínimos: un patrimonio de 100 millones y un track record de al menos tres años.

A partir de ahí comienza el proceso cualitativo. De lo primero a determinar es si le convence la estrategia; si tiene sentido tener ese fondo. No hay que confundir esto con el proceso de inversión, que como mínimo debe ser consistente. “Prefiero un gestor mediocre en un mercado buenísimo que un gestor excelente en un mercado malo”, resume.

Además, hay que vigilar el tamaño del fondo. Si es excesivo, hay riesgo de que el gestor se encuentre con las manos atadas y deba renunciar a ciertas convicciones. O que hayan sustos de liquidez, sobre todo en estrategias de small caps. “Tiene que haber una disciplina para cerrar”, insiste. Esto es una prueba de fuego de la confianza que debe darle una gestora. Sanz recuerda casos de entidades que afirmaban que cerrarían una estrategia a partir de cierto tamaño y luego iban dando más margen al volumen. Destaca como caso positivo el de Magallanes Value Investors, quienes hicieron un soft close de su fondo ibérico justo al nivel de patrimonio que dijeron en sus inicios.

Tampoco hay que descuidar el análisis del equipo gestor. El importante aclarar quiénes y cuántos forman el equipo. Porque aunque guste una filosofía de inversión o estrategia, si los gestores no disponen de los recursos adecuados será complicado llevarlo acabo. Por ejemplo, un fondo de mercados emergentes de gestión activa requiere analizar en profundidad al menos 25 países distintos, cada uno con sus idiosincrasias. ¿Sería capaz de hacerlo un único gestor?

Luego hay que desgranar la cartera. “Tengo que ser capaz de entender el fondo, saber cómo se comportará en cada mercado”, explica. Por eso a la hora de valorar la calidad de un track record recuerda que hay que buscar comprender por qué el fondo lo ha hecho bien. ¿Ha sido por la habilidad del gestor o por un sesgo estructural a un mercado que lo ha hecho bien?