La Reserva Federal anticipa tres subidas en 2017, pero algunas gestoras creen que el ritmo será finalmente más lento.
La Reserva Federal de Estados Unidos anunció una subida de tipos de 25 puntos básicos exactamente 12 meses después de subirlos por primera vez en casi una década, un movimiento que estaba ampliamente descontado por los mercados. La autoridad monetaria incrementó modestamente su perspectiva de subidas de tipos a tres en 2017, en lugar de dos, aunque solo un pequeño número de miembros cambiaron de opinión. En AXA Investment Managers anticipan que la Fed continuará endureciendo la política económica de forma cauta en 2017, antes de una aceleración en 2018, pero no prevén un ritmo de subidas tan rápido. Prevén dos subidas en 2017 (junio y diciembre) y tres en 2018, llevando los tipos al 1,75-2,0% a finales de 2018.
“Las condiciones financieras más estrictas en curso, incluida la presión al alza en los rendimientos a 10 años de EE.UU. que estimamos en 2,75% para finales de 2017, y una subida del dólar estadounidense en términos ponderados, en nuestra opinión sugieren que habrá un ritmo más lento de lo esperado de la Fed el año próximo”, afirman Laurence Boone, directora de Análisis, David Page, economista en EE.UU. y Serge Pizem, responsable de Multiactivos en AXA IM. No obstante, los expertos recuerdan que las actas de la reunión de diciembre de la Fed se publicarán el 4 de enero, ofreciendo a los inversores más información sobre la decisión de la Fed y su perspectiva económica. También habrá más visibilidad después de que Donald Trump asuma la presidencia y de a conocer su programa de gobierno. Y ello podría condicionar la política monetaria de la Fed.
Tal y como recuerdan desde TT International, el actual presidente electo ha sido elegido con la promesa de un populismo económico que comporta acciones para impulsar el crecimiento económico, sobre todo gasto fiscal orientado a infraestructuras y recortes de impuestos. “Trump ha hecho del programa de inversión de un billón de dólares en infraestructura su máxima prioridad, y también espera reducir el impuesto de sociedades del 35% al 15%. Estas políticas traerán casi sin lugar a dudas un crecimiento más rápido en Estados Unidos, inflación más alta, mayor déficit presupuestario, rentabilidades más altas, un dólar más fuerte y una Fed más restrictiva”, indican desde la firma.
Sin embargo, no hace falta esperar a que Trump tome posesión para saber lo que supone el movimiento de la Fed en relación a las divergencias políticas entre los bancos centrales. Cabe recordar que la misma semana que la Fed subió tipos, el Banco de Inglaterra y el Banco Nacional Suizo (SNB) los mantuvieron estables -bajos y negativos respectivamente-, acompañándolos de compras de activos (ambos) y la intervención en mercados de divisas (SNB). Por otro lado, hace dos semanas, el BCE anunció la ampliación de su QE. “A pesar del elevado nivel del dólar contra la mayoría de divisas europeas, sólo un inversor valiente sería capaz de no mantener alguna exposición sin cubrir a activos en dólares estadounidenses a lo largo del próximo año. Los problemas políticos europeos –que contrastan con la fortaleza económica y unos tipos más altos en EE.UU.- deberían continuar empujando al billete verde”, afirman desde J.P.Morgan AM.