La lucha contra el ecoblanqueamiento ha empezado por el nombre de los fondos, pero poner cotos al uso de términos ASG no será tarea sencilla, En una respuesta a la consulta de ESMA sobre las directrices de los nombres de los fondos que utilizan términos relacionados con la sostenibilidad o los principios ASG, la Asociación Europea de Fondos y Gestoras ha expresado sus dudas. A EFAMA le preocupa el enfoque de umbral numérico propuesto. En su opinión, esta medida no aborda los problemas subyacentes de greenwashing a los que se enfrenta nuestra industria debido a la actual falta de claridad sobre muchos conceptos clave de las finanzas sostenibles.
EFAMA asegura estar a favor de establecer normas comunes con el fin de evitar información engañosa y aumentar la confianza y la claridad en el mercado, especialmente en el panorama ASG en rápida evolución. Sin embargo, piden a ESMA que retrase sus directrices propuestas hasta que se rectifique la falta de claridad sobre lo que constituye una inversión sostenible y haya trabajado junto con la Comisión Europea para resolver los problemas de interoperabilidad entre las directrices y el SFDR, la MiFID/IDD, etc.
Primero: una definición clara
"Es poco probable que una metodología basada en una definición jurídica poco clara aumente la comprensión de los inversores sobre los fondos ASG y aborde adecuadamente las preocupaciones sobre el lavado verde. En lugar de imponer un umbral, sería más proporcionado reflejar las orientaciones de supervisión de ESMA sobre los riesgos y la información en materia de sostenibilidad, garantizando que el uso de términos relacionados con los factores ASG esté respaldado de forma material con pruebas suficientes de las características de sostenibilidad en los objetivos y la estrategia de inversión del fondo", afirma Anyve Arakelijan, Asesora de Política Reguladora de EFAMA.
En opinión de la asociación, si ESMA sigue adelante con el enfoque del umbral numérico, hay una serie de elementos importantes que aún habría que abordar. Por ejemplo, defienden que el efectivo, los equivalentes de efectivo y los derivados utilizados para cobertura deberían excluirse del cálculo de la ratio del 80% para permitir una gestión eficiente del fondo, especialmente durante circunstancias extraordinarias del mercado.
“La falta de claridad sobre lo que se considera exactamente una inversión sostenible con arreglo al SFDR pone en tela de juicio la conveniencia de un umbral separado del 50%”, insisten.