Las elecciones presidenciales estadounidenses se celebran exactamente dentro de 12 meses. Wolf von Rotberg (J. Safra Sarasin Sustainable AM) y George Brown (Schroders) han realizado sendos estudios en los que analizan patrones de comportamiento de mercado antes y después de la celebración de los comicios.
Las elecciones presidenciales estadounidenses se celebran exactamente dentro de 12 meses. Dentro de un año, los estadounidenses volverán a las urnas para elegir a su presidente para los próximos cuatro años. El actual presidente, Joe Biden, aspira a un segundo mandato y, sin apenas oposición, se perfila como el candidato demócrata. Su predecesor, Donald Trump, se enfrenta a una gran competencia en las primarias republicanas, pero ha establecido una ventaja de casi 45 puntos sobre su contrincante más cercano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis. Así que, aunque nada está garantizado en política, un segundo combate entre Biden y Trump parece casi seguro.
Comportamiento del mercado
Para el inversor, es importante analizar el comportamiento del mercado de renta variable durante los años electorales desde 1976. Wolf von Rotberg, estratega de renta variable en J. Safra Sarasin Sustainable AM, lo ha hecho. En promedio, el rendimiento durante los 12 meses anteriores a unas elecciones presidenciales (+7%) fue ligeramente peor que durante un año no electoral típico (+10%). Si se observa la mediana en lugar de la media, el impacto de valores atípicos como el año electoral 2008 es menos pronunciado y conduce a una convergencia de los resultados (+10% en años electorales frente a +12% en años no electorales). Sin embargo, lo que se mantiene es que el mercado de renta variable que entra en elecciones obtiene unos resultados ligeramente inferiores a los de los años no electorales.
Rentabilidad del S&P 500 en las elecciones presidenciales de EE.UU. desde 1976, así como movimientos sectoriales, cambios de tipos y resultados
“Curiosamente, la naturaleza de la carrera presidencial parece tener poco impacto en el rendimiento antes de las elecciones, mientras que tiende a tener un mayor impacto después de que hayan terminado. Independientemente de si se trata de una carrera abierta (entre dos nuevos candidatos) o entre el candidato en el cargo y otro aspirante, el S&P 500 suele ganar entre un 7% y un 16% en los 12 meses anteriores (ex 2008)”, explica el experto.
Comportamiento bursátil post electoral
Una vez pasada la fecha de las elecciones, la diferencia de rendimiento entre los distintos resultados se amplía significativamente. “Las mayores ganancias del mercado de renta variable se observan normalmente tras la reelección del presidente en funciones (+19% durante el año siguiente), mientras que un nuevo presidente en unas elecciones abiertas sólo ha visto ganar al mercado un 3% de media durante los 12 primeros meses de su mandato”, revela.
Es difícil predecir cómo se comportarían las clases de activos bajo una segunda presidencia de Biden o Trump, ya que sólo podemos especular sobre cuáles serían sus políticas. Pero podemos comparar cómo se comportaron los mercados durante sus respectivos primeros mandatos. Ese trabajo lo ha realizado George Brown, economista de Schroders. “Sobre la base de una cartera 60/30/10, Trump había obtenido una rentabilidad total del 35% a estas alturas de su mandato, en línea con otros presidentes primerizos desde principios de la década de 1970. Biden, en comparación, sólo ha obtenido un 8,5% en esta fase de su presidencia. Y esto sería aún más bajo si no fuera por los siete magníficos de las empresas tecnológicas de alto crecimiento”, indica.
No obstante, los inversores que esperan que una segunda presidencia de Trump aumente la rentabilidad podrían verse decepcionados. El análisis del economista de la gestora británica muestra que, por lo general, los presidentes que regresan han registrado rentabilidades nominales más bajas en las principales clases de activos, con la excepción de los rendimientos del Tesoro a 10 años. Pero no todo serían malas noticias.
Impacto macro
A nivel macro, la inflación ha sido históricamente más moderada durante los segundos mandatos presidenciales, incluso si se excluyen los elevados tipos experimentados durante los gobiernos de Jimmy Carter y Ronald Reagan a finales de los 70 y principios de los 80. Además, el PIB ha sido normalmente más alto y el desempleo más bajo en comparación con los primeros mandatos presidenciales.
Aparte de los bonos del Tesoro, los activos han registrado históricamente menores rendimientos en los segundos mandatos de los presidentes
Algunas de estas diferencias en el comportamiento de los mercados pueden deberse en parte a factores ajenos a quién ocupaba la Casa Blanca. Shocks económicos a nivel global como las crisis energéticas de los años 70 y la crisis financiera de 2007-2008 son ejemplos paradigmáticos de acontecimientos que escapaban al control del presidente. Como lo fue la pandemia y sus secuelas, que se ha solapado con las presidencias de Biden y Trump. Otro rasgo común de sus presidencias es que ambos las iniciaron con el control del Congreso. Lo que parece menos seguro esta vez es si el candidato ganador será capaz de asegurarse otro triplete.
Cámara de Representantes y Senado
“De los 34 escaños del Senado que están en juego, los tres que actualmente están en el aire pertenecen a la bancada demócrata en el Senado. Por tanto, una victoria de Biden podría emparejarle fácilmente con un Senado hostil. Del mismo modo, Trump podría conseguir la presidencia, pero perder la estrecha mayoría de 221-212 de los republicanos en la Cámara de Representantes si perdiera el voto popular por tercera vez. Cualquiera de los dos escenarios supondría un bloqueo legislativo para el presidente, lo que echaría por tierra su capacidad para aplicar las políticas partidistas que prometió durante su campaña”, apunta Brown.
Sin embargo, el estancamiento en el Capitolio debería ser positivo para los mercados. Los gobiernos divididos se ven obligados a llegar a acuerdos, lo que sirve para moderar las inclinaciones más extremas de cada partido, proporcionando un escenario político más estable para los inversores.
Los cálculos realizados en Schroders indican que, desde las elecciones presidenciales de 1948, la renta variable estadounidense ha registrado una rentabilidad media total del 14,3% cuando un presidente ha tenido que lidiar con un Congreso dividido, frente a un incremento más modesto del 13,0% con un gobierno unificado. Esta divergencia es aún mayor en función del partido: los presidentes demócratas han obtenido ganancias del 18,8% con un Congreso dividido, frente al 12,0% de sus homólogos republicanos. “Así pues, aunque todavía pueden ocurrir muchas cosas antes de las elecciones del año que viene, el hecho de que la contienda parezca reñida debería ser una buena noticia para los inversores”, concluye Brown.
La renta variable tiende a comportarse mejor con un gobierno dividido que con uno unido