El estudio sobre gestión activa que inclina la balanza hacia la gestión indexada

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El dicho popular “vísteme despacio, que tengo prisa” podría tener su equivalencia en aquellos fondos que quizá no generen el mayor rendimiento entre sus competidores en el corto plazo, pero sí son capaces de entregar rendimientos constantes si se amplía el zoom a periodos más largos de tiempo… o no. Jeffrey Ptak, CFA y editor de Morningstar, ha efectuado un estudio en el que analiza el comportamiento de fondos activos de renta variable estadounidense entre 1998 y 2017 y llega a una conclusión muy clara: esta creencia de los inversores es un mito.

Lo que ha hecho el experto ha sido, a partir de un universo compuesto por 4.807 fondos de renta variable – incluyendo fondos liquidados-, analizar los rendimientos de cada uno por año natural y en comparación con el resto de productos de su categoría, basándose en sus retornos netos, y después contar cuántos de ellos terminaron en el segundo cuartil de su categoría en cada uno de los 20 años del periodo estudiado.

Ptak aclara que, de todos los fondos examinados, la vida útil de 3.343 fue de al menos cinco años naturales. “De esos 3.343 fondos, un total de 15 fondos – o el 0,5%- consiguieron acabar en el segundo cuartil de su categoría en al menos tres de cada cuatro años naturales. Pero si se tiene en cuenta que siete de esos quince productos eran fondos indexados, la oferta de fondos lentos pero constantes se hunde a prácticamente nada”, sentencia el experto.

Si se amplía el periodo estudiado a diez años naturales, entonces la cifra de fondos activos de renta variable estadounidense se reduce a 2.158 fondos disponibles, de los cuales ninguno consiguió escalar hasta el segundo cuartil de su categoría en al menos el 75% del tiempo. El autor del estudio indica que el que se quedó más cerca fue el fondo American Century Growth, que consiguió situarse en el segundo cuartil en 13 de 20 años naturales, o el 65% del tiempo.

Ptak aporta un gráfico en el que se refleja lo inhabitual que es en realidad que los fondos terminen en el segundo cuartil de su categoría con regularidad: de los fondos estudiados, sólo consiguieron alcanzar esta posición el 24% del tiempo, o uno de cada cuatro años naturales del periodo estudiado, con independencia de que tuvieran una vida de al menos cinco o diez años naturales. “El gestor de renta variable que es lento pero constante es un mito; por consiguiente, los inversores que van a la caza de este tipo de fondos están malgastando su tiempo”, concluye el experto con rotundidad.

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Pautas para seleccionar un fondo

Lo que recomienda el experto a este tipo de inversores es reflexionar sobre cuál es su tolerancia al riesgo: “Los inversores estarían bien asesorados si se preguntaran a sí mismos si tienen el estómago y los nervios para permanecer en fondos activos que son cualquier cosa menos lentos, pero constantes. ¿Tienen lo que es necesario para identificar y comprometerse con fondos con éxito en el largo plazo que, en el corto plazo, pueden sufrir sacudidas, jadear, confundir y ser frustrantes? Muchos no lo tienen, y por tanto deberían dirigirse a la gestión indexada”, sentencia el editor de Morningstar.

En cambio, Ptak recuerda a aquellos inversores que sí estén dispuestos a aguantar el carrousel emocional del corto plazo que “los fondos con mejor comportamiento suelen hacerlo peor que el mercado de forma rutinaria, a veces por un gran margen”. Aporta un gráfico para ilustrar esta afirmación. Concretamente, que aquellos fondos que consiguieron situarse en el primer decir de su categoría a diez años (a 31 de diciembre de 2017) consiguieron obviamente un buen rendimiento, pero también llegaron a tocar el decil más bajo de la clasificación: hasta 174 fondos activos registraron un comportamiento peor en uno de cada tres años naturales, mientras que 109 productos llegaron a tocar el último cuartil de su categoría al menos durante un año natural.  

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Conclusión

Con todos estos datos en la mano, el último consejo que da Ptak a los inversores es que “en vez de perseguir una narrativa (la de los fondos lentos)”, sería mejor aceptar “las realidades de invertir en fondos activos, donde un comportamiento mediocre es una característica, no un error”. Es decir, que aquellos inversores que quieran seguir apostando por la gestión activa van a necesitar “paciencia, resolución y no poco espíritu a contracorriente, ya que la reversión a la media es una fuerza generalizada”. Esto puede suponer una gran carga para muchos inversores, ya sea porque “carecen de tiempo, de la constitución o de ambos”, y por tanto el experto les indica que “un fondo pasivo de bajo coste sería una opción prudente para ellos”.

Para quienes tengan el coraje de apostar por la gestión activa, en cambio, Ptak les aconseja “centrarse en los gestores que sepan el auténtico significado de lento, pero firme”. ¿Cómo detectar a ese tipo de gestores? Según el experto, deberán demostrar “un fuerte compromiso con su proceso de inversión, que actúen como un padre que dé apoyo y que se preocupe por los partícipes, y que cuenten con comisiones competitivas que den a la estrategia una oportunidad para tener éxito en el largo plazo”.