Desaceleración en China: qué esperan las gestoras internacionales

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Elio Di Rupo, Flickr, Creative Commons

Las cifras de crecimiento de China certifican una desaceleración, aunque se mantiene dentro de los límites identificados por los analistas. Un resultado de +6,4% para el último trimestre de 2018, que corresponde a un +6,6% en el año, les sitúa al peor ritmo desde 1990. La noticia, de momento, no ha provocado una reacción negativa en los mercados. Al fin y al cabo, la economía china se acerca a niveles propios de países desarrollados en términos de crecimiento. 

Dicho lo cual, habrá que vigilar de cerca la guerra comercial con Estados Unidos y el impacto de medidas de estímulo por parte del Gobierno. Y es que el país también se enfrenta a problemas internos sobre los que se verán obligados a actuar si llegan a escalar a niveles preocupantes. Cómo y cuándo se identifique este punto de equilibrio será extremadamente relevante para el desempeño de la economía global, así como para el desempeño de todas las clases de activos más afectadas por el crecimiento del dragón asiático. 

"Creemos que, en última instancia, China tiene suficientes armas poderosas para contrarrestar una desaceleración", afirma Brad Tank, director de inversiones de renta fija de Neuberger Berman. "Beijing anunció un recorte fiscal de 90.000 millones de dólares para pequeñas empresas, mientras que el People's Bank of China inyectó al mercado 83.000 millones en un solo día a través del sistema financiero, la mayor intervención de este tipo registrada en la historia" , explica. 

Cursos y recursos históricos

Habrá que esperar a que las intervenciones de apoyo de Beijing se reflejen en los fundamentales. Mientras tanto, los analistas buscan similitudes con las fases previas de dificultad en el crecimiento chino para identificar diferencias y similitudes. "El ambiente de hoy recuerda a un período más reciente, el de 2015-2016, cuando el precio de la caída del crudo, la política  más agresiva de la Fed, un dólar fuerte y la debilidad de China contribuyeron a una fase de fuerte volatilidad", reflexiona Jeffrey Schulze, director y estratega de inversiones de ClearBridge Investments, filial de Legg Mason. "Incluso varios de los temores actuales son reflejo de finales de 2015", continúa, “y yya estamos empezando a ver algo similar al mecanismo de estabilización activado a principios de 2016”. Por ejemplo, aunque en China podrían ser necesarias medidas de estímulo adicionales, un repunte en los activos chinos podría ser una fuerza impulsora importante para la economía global y un catalizador para un rápido aumento de las acciones internacionales”, añade. 

Según Keith Wade, economista jefe y estratega de Schroders, un estímulo en forma de reforma fiscal y monetaria también ayudaría a los inversores a regresar a los activos chinos. "Esto ayudaría a reducir el temor a un colapso comercial global como el de 2007-2008", asegura. "Por otro lado, incluso si el comercio entre Estados Unidos y China se desacelerara, no hay razón para esperar una contracción real del comercio global, a menos que haya una escalada global de la guerra comercial".