Dónde están fallando las gestoras al solicitar el reconocimiento de sostenibilidad: la experiencia del FCA

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Photo by Brooke Lark on Unsplash

Aprobada al fin la taxonomía para regular los productos de inversión sostenible, las gestoras están trabajando en ampliar o adecuar sus gamas a los nuevos requisitos para poder afirmar que sus fondos cumplen los criterios de la regulación verde. Hasta hace poco, las entidades podían promocionar sus productos como sostenibles o con foco ASG de manera más o menos libre, pero ahora el regulador debe cerciorarse de que cumplen con los criterios. Y la realidad es que algunos reguladores se están topando con problemas.

Así lo ha reprochado la FCA, el regulador británico, en una reciente publicación. “Nos preocupa la cantidad de solicitudes de fondos de mala calidad que hemos visto y el impacto que esto puede tener en los consumidores. Esto debe mejorar”, sentencian. Es algo que teme el regulador. Si a los ahorradores les costase determinar si un fondo cumple o no sus necesidades o preferencias, podría terminar por espantar a los consumidores de este segmento del mercado.

Según reconocen, algunas de las solicitudes de autorización de sello de sostenibilidad han sido redactados de manera deficiente, por debajo de sus expectativas. “A menudo contienen afirmaciones que no pasan el escrutinio”, cuentan. De hecho, reconocen estar decepcionados que algunas de las preguntas que están planteando a las gestoras en la fase de autorización. Unas dudas que pensaban que se habrían abordado en la fase de diseño del producto.

Qué está fallando al pedir el sello de sostenibilidad

Ante la decepción con las solicitudes, el FCA ha decidido elaborar una guía con los principales fallos que están detectando y cómo subsanarlos. Recordemos que el regulador británico, a raíz del Brexit, trabaja con una normativa distinta a la SFDR que rige los productos en Europa. Es decir, que su regulación puede tener requisitos distintos. No obstante, el objetivo final de la taxonomía es la misma. Esta guía puede servir como base para conocer la experiencia de mercados similares.

El FCA pone tres ejemplos de mala praxis:

  • Un fondo pasivo propuesto tenía un nombre relacionado con la ASG que les pareció engañoso ya que estaba ligado a un índice que no parecía estar centrado en la ASG. También tenía muy limitado las exclusiones del índice, basadas en criterios ASG de alto nivel.
  • Otra solicitud de un fondo afirmaba tener una estrategia para invertir en empresas que contribuyen a un impacto medioambiental positivo. El fondo tenía la intención de invertir predominantemente en empresas que, si bien reportaban bajas emisiones de carbono, no contribuían de manera obvia a la transición de emisiones netas cero. El regulador esperaba ver un objetivo no financiero medible junto con el objetivo financiero o estrategia con información sobre cómo se mediría y supervisaría ese impacto.
  • Luego habían otros casos en los que les fue difícil conciliar las participaciones propuestas del fondo con las expectativas que genera su filosofía de inversión propuesta. Por ejemplo, un fondo sostenible tenía entre sus 10 primeras posiciones dos empresas de energía con altas emisiones de carbono. Esto, sin proporcionar un contexto obvio o una justificación detrás de él. Por ejemplo, podrían haber especificado que el enfoque es apoyar a las compañías a avanzar hacia esas emisiones cero.

Guía para aprobar la autorización de sostenibilidad

En general, el fallo parece estar en la falta de información suficiente y clara que explique su estrategia elegida y cómo se relaciona con los activos seleccionados para el fondo. Además, el regulador británico trabaja con la premisa de que los fondos deben proporcionar valor a los inversores. Y está en mano de la gestoras demostrarlo explícitamente.

Y la ASG no será una excepción. “Donde las firmas estén proporcionando un servicio ASG como parte de la oferta de un fondo, esperamos que puedan explicarnos cómo han considerado la calidad de este servicio en el contexto de las tarifas que cobran”, recuerdan.

Para subsanar algunas de las dudas que las propias gestoras han comunicado al regulador, la FCA ha elaborado una guía para las solicitudes de reconocimiento de fondos sostenibles. Los tres focos de la regulación británica son el diseño, la ejecución y la comunicación. Pero el objetivo global es la consistencia. El enfoque ASG / sostenibilidad de un fondo debe reflejarse de manera coherente en su diseño, ejecución y comunicación. El enfoque de un fondo en ESG / sostenibilidad debe reflejarse de manera consistente en su nombre, declaración de objetivos, su política y estrategia de inversión documentada, y sus participaciones.

La guía completa se puede leer aquí.