Con un suministro limitado de 21 millones de monedas, se ha consolidado como una opción estratégica para inversores institucionales y minoristas, que buscan protección ante la devaluación de las monedas fiduciarias. Diversos expertos han analizado los factores que han impulsado este hito y las implicaciones a futuro.
El Bitcoin ha alcanzado los 100.000 dólares por moneda. Este hito histórico que eleva su capitalización bursátil a 2,1 billones de dólares, coloca al activo en un grupo exclusivo junto con gigantes tecnológicos como Apple, Microsoft y Amazon. De esta forma, el bitcoin, con un suministro limitado de 21 millones de monedas, se ha consolidado como una opción estratégica para inversores institucionales y minoristas, que buscan protección ante la devaluación de las monedas fiduciarias. Diversos expertos han analizado los factores que han impulsado esta hazaña y las implicaciones a futuro, abordando aspectos como la adopción institucional, los cambios económicos globales y los desafíos que enfrenta el criptoactivo.
La consolidación del bitcoin: factores económicos y regulatorios
El ascenso del bitcoin no puede entenderse sin considerar el entorno macroeconómico y regulatorio que lo ha favorecido. La reciente decisión de la Reserva Federal de recortar tipos de interés tras un período prolongado de endurecimiento monetario, ha impulsado la liquidez global. Desde Binance indican que esto ha llevado a los inversores a buscar activos que funcionen como refugio contra la inflación, siendo Bitcoin una opción destacada.
En línea con esto, Dovile Silenskyte, directora de investigación de activos digitales en WisdomTree, destaca que los recientes recortes de tipos de interés han beneficiado al mercado de criptomonedas al canalizar capital hacia activos de mayor riesgo en busca de rendimientos positivos. Este fenómeno ya se había observado durante la pandemia del Covid, cuando las tasas de interés bajas impulsaron un incremento masivo en los precios de las criptomonedas.
Además, la perspectiva de una administración estadounidense favorable a las criptomonedas ha sido un catalizador importante. La elección de Paul Atkins, firme defensor de las criptomonedas, como futuro presidente de la SEC, refuerza la narrativa de un marco regulatorio más favorable. Esto ha generado optimismo entre los inversores, impulsando la demanda de bitcoin. Según expresa Thomas Perfumo, director de estrategia de Kraken, esta combinación de factores regulatorios y macroeconómicos crea un entorno ideal para que bitcoin alcance nuevos máximos.
Oferta limitada y dinámica de mercado
Una de las características más distintivas del bitcoin es su oferta limitada, lo que lo convierte en un activo excepcionalmente escaso. Más del 94% de todos los bitcoins ya han sido minados, y la tasa anualizada de emisión se mantiene en solo un 0,8%, disminuyendo con el tiempo. Este modelo, según Thomas Perfumo, establece una base sólida para un aumento continuo de los precios cuando la demanda es alta.
Desde una perspectiva histórica, los analistas de eToro señalan que el mercado alcista del bitcoin aún está en sus primeras etapas. Si seguimos los ciclos previos, el pico de este ciclo podría alcanzarse entre finales de 2025 y principios de 2026, dado que la última reducción a la mitad ocurrió en abril de 2024. Sin embargo, advierten que las correcciones temporales, de entre 20% y el 40%, son comunes incluso en mercados alcistas, por lo que los inversores deben estar preparados para cierta volatilidad.
Adopción institucional y productos financieros
El respaldo institucional ha sido también un factor clave para el auge de bitcoin. Desde Binance exponen que empresas como MicroStrategy, que posee el 2% del suministro total de Bitcoin, han marcado una tendencia en la que las tesorerías corporativas adoptan activos digitales como una estrategia de diversificación y cobertura. Otras firmas como Marathon Digital, también están adoptando bitcoin en sus reservas, lo que refuerza su posición como activo estratégico.
La creciente demanda también ha quedado reflejada en los ETPs de criptomonedas (Exchange-Traded Products). Según WisdomTree, su gama de ETPs superó los 1.000 millones de dólares en activos bajo gestión tras el máximo histórico de bitcoin. Según su última encuesta, el 40% de los inversores profesionales planea aumentar su exposición a los criptoactivos en el próximo año. Este avance demuestra un interés cada vez mayor por parte de los inversores institucionales y profesionales, muchos de los cuales reconocen el valor de bitcoin como una herramienta de diversificación y una alternativa al oro.
Adopción global y riesgos presentes
El bitcoin no solo está ganando popularidad como activo financiero, sino también como símbolo de una revolución tecnológica. Actualmente, solo el 10% de la población mundial utiliza criptomonedas, pero esta cifra podría dispararse en los próximos años. Según el análisis de Kraken, la adopción masiva podría incorporar a más de mil millones de personas al ecosistema cripto en dos o tres años, especialmente a medida que la infraestructura blockchain continúe desarrollándose.
WisdomTree señala que esta adopción está siendo respaldada por un cambio significativo en las estrategias de inversión. Según su encuesta, el 35% de los inversores profesionales valoran a las criptomonedas como activos no correlacionados que ofrecen una cobertura contra las fluctuaciones del mercado tradicional. Además, un 33% las considera una alternativa viable al oro, reflejando un creciente consenso sobre su rol como reserva digital de valor.
Sin embargo, a pesar del entusiasmo, expertos como Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, son más cautelosos sobre el papel de bitcoin en las finanzas globales. Aunque reconocen su valor como cobertura contra la inflación, cuestionan su capacidad para convertirse en una moneda convencional debido a problemas como los altos costos de transacción, la volatilidad y la falta de respaldo gubernamental. Además, mencionan que el 79% de la minería está concentrada en China, lo que presenta riesgos de control centralizado y posibles intervenciones gubernamentales.
Otro punto de preocupación es el impacto ambiental de la minería de bitcoin, que consume una cantidad significativa de energía. Aunque esta actividad ha impulsado la innovación en tecnologías de contabilidad distribuida, como blockchain, también ha generado críticas por su sostenibilidad a largo plazo.