Elliot Hentov (State Street): “Trump no puede ganar en un escenario convencional”

Elliot Hentov (State Street)
Foto cedida

Hace apenas tres meses, la situación económica en EE.UU. hacía prever al consenso de mercado la reelección de Donald Trump como presidente de los EE.UU. el próximo noviembre. La crisis desatada por el coronavirus y las protestas que han recorrido el país tras la brutal muerte de George Floyd por la policía de Minneapolis, parecen haber cambiado el escenario.

Elliot Hentov, responsable de Análisis Político de State Street, repasa la situación y nos ofrece su visión sobre lo que podría ocurrir en las próximas elecciones.

En su opinión, la situación macro en EE.UU. incluso antes de las protestas, ya era preocupante. “La expansión de la pandemia no está tan controlada como en otros países y muchos estados siguen reportando un aumento de los contagios. Además, la desescalada va a ser complicada y descoordinada. Los consumidores se van a mostrar renuentes de momento, lo que retrasará la recuperación, algo que los mercados no han descontado todavía”, apunta.

Según su modelo y antes del estallido de la crisis, Hentov estimaba que el resultado iba a ser muy muy ajustado, mientras que el consenso apostaba claramente por una victoria de Trump. Por otro lado, apostaba por un candidato moderado para el bando demócrata, algo que se cumplió con la nominación de Biden. Hoy en día, según ese modelo, el experto considera que “Trump no puede ganar en un escenario convencional. Si las elecciones se celebran con normalidad, Biden ganará. Las probabilidades de una victoria de Trump si hay normalidad son inferiores al 20%”.

Las razones de este cambio están en que “los datos macro han empeorado en todas partes y más en los llamados estados swing, (aquellos que no son republicanos o demócratas de forma más consistente y cuyos cambios en los comicios presidenciales, pueden resultar decisivos), que además han sido muy afectados por el coronavirus. También hay que tener en cuenta que el impacto demográfico del COVID-19, que afecta más a la gente mayor, puede afectar a Trump. Los ciudadanos de mayor edad suelen ser más participativos y suelen ser más conservadores. Y los estado swing son demográficamente más viejos. Puede ser que vuelvan a apoyar a Trump, pero para que se produjera un cambio significativo tendría que haber un aumento considerable de la participación y eso es más dudoso. Trump necesitaría votantes extra respecto de los resultados de 2016 y no parece que los vaya a conseguir”, señala.

Según su modelo, en el momento actual, Biden gana por cinco estados, Trump podría recuperar alguno, pero no podría garantizar una victoria.

Convencional

¿Qué se entiende por convencional? Hentov explica que “preocupa que Trump pueda tomar medidas para hacer más difícil el voto en ciertos estados, obstruyendo el voto por correo, decretando confinamientos parciales…y la única forma en la que puede ganar es haciendo algo que afecte al proceso o a sus resultados. En el contexto de las revueltas actuales, tradicionalmente un candidato republicano sería asociado con un deseo de más orden, “pero Trump está más asociado con la creación de caos, ya sea para China, Europa, los emigrantes o los demócratas. Así que podría intentar evitar que ciertos colectivos, como el de los votantes más jóvenes, lo tengan más difícil a la hora de votar. Tiene que hacer algo disruptivo y probablemente impredecible. Estas elecciones son como unas elecciones en un país emergente pero con una divisa reserva y si no fuera por el dólar, veríamos un efecto en los mercados muy diferente”, explica.

Escenarios

Comparando la situación con la del año 2000, cuando hubo una polémica por el recuento de los votos en Florida que dio una victoria muy ajustada y algo contestada a George Bush frente a Al Gore, Hentov contempla varios escenarios.

En el primero, hay un ganador pero hay disputas sobre el resultado. “El problema comparado con el año 2000, es que hay mucha menos confianza en las instituciones por lo que el escenario sería más complicado. No hay tanta confianza en el proceso y en la decisión. Este no es el escenario base, pero podría ocurrir”.

El escenario base es que los resultados sean claros y que sea muy complicado que haya disputas. “Lo que importa son los estados swing, porque las elecciones no se ganan o pierden en sitios como California o Alaska en los que siempre gana el mismo partido. En los estados swing lo que importa es quién está gestionando el proceso electoral. Y las malas noticias para Trump son que en la mayoría de estos estados se permite el voto por correo, hay una mayor facilidad para ejercer el voto que no le favorece. El peor escenario es si hay una gran disputa centrada en un par de estados cuyo resultado sea decisivo”, puntualiza.

Entre los estados swing, Trump ganaría en Carolina del Norte y podría hacerlo en Arizona, aunque no tan claramente. Además están Michigan, Wisconsin y Pensilvania. Solo parece tener posibilidades en Wisconsin y Pensilvania. Hentov apunta otra diferencia respecto a anteriores comicios ya que “estas ya son de hecho son las primeras elecciones en las que ya hay disputas legales previas. Hay por lo menos cuatro casos abiertos en los tribunales sobre las elecciones de noviembre”.

Sobre el efecto en los mercados, Hentov considera que el hecho de que el dólar sea la moneda reserva por excelencia, puede distorsionar el impacto de los escenarios más negativos en la bolsa americana. Además, considera que “para cualquier inversor hay un límite sobre cuánto puede reducir su exposición a EE.UU. Es complicado no tener una exposición sustancial a este mercado. Pero sí podría haber menos interés tanto por las acciones como por los bonos. Y además, si hay un cambio sería interesante ver cómo funciona la dispersión sectorial, qué sectores se van a beneficiar más”.

Equilibrio mundial

Hentov también reflexiona sobre como la crisis actual puede afectar al equilibrio de poderes en el marco geopolítico global. En su opinión “este tipo de crisis suelen acelerar la historia…el mundo ya se estaba volviendo un lugar menos estable, más anárquico. Creo que tanto China como EE.UU. son perdedores tras esta crisis pero no hay un ganador real, solo la anarquía”. Pero, ¿cómo se invierte en la anarquía? “Hay más perdedores que ganadores, pero algunos países pueden beneficiarse. Los países muy exportadores sufrirán más, pero algunas áreas emergentes podrían beneficiarse como los países de Europa del Este, Méjico…entre los perdedores Irlanda, Turquía, Sudáfrica y las regiones que han recibido inversiones  tanto de China como de EE.UU., porque vamos a un mundo en el que tendrán que estar más ligados a un área”, concluye.