EE.UU. vota: últimas reflexiones de las gestoras sobre lo que podría suceder en los mercados

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Los americanos acuden hoy a las urnas para elegir a sus representantes estatales y a su presidente. El endurecimiento de la carrera presidencial ha desencadenado una ola de aversión al riesgo, con unos mercados de renta variable más débiles y una subida del índice de volatilidad VIX, también conocido como índice del miedo. El resultado electoral está muy ajustado por el rechazo hacia ambos candidatos y porque la proporción de votantes indecisos es anormalmente elevada. En este contexto, los inversores hacen sus previsiones y evalúan cuál podría ser el impacto en los mercados en caso de victoria demócrata o republicana. La probabilidad de victoria de Hillary Clinton ronda actualmente el 78%, mientras que las posibilidades de Donald Trump son del 22%.

La mayoría de las gestoras consideran que una victoria de Clinton significaría “más de lo mismo” para los inversores. “En ese caso, deberíamos esperar un rebote de la renta variable, sobre todo porque el entorno económico se ha vuelto más favorable después del verano. El crecimiento global, así como las expectativas de inflación, se han estabilizado mientras los beneficios corporativos parecen haber cambiado de tendencia. Al mismo tiempo, las políticas monetarias se mantienen ampliamente acomodaticias, incluso aunque la Reserva Federal esté preparada para subir en diciembre los tipos de interés en 25 puntos básicos como respuesta a la mejora de los datos de empleo y a que la inflación se acerca a su objetivo”, afirma Christophe Bernard, director de Estrategia en Vontobel. ¿Y si gana Trump?

En ese caso, “EE.UU. seguramente se encaminaría hacía el proteccionismo al poner barreras comerciales e implementar estrictos controles sobre la emigración. Este camino dañaría significativamente a los mercados emergentes y la inflación aumentaría de forma eventual. Un incremento del déficit presupuestario debería impulsar los rendimientos del Tesoro de EE.UU, compensando la búsqueda de seguridad de los inversores. La incertidumbre permanecería hasta que la Administración de Trump revele sus verdaderas intenciones, que podrían diferir enormemente de las propuestas anunciadas por el candidato. Algunos aspectos no son negativos, en particular, el significativo recorte en el Impuesto de Sociedades, que impulsaría los beneficios empresariales”. El gran interrogante es cuál sería el comportamiento del dólar, algo sobre lo que es ingenuo tratar de hacer conjeturas o pronósticos.

Más fácil sería atisbar cuál sería la evolución de otras divisas. Tal y como recuerdan desde J.P.Morgan AM, hay dos divisas que se han llevado la peor parte por el incremento del temor de los inversores: el peso mexicano y el yen japonés. “La caída del peso mexicano es un reflejo de los cambios en las relaciones comerciales, en particular los de Trump, que podrían afectar a uno de los socios comerciales más cercanos. El yen japonés, considerado una divisa refugio en periodos de incertidumbre, se ha estado fortaleciendo durante la campaña. Aunque esperamos que la volatilidad aumente en estas dos divisas en los próximos días, pedimos a los inversores que en medio de todo este ruido tengan en cuenta los fundamentales de las compañías estadounidenses: los beneficios en EE.UU., que están casi todos ya publicados, han sido espectaculares, con un 75% de las compañías batiendo las estimaciones”.

Pero más allá de quién sea el inquilino de la Casa Blanca, quizás lo más importante sea conocer cuál será la composición de la Cámara de los Representantes, ya que –tal y como recuerda Luke Hickmore, gestor de renta fija en Aberdeen, esto será la calve para que cualquiera de los candidatos realmente pueda hacer algo. “Hemos visto cómo en la última legislatura se han obstaculizado las políticas de Obama. Cualquier candidato podría enfrentarse a la misma lucha”. Sin embargo, el experto se muestra convencido de que la volatilidad no va a desaparecer una vez hayan pasado las elecciones estadounidenses. “Los inversores comenzarán a preocuparse por la reunión de la OPEP a finales de mes, por el referéndum constitucional en Italia a principios de diciembre y por la reunión de la Fed del próximo mes. Por no mencionar qué hacer mientras nos acercamos rápidamente al final del QE y de cualquier tipo de herramienta política útil”.