El COVID-19, la oportunidad de redención del sector tecnológico

Foto_DNB_T3_600
Lina Trochez, Unsplash

El sector tecnológico se ha visto envuelto en escándalos, como el de la difusión de información personal de usuarios de Facebook, y en controversias, como la del excesivo poder de las FANG americanas (Facebook, Amazon, Netflix y Google), que han dañado su reputación. Pero llegó el COVID-19 y con él la oportunidad de redención de la industria gracias al papel que le ha tocado jugar en esta crisis sanitaria sin precedentes que ha confinado a buena parte de la población mundial en sus casas, lo que ha puesto en valor las soluciones de home office, eLearning, eCommerce, videoconferencias, juegos online, las plataformas en streaming para ver películas y series…, y con todo ello también las grandes redes de telecomunicaciones.

Sobre estos cambios y evolución reflexionan varios gestores en un desayuno organizado por FundsPeople y patrocinado por DNB Asset Management. Mikko Ripatti, responsable de DNB AM para España y Portugal, recuerda, por ejemplo, que la Unión Europea (UE) ha multado a Google por prácticas contrarias a la libre competencia en el mercado de la publicidad en buscadores en webs de terceros, mientras que ahora esa misma UE ha pedido ayuda a la compañía para rastrear al coronavirus. “Es una oportunidad para las empresas de tecnología que controlan el petróleo de nuestros días, los datos de los usuarios, para mejorar su imagen”.  

Efectivamente, estas grandes empresas tecnológicas son las primeras interesadas en solucionar los problemas de reputación, y el COVID-19 y la alarma social que ha generado les ha dado la oportunidad de intentar mejorar su percepción de cara al estamento político, sobre todo del americano, que no les tiene demasiada simpatía:  “Ya hemos visto cómo Google y Apple, que dominan casi todos los sistemas operativos de los teléfonos en el mundo, están trabajando en un sistema  para intentar a través de las  conexiones entres móviles localizar  dónde puede estar más presente el virus. Y hemos visto también cómo Facebook ha puesto en marcha iniciativas para ofrecer información del  virus  y acabar con las noticias falsas”, cuenta Jaime de León Calleja, gestor de Renta Variable en Mutuactivos. Además, recuerda que es cierto que estas empresas son auténticos monopolios, “pero naturales, no nichos; no son una petrolera o una compañía de gas, son empresas que son tan buenas que atraen a los anunciantes porque su publicidad proporciona unos retornos mucho mayores que los de los medios tradicionales. No se puede competir con ellas”.  

Víctor Santiago, director de Renta Variable en Bankia Fondos, comenta respecto al escándalo de Facebook que “a estas compañías les interesa ser los primeros en realizar innovaciones y a veces, aunque toman todas las medidas necesarias, se confunden o no lo hacen del todo bien; y eso es un riesgo inherente que todas tienen que asumir en un momento determinado para ser los primeros”. Destaca también que “en estos momentos nos estamos dando cuenta de la importancia que tiene la tecnología, lo que al final creo que les da prestigio”. Y no solo la tecnología, sino también la autopista por la que caminan, las telecomunicaciones. “Nos estamos enterando de que las telecomunicaciones son clave, y los gobiernos europeos tienen que ser conscientes de lo relevante que es tener compañías fuertes en este sector, empresas que inviertan y que sean relativamente rentables, y que no estén tan deprimidas bursátilmente en un momento dado que puedan ser compradas”.

“A las compañías de telecomunicaciones les estamos exigiendo mucho, que hagan inversiones porque queremos ser lideres en 4G, 5G…, pero, por otro lado, las estamos castigando dificultando fusiones y adquisiciones. En otras palabras, las obligamos a tener unos retornos muy bajos porque, aun siendo un buen modelo de negocio, no deja de ser una commodity: si hay tres empresas que proporcionan un servicio muy parecido, el consumidor elige el que ofrece mejor precio”, explica Xavi Brun, gestor de Renta Variable Europea en Trea AM. Añade que antes del COVID-19 ya se empezó a vislumbrar cierta relajación por parte de los estamentos europeos: “Los Estados empezaron a permitir que el número uno compre el número cuatro, el número dos el número cinco… y ahora con la pandemia las compañías de telecomunicaciones tienen una posición mucho más fuerte en la mesa de negociación porque la crisis ha evidenciado la importancia de las redes. Han puesto en valor sus activos, por lo que tienen mayor capacidad de presión para que les permitan obtener una rentabilidad algo mayor de las inversiones”.