El Nuevo Mundo de la Renta Fija

· Tasas de interés reales a corto plazo de intención negativa.

Desde el inicio de la crisis financiera a finales de 2008, las tasas de interés nominales a corto plazo han estado cerca del cero y las tasas de interés reales a corto plazo han promediado casi -1.5%, muy inferior a su media a largo plazo de alrededor de 2%. Si bien esta no es la primera vez que Estados Unidos experimenta un largo período de tasas reales negativas (¿recuerda la década de los 70?), es sin duda la primera vez en más de 50 años que la Reserva Federal ha mantenido intencionalmente las tasas reales en negativo durante un período de tiempo prolongado. Y como sabemos por las recientes declaraciones de la Fed, a menos que el mercado laboral de E.U. comience a recuperarse a un ritmo mucho más rápido, lo más probable es que este entorno de tasas bajas se prolongue por un tiempo muy largo.

· Los rendimientos negativos y muy bajos no se limitan a la parte final de la curva de rendimiento.

Incluso para aquellos inversionistas dispuestos a ir más lejos en la curva de rendimiento, hay poco en relación con la rentabilidad real. El retorno real de los bonos del Tesoro de más largo plazo también está muy por debajo de su promedio histórico. Desde la década de los 50, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años tiene un promedio de aproximadamente 2.5% por encima de la tasa de inflación. Hoy, el diferencial es cerca de cero y desde finales de 2008, el diferencial promedio ha sido apenas de 1%. La razón por la que los rendimientos a largo plazo son tan bajos: la Fed lo quiere así. En los últimos años, la Reserva Federal ha implementado numerosos programas de compra de activos para impulsar los rendimientos del Tesoro a más largo plazo - tanto nominales como ajustados a la inflación- muy por debajo de su promedio histórico.

· Las inversiones tradicionales de renta fija como los bonos del Tesoro son más riesgosas.

Como los rendimientos han caído, esto tiene el efecto mecánico de elevar la duración o la sensibilidad de la tasa de un bono. ¿Por qué? Cuando el rendimiento cae, uno obtiene más de su flujo de efectivo total al vencimiento para que su inversión sea más sensible a donde se encuentran las tasas en ese momento. La implicación práctica: Con una duración a estos niveles, sólo se necesita un respaldo menor en el rendimiento para imponer pérdidas significativas a los tenedores de bonos.

Entonces, ¿cuál es la conclusión para los inversionistas? Por gran parte de los últimos 50 años, un inversionista en mercados de dinero y otros instrumentos a corto plazo podría ganar un retorno razonable descontando la inflación sin asumir mucho riesgo. Hoy, por supuesto, éste ya no es el caso.

Pero mientras que los bonos sean una clase de activo estratégica que proporciona ingresos, estabilidad y diversificación, abandonarlos no es la respuesta (incluso cuando yo prefiero las acciones a los bonos).

En su lugar, en este nuevo panorama de renta fija que ha creado la Fed, los inversionistas en bonos deben hace una elección estilo Hobbes: aceptar menor ingresos o asumir más riesgo. Para esto último, los inversionistas podrían considerar buscar oportunidades en los bonos corporativos de alto rendimiento, créditos bancarios, deuda de mercados emergentes y bonos municipales, que a mí en lo particular me agradan. A estos se puede acceder vía fondos como el iShares iBoxx $ High Yield Corporate Bond Fund (HYG), el iShares J.P. Morgan USD Emerging Markets Bond Fund (EMB) y el iShares S&P National AMT-Free Muni Bond Fund (MUB).