Los fondos temáticos cada vez tienen un papel más central en las carteras de los inversores. ¿Cuáles son las claves que explican el mayor y creciente protagonismo de estas estrategias?
Los fondos temáticos cada vez tienen un papel más central en las carteras de los inversores. ¿Cuáles son las claves que explican este mayor y creciente protagonismo? Sobre ello han debatido gestores y selectores en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por Amundi.
Pablo Rodríguez, gestor de Fondos de Fondos de Bankia AM, pone sobre la mesa cuatro motivos principales. El primero de ellos, que aportan rentabilidad: “Aunque en muchos casos no cuentan con un track record amplio, sí que se aprecia que en 2-3 años aportan, en el peor de los casos, la misma rentabilidad y resiliencia que los fondos clásicos”. El segundo argumento para su incorporación a las carteras es que ofrecen diversificación, “menos correlación con la clase de activos tradicionales por lo que reduce el riesgo”. En tercer lugar, “están en una corriente favorable, en un mundo en constante evolución, con temas como la sostenibilidad atrayendo importantes flujos”. Y, por último, destaca que tienen demanda: “El cliente se siente cómodo con estas inversiones. Coloca el dinero en algo que entiende, por lo que, además, está dispuesto a ser paciente”.
Una de las diferencias entre estos fondos temáticos y la renta variable tradicional es que los primeros aportan un sesgo growth, algo especialmente interesante en estos momentos. Según apunta Luis González, responsable de Selección de Fondos Temáticos de BBVA Quality Funds, “el estilo value siempre ha solido ser el estilo que ha liderado las rentabilidades, pero ahora llevamos un tiempo en el que el estilo growth es el que las está capitaneando, algo que no sucedía desde que se tiene registro en largos periodos de tiempo”. La disrupción tecnológica está acelerando esta tendencia y por eso las temáticas están teniendo tan buen resultado: “Está facilitando que nuevas empresas puedan romper el mercado y ser líderes en pocos años. Por eso el estilo growth y ciertos sectores, como el tecnológico, salud o consumo discrecional, están ganando peso”. También existe una diferencia respecto al foco geográfico. “Los fondos temáticos suelen tener un sesgo hacia EE.UU. y Asia. Con la Agenda Verde de la UE, Europa podría lograr más protagonismo”.
El creciente peso de los fondos temáticos en la cartera no tiene vuelta atrás. Álvaro Galiñanes, director de Inversiones de Santander Private Banking, está convencido de que permanecerán en ellas porque “les hemos dado momentum, y lo hemos hecho todos los inversores”. No se trata de que los clientes y los gestores estén cansados de los mercados tras pasar en los últimos años por un nefasto 2018 (solo con Brasil en positivo), un 2019 muy bueno y un 2020 en el que ha habido de todo, pero sí que, quizá, “hemos estado demasiado concentrados en activos tradicionales y ahora hemos intentado buscar refugio en ideas transversales buscando el medio y largo plazo, tendencias que aporten solidez a la cartera y que aminoren las tasas de volatilidad”. Nos encontramos en un proceso de cambio que afecta a muchos sectores e industrias y hay que estar atento: “Estamos muy pendientes de los elementos que conlleva ese avance para incorporarlos a las carteras. No hay razón para no mantener los fondos temáticos en el futuro”.
Así las cosas, ¿podrían los fondos temáticos desplazar a la inversión tradicional? Carlos Andrés Poyo, director de Gestión y Asesoramiento de Banca March, sí lo cree. “En 2018 identificamos un cambio de ciclo económico, cierto agotamiento, y como asesores financieros tenemos que decirle al cliente dónde ganar dinero, lo que te lleva no tanto a apostar por megatendencias y growth como a buscar sectores económicos ganadores en este contexto, ejercicio que se traduce, por lógica, en menos exposición a las industrias que van a crecer menos”. Destaca que en la entidad han identificado tres ideas (concepto Next Generation): Revolución 4.0; sostenibilidad y medioambiente; y demografía y estilo de vida, las cuales el cliente entiende y asume que son de largo plazo. Apunta que “hay que diversificar, pero estas ideas tienen que estar en todas las carteras. Es una forma distinta de invertir, igual que la vida es ahora diferente a la de hace unos años”.
Juan Andrés Mateo, gestor y selector de fondos de CaixaBank AM, suscribe lo dicho y explica que, en su caso, la fórmula por la que han apostado para mantener exposición a las megatendencias es la del fondo de fondos en lugar de directamente la de los fondos temáticos. ¿El motivo? “Nos permite acceder a fondos restringidos a inversores institucionales a los que el retail no puede acceder por si solo. Además, tienen detrás un equipo especializado, actualizado y que está analizando continuamente el universo de inversión; y evitamos el riesgo de concentración en temáticas”. Sobre este último aspecto añade que muchas veces invertir en temáticas conlleva el riesgo de concentración en sectores: “Con un fondo de fondos se busca diversificar y controlar los riesgos para el cliente”. Destaca también la agilidad que proporciona este tipo de estrategias. Y añade que “invertimos teniendo en cuenta diferentes horizontes temporales. Primero identificamos cinco tendencias de largo plazo, para después completarlas con diferentes ideas de medio plazo según la coyuntura del momento, lo que nos permite adoptar decisiones más tácticas”.
La inversión temática parece que tiene por delante un prometedor futuro. Raúl Fernández, director de Distribución de Amundi Iberia, explica que llevan años defendiendo las bondades de la gestión temática, como su capacidad de diversificación y de complementar una cartera, “y este año será recordado como el del test definitivo. Se ha puesto de manifiesto que todos esos argumentos de años atrás en defensa de este tipo de inversión son verdad y, además, es rentable. Muchas de las tendencias recurrentes de crecimiento han permitido soportar de manera más sólida la volatilidad del mercado y con rentabilidades importantes en muchos casos; como ha sido el caso de estrategias temáticas como la disrupción”.
Pone el foco en los flujos: “Mientras se registraban salidas netas en renta variable global en Europa, la inversión temática, e incluso de impacto, estaba recibiendo flujos positivos a pesar de las incertidumbres”. Con datos a cierre de agosto, los activos bajo gestión en inversión temática han crecido un 28% en Europa en lo que va de año; destacando la fuerte demanda en IT y tecnología, sanidad y fondos climáticos. Un tercer punto que destaca es la positiva reacción del inversor retail a un tipo de inversión y a un discurso que le resultan más familiares y entendibles: “Es el empujón definitivo para los fondos temáticos”.