Danilo Montero: “Chile nos enseñó qué funciona y qué no en pensiones”

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Foto cedida

En línea con el desarrollo de sus economías, la mayoría de países latinoamericanos están en un momento crucial de cambios y sofisticación de sus sistemas financieros en conjunto, así como de modificaciones en los modelos previsionales. Un buen conocedor de las necesidades de la región en este sentido es Danilo Montero, recién fichado como director en el Consejo Asesor de la consultora Novaster que preside Solange Berstein. Montero dirigió la Superintendencia General de Valores de Costa Rica entre 2005 y 2007, un periodo en el que se cambió la normativa casi en su totalidad para actualizarla con la incorporación de nuevas figuras.

Montero cree, no obstante, que no es inminente la reforma en la que está trabajando Chile y que ha sido protagonista en los últimos tiempos. “Por ser pioneros, no me extraña las críticas. Los que llegamos después la tenemos muy fácil, ya Chile nos mostró qué funciona y qué no. Me suena que es un asunto de practicidad”.

“Siento que los modelos de casi todos los países debieran ser revisados pero a la luz de dos temas principales: la inmensa liquidez mundial y las transformaciones de los mercados de valores”, arguye Danilo Montero. “En el primero, no me cabe la menor duda que es tan grande la cantidad de recursos que los bancos centrales inyectaron en la economía mundial, que me parece casi imposible que eso no altere el ordenamiento general de las economías, cada vez más integradas. Y eso precisamente tendrá impacto a su vez en los mercados, en donde no solo los de renta fija sino también los de derivados verán un poco trastornados sus esquemas de operación, en cuanto a la formación de las tasas de interés y las relaciones entre monedas. En cuanto a la naturaleza de los regímenes creo que el tema pasa más por el acentuado proceso de envejecimiento de la población y la necesidad de productos financieros para ello”.

Por otro lado, Montero defiende también la independencia de las administradoras de pensiones y su gestión frente a los estados. “Me parece que varios de los Gobiernos han ‘secuestrado’ en buena medida la liquidez que los sistemas manejan, para resolver sus propios problemas fiscales. Eso en el largo plazo me parece que no es inteligente”.

No obstante, el gran problema para este experto que deben acometer todos los estados latinoamericanos radica en la informalidad de sus economías. “La informalidad, para mi gusto, la promueven los mismos Estados, que después la persiguen. Cuantos más trámites, trabas, regulaciones y permisos se exijan, más incentivos a la informalidad”, asevera. “No comprendo por qué mucha gente la ve como un crimen, cuando en la realidad es la respuesta a un problema más severo. Si los Estados pierden de vista cuál es su objetivo, se olvidan de las necesidades de los ciudadanos, y éstos tienen que comer, vestirse y educar a su familia. Lo harán de la forma que sea, y si eso pasa por hacerlo informal, igual lo harán. Cómo incorporar a esos sectores al sistema previsional es un reto inmenso, pero primero resolvamos los orígenes de la informalidad”.

Régimen de inversiones

El fichaje de Novaster, que jugará un papel clave para el desarrollo de la consultora en Centroamérica, destaca la importancia de los regímenes de inversión. Muchos países necesitan avanzar en la diversificación de las inversiones tanto por activo como por región. “La inversión extranjera es una obligación, si queremos honrar la confianza que depositan los contribuyentes en las AFP. La legislación en varios países lo permite, como es el caso de Costa Rica, pero a veces una visión en exceso nacionalista nos impide entender cuál es nuestra tarea. Nuestra obligación es propiciar la gestión más efectiva de los portafolios que prometan las mejores condiciones de retiro. Al introducir  criterios ajenos, se corre el peligro de hacer lo contrario. Creo que los reguladores debieran promover la mayor competencia entre operadores y los más altos estándares de ejecución de los gestores”.

Asimismo, entre ambos esfuerzos considera que se debe lograr “el círculo virtuoso de mejorar la forma en que se gestionan los portafolios y la optimización de retornos en el largo plazo”. En el país que más conoce, Costa Rica, “hay un límite adecuado para invertir afuera y los gestores no lo están usando, en parte porque las tasas locales son mucho más altas (o las de afuera muy bajas), pero creo que también por un desconocimiento de muchos de sus comités de inversiones”.

Precisamente el gran reto de Costa Rica en materia previsional está en aumentar el espectro geográfico en el que los fondos de pensiones invierten. “La iniciativa de reforma en Costa Rica fue interesante y producto de una amplia discusión. Sin embargo, junto con la reforma de pensiones era indispensable una reforma del mercado de valores y de banca, para promover más competencia, más oferta y mejores instrumentos para gestionar esa liquidez”, expone el ex superintendente del país centroamericano. No obstante, “nos quedamos en la primera parte y todo lo demás siguió igual”. De hecho, “hoy los fondos de pensiones están saturados de papel de Gobierno, y no solo no encuentran opciones para diversificar el riesgo sino que no hay una adecuada formación de precios, por lo que la valoración de los portafolios me parece totalmente inadecuada. Creo que las experiencias de Chile o México, así como algunos países asiáticos debiera ser nuestro reto”.