“El poder de fijación de precios ha vuelto a Japón”

Yoko_Otsuka
SYZ AM

El Oyster Japan Opportunities es un fondo de renta variable nipona con una cartera concentrada en tan sólo 40 a 60 nombres, aunque con una cuidada diversificación de las fuentes del riesgo, gracias al doble enfoque en la combinación de valores “ancla” y valores macro. “Somos un fondo plain vanilla, no tenemos ningún sesgo por estilo o capitalización. La razón es porque no podemos cronometrar estas rotaciones”, afirma Yoko Otsuka, analista de este producto de SYZ AM.

Ésta aclara un punto importante sobre el enfoque del equipo gestor del fondo, que lleva cinco años al cargo de este fondo: “Muchos de nuestros competidores tienen un sesgo por estilo, son growth o muy value, o tienen estrategias centradas en small caps. Nuestra mejor comparación es con los ETF, por lo que nuestro objetivo es hacerlo mejor que un ETF, para nosotros es arriesgado centrarnos en un estilo”. La analista insiste en que, más que uno u otro estilo o sesgo, para el equipo del fondo son muy importantes la diversificación de los riesgos y la estabilidad de la estrategia; esta preocupación se refleja en el comportamiento del fondo frente al mercado nipón: “Tratamos de alcanzar al mercado cuando está al alza y de ser resilientes cuando esté a la baja. Capturamos el 95% de la subida y el 84% de la caída”, indica Otsuka. Gracias a este comportamiento, el fondo ha sido calificado por segundo año consecutivo como Consistentes Funds People.

Asignaciones estratégicas

Otsuka recuerda que muchas empresas niponas siguen gestionando sus balances de forma muy conservadora: “En general, los balances de las empresas japonesas son muy, muy sólidos. Muchas compañías de nuestra cartera tienen mucho efectivo y muchas inversiones a largo plazo tanto en renta fija, como en acciones”.

La analista explica que el eje central del proceso de selección de valores distingue entre los fundamentales del balance y las valoraciones: “Ponemos mucho énfasis en la capacidad de generación de flujos de caja y en el EV/ebitda, porque nos importa mucho el balance.”.

El equipo también aplica filtros donde se tienen en cuenta la liquidez, la capitalización y la rentabilidad, como por ejemplo la exigencia de invertir en compañías cuyo volumen diario de negociación sea de al menos 200 millones de yenes. “Si aplicamos todos estos filtros, reducimos nuestro universo a 700- 800 compañías”, indica la experta.

El segmento de valores que definen como “ancla” está compuesto por compañías que reúnen las siguientes características: mucha visibilidad sobre los beneficios en el largo plazo, fortaleza de los fundamentales y valoraciones razonables. Por lo general la selección de valores para este compartimento de la cartera es más temática – por ejemplo, les gustan las empresas de ferrocarriles, porque ha aumentado el número de viajeros que utilizan el tren para hacer viajes de negocios o irse de vacaciones-, y como resultado actualmente tienen muchas asignaciones a empresas nacionales que puedan beneficiarse de la recuperación económica, declara Otsuka.

Comprender la macro para ser tácticos

En cambio, el equipo gestor entiende como valores sensibles a la macro primordialmente como aquellos que estén más relacionados con la evolución de la divisa o que sean sensibles a cambios en los tipos de interés. “Por tanto, tiene más que ver con la temática de la recuperación de las exportaciones”, explica la analista. Es una observación importante, pues las exportaciones les han aportado muchas ideas de inversión en el último lustro: “La Década Perdida ya ha terminado: el PIB está creciendo más del 2%, y el PIB real está por encima del 1,5%. La economía ha regresado a la normalidad, y la principal razón es porque ha estado guiada por el incremento del volumen de las exportaciones durante los últimos cinco años. Ha sido un crecimiento que no ha dependido del comportamiento del yen”, afirma Otsuka. Como también se ha reducido el volumen de importaciones – principalmente por la reactivación de las centrales nucleares niponas-, ahora la balanza comercial nipona supone un 2,5%.

Un ejemplo de esta temática es la sobreponderación en valores del sector financiero, “porque en general son baratos”. Es una exposición diversificada, con asignaciones a bancos de gran capitalización que cuentan con varias líneas de negocio y a aseguradoras. ¿Por qué ahora? “El aumento del objetivo del control de la curva por parte del Bank of Japan (BoJ) está empezando a convertirse en la visión del consenso de mercado. El BoJ ya lo está estudiando, y creemos que tendrá que hacerlo cuando la inflación subyacente alcance el 1%”, afirma Otsuka. De hecho, ésta comenta que el BoJ lleva tiempo haciendo un tapering de facto al haber reducido la compra de bonos nipones, lo que se refleja en la subida del yen. De empezar a reducir el control de la curva, podría impulsar a las acciones de este segmento.

Dicho esto, Otsuka añade un matiz sobre este tipo de posiciones, son más bien tácticas en cartera y se centran en valores de gran capitalización: “El problema es que el volumen exportador lo ha hecho muy bien en los últimos cinco años por la recuperación del ciclo global, pero no sabemos cuándo terminará este ciclo. No hay visibilidad. Por tanto, si las valoraciones son razonables, consideraremos invertir en este tipo de compañías para nuestra cartera. Pero si vemos que continúa la fortaleza del yen, o que se deterioran otras tendencias, reduciremos nuestra asignación”, sentencia. Este es el motivo por el que, por ejemplo, el equipo ha ido reduciendo en los últimos tiempos su exposición a fabricantes de automóviles, al no esperar que el yen se debilite próximamente.