Cuatro recomendaciones de ESMA a los participantes del mercado ante el impacto del COVID-19

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rosmary, flickr, Creative Commons

La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), junto con las Autoridades Nacionales Competentes (ANCs), está siguiendo de cerca la situación a la vista del impacto continuado en los mercados financieros de la UE del brote de COVID-19. Tras un debate de la Junta de Supervisores en el que han examinado la situación del mercado y las medidas de contingencia adoptadas por las entidades supervisadas, ESMA hace las siguientes recomendaciones a los participantes en los mercados financieros:

1. Planes de continuidad de negocio: todos los participantes del mercado, incluyendo las infraestructuras, deben estar preparados para aplicar sus planes de contingencia, incluyendo la puesta en marcha de medidas de continuidad de negocio para garantizar la continuidad operativa de acuerdo con las obligaciones regulatorias.

2. Difusión de información al mercado: los emisores de valores deben difundir sin demora cualquier información significativa sobre el impacto del COVID-19 en sus magnitudes económicas fundamentales, perspectivas o situación financiera, teniendo en cuenta las obligaciones de transparencia recogidas en el Reglamento de Abuso de Mercado.

3. Información financiera: los emisores de valores deben informar con transparencia sobre los actuales y los potenciales impactos del COVID-19 en su informe anual correspondiente a 2019 si aún no se ha formulado o, en caso contrario, en sus informaciones periódicas intermedias, en la medida de lo posible basándose en un análisis tanto cualitativo como cuantitativo de la actividad de sus negocios, situación financiera y rendimiento económico.

4. Gestión de fondos: los gestores de fondos deben continuar aplicando los requisitos relativos a gestión de riesgos y actuar en consecuencia.

Según explican, ESMA, en coordinación con las ANCs, continúa analizando la evolución de los mercados financieros en relación con la situación generada por el COVID-19 y está preparada para utilizar sus competencias de forma que se asegure el funcionamiento ordenado de los mercados, la estabilidad financiera y la protección de los inversores.